Threads no quiere noticias y el lazo con Warner que GQ no quiere que conozcas
El Brief Semanal
¡Llegó una edición nueva del brief semanal de The Muffin!
En este envío analizamos y curamos historias de valor para generar conversaciones estimulantes entre creadores de contenido, tomadores de decisiones y apasionados de los medios y plataformas.
Recuerda que puedes buscarnos en Twitter como @storybaker_ y responder o reaccionar a este envío.
Threads no quiere los vicios de Facebook o Twitter; ni tus conversaciones de política
El lanzamiento de Threads es un relativo éxito.
30 millones de usuarios en menos de 24 horas, si bien Instagram acumula 1.3 mil millones y hay una meta grande por incluir al grueso de los usuarios en una dinámica mensual activa, más allá de simplemente anotarse.
El acotarse a la base de power users de Instagram le da un factor de juventud que difícilmente se hubiera podido al ligar directamente a Facebook con la inscripción a Threads.
A pesar de todo el éxito de Facebook Watch, Grupos y Messenger, la plataforma incluye buena parte de usuarios de edad avanzada y/o alejados del drama diario del internet que realmente no son buen fit para lanzar una plataforma nueva.
Y ¿por qué no decirlo? Gran parte de lo visto en Facebook no cumple los lineamientos estéticos y de coolness que necesitaba un lanzamiento así. Mismo caso con WhatsApp.
Al parecer, Meta aprendió algo de los desastrosos experimentos de Lasso y Bulletin, dos plataformas no ligadas directamente a Instagram y más casadas con las marcas Meta/Facebook que nunca fueron una necesidad o factor de FOMO.
Adam Mosseri, el jefe de Instagram que reemplazó a los fundadores y elegido a mano por Mark Zuckerberg, mencionó (dentro de Threads, por supuesto) que de momento no es prioridad el tener impulso especial para contenido noticioso, al momento y/o de corte político o sensible socialmente. O herramientas para su amplificación.
Es decir: las prioridades son las mismas de Instagram. Engagement, aspectos positivos y alejarse de aspectos polémicos o divisivos para anunciantes.
Tiene sentido: Facebook tuvo un gran cambio en percepción, de herramienta para el bien social a básicamente provocador de revueltas nocivas, debido a su potencial para difundir información política, partidista y socialmente sensible.
Un factor más: ser una plataforma abierta hasta el punto del error nunca elevó a Twitter a niveles de Meta en ganancias o interés de anunciantes. Así que no existe una motivación lógica para que Threads sea un lugar que facilite hablar de política, noticias o que abrace contenidos riesgosos como el soft porn que sí hay en Twitter.
Te compartimos nuestros dos textos de la semana acerca de las amenazas a Twitter y el lanzamiento de Threads.
Una historia curiosa del estilo visual de Threads
Siguiendo la estética de Instagram, con degradados coloridos y tipografías de impacto, Threads se lanzó con un estilo visual contundente cuya aplicación protagonista es el póster tipográfico:
Resulta que usuarios en Twitter difundieron que el estilo visual del póster es una copia casi exacta de otro gráfico de 2017 y realizado por la diseñadora Biba Kosmerl para difundir una muestra de arte.
El proyecto, aptamente, se llamó Arteries, aunque si exploras el portafolio de la artista puedes darte cuenta que es una aplicación más de un estilo definido.
Ni Biba ni Meta han declarado si colaboraron juntos, aunque siendo ella americana y residente de NYC no sorprendería.
El experimento de AI en G/O Media otorgó información errónea
En la entrega anterior del brief te compartimos la molestia del sindicato editorial de G/O Media (antes Gizmodo Media) por la decisión unilateral de la gerencia para realizar contenido utilitario con ayuda de Inteligencia Artificial.
Peor aún cuando se avisó luego de otra oleada de despidos para periodistas y redactores.
Y, cómo era de esperarse, no ha sido bueno el resultado en la generación de contenido por AI sin involucramiento de los líderes editoriales de los sitios web de G/O Media.
El ejemplo más claro es algo que no necesita mayor debate o investigación: una lista en Gizmodo de las películas de Star Wars en orden cronológico. Y, como denunció uno de los editores, ni eso pudo tener bien el texto por AI.
En el Washington Post tienen un resumen del caso y declaraciones de staff que advierten que si la AI ni siquiera puede generar una lista de películas cuyos datos están en IMDB, ¿cómo hará contenidos más avanzados?
LUMO Media Lab, en colaboración con Story Baker, presenta Medios 3.0: Cómo la tecnología y la web descentralizada están transformando la industria.
Sí había conflicto de interés entre GQ y Warner
La semana pasada se popularizó que fue eliminado un artículo en GQ.com acerca de las fallas de David Zaslav al frente de Warner Bros. Discovery, con énfasis en su fracturada relación con el talento en Hollywood y las medidas para reducir costos que incluyeron cancelar series queridas y enlatar a Batgirl.
En horas, dos versiones de dicho artículo fueron eliminadas de la red, aspecto que obviamente alzó su notoriedad y ya surgió información acerca de los conflictos de interés entre Warner y Condé Nast (los dueños de GQ).
Son en dos vías: el editor en jefe de GQ (Will Welch) es productor en la adaptación para Warner de un reportaje por un reportero asiático, que no ha iniciado filmación pero se espera que sea una película para cines o Max.
La otra son los lazos de Condé con Discovery, antes de la fusión con Warner.
Como anécdota, Variety reportó que ningún ejecutivo de Warner tenía en mente la película donde Welch tendría crédito y ganancia económica, si bien Welch pudo tener interés en proteger sus relaciones y cancelar la historia contra Zaslav.
Advance, la empresa matriz de Condé Nast, tiene 8% de las acciones de Warner Bros. Discovery gracias a que la familia Sihouse (dueños de Advance y fundadores de Condé) tenían una inversión significativa en Discovery antes de la compra.
Queda para la historia el caso como un ejemplo de conflicto de interés y un impedimento para todas las publicaciones de Condé (desde Vogue, Vanity Fair, Wired y hasta Architectural Digest) sobre como cubrir a Warner.
Welch, hasta el momento, sigue en su cargo y el autor original de la pieza Jason Bailey (crítico habitual de cine para el NYT) no se ha posicionado.
Spotify, la app de podcasts más popular entre los jóvenes
Y en noticias de podcasts, Spotify es la plataforma de podcasts con mayor preferencia por audiencias jóvenes de 18 a 24 años (Gen Z), que son el hueso duro de roer para los productos audio-first.
Por supuesto, ayuda su ubicuidad gracias al estar disponible en Android, con dispositivos más baratos en manos de audiencias con menos poder adquisitivo.
En contraste, Apple no le llega ni a la mitad entre los de 18 a 24 años.
El estudio es de los a DISQO, red anglosajona de publicidad para audio, juntando información de más de 17 mil escuchas. Te compartimos la gráfica, vía PodNews:
Como curiosidad, Radio (app que ni siquiera figura en estudios latinoamericanos) es bastante popular en usuarios de más de 55 años. O al menos más que Apple Podcasts y superando a Spotify en la categoría de más de 65 años.