Barstool Sports, el gran negocio de ser irreverente
Es incómodo, políticamente incorrecto, a veces incluso se le ha acusado de misógino, tanto que ESPN terminó cancelando un show que realizaban en conjunto apenas un episodio después de haber anunciado su alianza. Es Barstool Sports, y como Donald Trump en la política, o como tantos que en el exceso encuentran la lealtad de millones, ya se apunta un nuevo caso de éxito con la implementación de su paywall.
A unos días de haber lanzado su servicio de paga, Barstool Gold registra más de diez mil suscriptores, con un 81% pagando la membresía de 100 dólares, conocida como “hardcore”, que incluye video podcasts exclusivos, episodios especiales de Pardon My Take y KFC Radio, videos originales, un newsletter semanal, una curaduría del archivo de Barstool y “Barstool Documentary”, que relata la historia de Dave Portnoy y cómo se creó Barstool Sports desde sus inicios como un medio impreso en Boston que se financiaba con anuncios de apuestas.
Los suscriptores del paquete más alto (100 dólares) tienen, además de estos contenidos que también están disponibles para los que deciden pagar 50 dólares al año, envío gratis de la mercancía que adquieran, acceso a merchandising exclusivo, la oportunidad de visitar las oficinas de Barstool y una experiencia libre de anuncios.
Su modo de agradecer la buena recepción al servicio fue tan polémico como siempre. A través de un mensaje publicado en Barstool Sports, Dave Portnoy se congratula por alcanzar, según sus cifras, un 70% del objetivo anual en un solo día. Y no sólo eso, advierte que tanto él como sus millones de fans seguirán ahí hasta que Barstool sea más grande que ESPN y él pueda burlarse de todos sus enemigos.
La provocación, que para sus fans es más bien autenticidad, le ha funcionado a Portnoy. Su empresa, gracias a una inversión de 15 millones de dólares realizada por Chernin Group, accionista mayoritario de Barstool, está valuada en 100 millones de dólares.
Publicidad, solo una parte de su negocio
Barstool tiene argumentos para ser la envidia de muchos. Si ya de por sí es representativo que tenga la ventaja de hablar como quiere mientras otros tienen que ceñirse a protocolos institucionales, sus fortalezas resaltan aún más cuando se conoce que sólo entre un treinta y cinco y un cuarenta por ciento de sus ingresos provienen de publicidad.
Aunque no existen reportes sobre sus ingresos, Jessica Nardini, su CEO, declaró a Business Insider que su crecimiento se dio a doble dígito, lo que está validado en sus otras áreas de negocio, como la venta de merchandising y la organización de eventos, que le ha entregado sonados casos de éxito con el boxeo amateur y los más de 12 mil pagos por evento que generaron con un costo de 4.99 dólares para cada persona.
Barstool nunca está tranquilo. Vive entre adoradores y detractores. Pese a sus números, su reputación se ha visto golpeada a partir de la publicación de un artículo en The Daily Beast que mencionaba a Portnoy como el rey de los trolls cuando de acosar a mujeres se trataba, además de alentar el bullying como si fuera un juego.
Ese mismo odio se manifestó al momento de realizar el anuncio de Barstool Gold. En su gran mayoría eran de rechazo absoluto, pero en Barstool se aferran su base fiel, que en un 67% accede desde escritorio y de manera directa y que durante el Black Friday del 2017 generó más de 35 mil órdenes en merchandising.