El ESPN de nueva generación surgirá en el Mundial de Qatar
La era del streaming enfrentará a creadores y medios como nunca antes
Storybakers:
La reflexión me ha surgido después de mi plática con Mariano Dayan en The Coffee.
En este episodio recién publicado, Mariano me haba a detalle de la estrategia en Twitch de Diario Olé.
De lo que han hecho para que un medio que sigue reconociéndose a sí mismo como un diario antes que como cualquier otra cosa tenga posibilidades de expresarse con éxito en Twitch.
Habla de sus momentos luminosos, como la transmisión especial que hicieron por el sorteo del Mundial en la que alcanzaron más de 27 mil personas concurrentes, 13 mil views promedio y más de 500 mil visualizaciones.
Pero también de cómo han de estar al pendiente de las transmisiones que hagan creadores como Luquita Rodríguez o el propio Ibai para evitar darse un balazo en el pie.
Reconoce que hoy todos juegan en la misma cancha.
Y que en eso de crear comunidad en Twitch los medios como el suyo andan en pañales.
Para esa transmisión, Olé streameó por 3 horas y media con una parrilla que combinó la presencia de freestylers, el análisis de Macaya Márquez (a quien le debo mi apodo de forma indirecta), una entrevista con el Dibu Martínez y las reflexiones de Sergio Batista y Pedro Troglio.
Transmitir en Twitch, me dice Dayan, no es ni tan novedoso como para que aquello no se considere televisión ni tan rígido como lo que siempre se ha hecho en pantalla.
Aquí las estadísticas históricas de Olé en Twitch
De esa plática, que pueden escuchar aquí, derivó mi pregunta sobre si el de Qatar 2022 será el momento propicio para el nacimiento del ESPN de nueva generación.
Pienso que sí.
Mariano concuerda conmigo.
Hasta ahora la convivencia entre creadores y medios ha tenido escasos momentos de competencia directa.
Ibai, TheGrefg, DJMariiO y hasta Luquita Rodríguez suelen crear sus momentos antes que empatar sus transmisiones con las de los medios.
Los grandes momentos de Ibai pasan por el Mundial de Globos, por la Velada del Año o por la transmisión de la Copa América delimitada por sus derechos en España.
Pero la de Qatar será la ocasión impostergable de ver un cara a cara entre el poder de convocatoria de los streamers y el de los medios.
Como el enfrentamiento directo del propio Ibai con las principales cadenas españolas por la campanada de fin de año, pero con un evento global y de larga duración.
La goleada de los creadores, ahora sí, puede consumarse.
Y no me refiero sólo a los medios digitales que la tendrán difícil para opacar el poder de convocatoria de los medios, sino a las cadenas televisivas como ESPN o Fox Sports.
El de Qatar será el primer Mundial en el que los grandes futbolistas deberán decidir si se pasan por un estudio de TV o por un canal de Twitch.
Las televisoras que tengan los derechos continuarán gozando de supremacía en vivo.
Pero en la previa, en el after y en toda la parafernalia que se hace alrededor de la actividad diaria de la Copa del Mundo sí que estarán retados.
A estas alturas nadie tiene dudas de que los streamers podrán reunir a cualquier cantidad de invitados sin tenerles que pagar por estar ahí.
El Kun Agüero, por ejemplo, tiene un canal con 4 millones de seguidores en Twitch con los que podría hacer maravillas durante el Mundial.
De él depende montar toda una operación que lo catapulte aún más, limitarse a streams ocasionales y a aceptar invitaciones de otros streamers o televisoras o dedicarse a vivir el Mundial como cualquier aficionado.
Para las televisoras, sobre todo frente a esos ex futbolistas de más reciente generación, no sólo estará el desafío económico de llegarles al precio a las grandes personalidades, sino también la tentación de estas mismas de irse a otro lado donde no tendrían que lidiar con las limitaciones de la televisión.
Con jornadas diarias que incluyen cuatro partidos durante la primera fase es natural imaginar que algunos streamers unan fuerzas para apoderarse de la conversa.
Así como se han puesto de acuerdo los creadores para organizar el llamado Partidazo de YouTubers y como ahora se preparan para la segunda edición de La Velada del Año, lo harán para el Mundial de Qatar.
Lo que está por verse es si se concentran esos esfuerzos en canales personales que hacen de medios o si en definitiva se le pone identidad colectiva a lo que pueda surgir.
Si van por lo segundo, si de la mente de Piqué, de Ibai, de DJMariiO o de cualquier otro surge la intención de opacar a ESPN o Fox creando una nueva cadena desde Twitch, tendrán altas posibilidades de triunfo, cuando menos en percepción.
¿Por qué?
Porque la especialidad de los streamers es la de extraer oro en tiempos muertos.
Ahí donde los medios deportivos tradicionales tendrán que hacer malabares para mantener entretenida a la gente, ellos pueden hacer lo que les venga en gana para pasar el rato con una comunidad a la que tienen cautiva.
Porque los medios tradicionales se concentrarán en conferencia de prensa, reportajes y cápsulas de color que no fomentan la conversación permanente con la audiencia.
Porque la opción de pasar el rato jugando eSports entre un juego y otro estará para los streamers, no para los medios que estarán limitados a la rigidez televisiva del traje, la corbata y el humor popular.
Sobre los derechos no hay mucho que hacer.
Ahí gana el que los tenga, ya sea con malas o buenas transmisiones.
Pero sobre el llamado tercer tiempo más vale que las televisoras se vayan preparando.
Los creadores tienen todo para crear un ESPN de nueva generación durante el Mundial de Qatar.
Y sin depender de los derechos, dado que hasta ahora nunca los han necesitado.
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Desde el metaverso: el futuro de nuestra existencia digital
¿Por qué Disney podría estarse planteando vender ESPN?
Los rumores empiezan a aceptarse como verdad.
Desde hace tiempo, pero con cada vez mayor insistencia, se escucha la posibilidad de que Disney pretenda deshacerse de ESPN.
O como mínimo conseguir inversionistas para hacer de ESPN una empresa independiente.
¿Por qué?
Porque la difusión de contenido deportivo se hace cada vez más costosa.
Con la aparición de las grandes tecnológicas como potenciales compradoras de derechos, las cifras que hay que pagar se han ido a las nubes.
Para ESPN, por ejemplo, ya no es cosa de competir con Fox Sports o con Sky, sino con Apple, Google o Amazon.
Y Disney tiene el presupuesto para plantar cara, pero también carga con el desafío mayúsculo y principal de su propia plataforma de streaming y con sus intenciones de impactar en el segmento adulto con Hulu/Star+.
En ese análisis, tomando en cuenta la baja en las acciones durante este 2022 y la problemática decisión de decidir si luchan por renovar o no el acuerdo con la Indian Premier League, muchos apuntan a que Disney podría emprender la retirada del deporte.
Sobre ESPN, especulan en Puck, podría caer el dinero de Apple, Google o Amazon.
Para las televisoras deportivas, se ha encarecido el en vivo, por mucho su momento de mayor protagonismo, y se ha diluido el poder de las mesas de análisis.
Esa pérdida de convocatoria en el pre y el post, que está relacionada también a las propias problemáticas del deporte tradicional como entretenimiento, se agravará aún más con los streamers.
El deporte aún cuenta con esa barrera llamada derechos de transmisión.
Al que los tenga en cualquier gran competencia deportivo le corresponderá hacer números y disfrutar de grandes audiencias.
Pero cuando esa diferenciación sale del tablero, emergen los creadores como esos que no han necesitado ni siquiera de highlights para reunir a miles de personas, o incluso millones, durante sus transmisiones.
En el hipótetico ESPN de los streamers podría caber incluso un Mundial dentro del Mundial o un reality que ocurra en los tiempos muertos de la verdadera Copa del Mundo.
A los medios les quedan los derechos.
O más bien les quedarán hasta que los gigantes tecnológicos decidan lo contrario.
A los medios les quedan las mesas de análisis.
Pero si a esas vamos, el traje y la corbata van a acabar aplastados por las holgadas playeras de Ibai, por el desparpajo del Kun y por lo que sea que se les ocurra hacer durante el Mundial.