Believe: las lecciones de Ted Lasso a medios y creadores
Y cómo una serie de comedia retrata grandes males del periodismo deportivo
Storybakers:
Siempre he pensado que a los medios les hace falta apasionarse por algo más que las notas periodísticas.
Que a los periodistas mismos les hace falta interesarse por algo más que el periodismo.
Por eso hoy escribo sobre Ted Lasso.
El tema lo he venido madurando desde ayer que grabamos un nuevo episodio de Upload Inc.
Va de cómo Ted Lasso fue capaz de utilizar la comedia para enviar mensajes profundos que retratan estereotipos y desafían convencionalismos.
Lo hago, por supuesto, en el marco del último episodio de la serie tal como la conocemos.
Jason Sudeikis ha casi cerrado la puerta a una cuarta temporada.
La ha dejado entreabierta en lo que respecta a un potencial spin-off.
Da igual, los spin-offs y las temporadas añadidas rara vez suman al universo de las series más aclamadas.
Quizás Better Call Saul es la excepción.
¿Qué tiene Ted Lasso para enseñarnos a medios, periodistas y creadores?
Recién nombrado técnico del AFC Richmond, la directiva del equipo autoriza a Trent Crimm para que siga por espacio de varios días a Ted Lasso con la intención de hacer un perfil sobre él.
La primera impresión de Trent, y por tanto la primera intención clara al ir preparando su historia, es que lo de Ted Lasso es una burla, una falta de respeto al futbol inglés.
Conforme pasan los días, Trent conoce los métodos de Ted y sobre todo sus distintas facetas como ser humano.
Cuando llega el momento de publicar su artículo para The Independent, Trent es abierto respecto a la inocencia y desconocimiento de Ted Lasso sobre futbol, pero reconoce que un potencial triunfo de Ted Lasso le caería muy bien a ese mismo futbol del que Lasso no entiende un carajo.
Por su calidad humana, por sus principios, por su don de gente.
Esa escena es una utopía en el mundo real.
Un escenario tan deseable como inimaginable en un contexto en el que el que habla más fuerte es el que más trasciende en el periodismo deportivo.
Es, en cierto sentido, una cachetada con guante blanco a los periodistas que no paran de buscar sangre al interior de los vestidores de los equipos más taquilleros.
Hace apenas unos días, tras la final de la Liga MX en que Tigres derrotó a las Chivas, se hizo viral una pregunta de Oswaldo Sánchez a Diego Laínez.
Oswaldo, ex futbolista, es ahora comentarista de Televisa.
Laínez, jugador de Tigres, acababa de convertirse en campeón del futbol mexicano.
La pregunta se hizo viral porque en medio de las celebraciones a Oswaldo se le ocurrió preguntarle si había fracasado en Europa.
La pregunta no venía al caso.
Laínez sí fracasó en Europa, pero esa página no tenía por qué ser tocada en ese momento.
Laínez, de 22 años, estaba celebrando un título que su equipo había ganado con una voltereta.
Su respuesta se produjo en dos tiempos.
Ahí mismo diciendo que no le importaba lo que dijeran, que era campeón.
Y en redes, donde subió una imagen de él acostado con el trofeo a un lado.
El rencor terminó reinando entre ambas partes.
Los medios deportivos, ya sea a través de periodistas o de ex futbolistas, hace tiempo que eligieron divorciarse definitivamente de esos jugadores a los que cubren.
Esa actitud ha derivado en dos polos que de cualquier forma terminan invalidando al periodismo.
Los deportistas o se van con creadores que los tratan como amigos, o hablan por cuenta propia.
Pero no hablan abiertamente con los medios.
En el mundo real no hay un espacio para los matices de Trent Crimm al escribir sobre Ted Lasso.
En esta última temporada de la serie, Isaac McAdoo agrede a un aficionado en la tribuna.
Lo hace por comentarios homofóbicos que resuenan en él dado que ha descubierto recién que uno de sus compañeros es homosexual.
La prensa quiere destrozarlo en la conferencia de prensa.
La prensa anhela un anuncio que acabe con la carrera de McAdoo.
En medio de ese fervor entre periodistas, Roy Kent sale a reconocer que McAdoo se equivocó.
Que esa nunca será la forma correcta de afrontar una molestia.
Pero que más allá de eso sabía de las razones que había tenido McAdoo para perder la cabeza.
Menciona que esas razones no tenía por qué hacerlas públicas.
Que McAdoo pagaría la sanción correspondiente.
Pero que estaba orgulloso de él por la historia que había detrás de eso que Isaac había hecho.
En la serie, la prensa escucha con atención durante la conferencia de prensa.
Se permite reflexionar y como mínimo cuestionarse qué es lo que pudo llevar a McAdoo a esa agresión.
No se consiente la agresión, pero se tiene consideración por las razones humanas detrás del hecho.
Esa escena también es utópica.
Los medios deportivos no escuchan.
Los medios deportivos condenan.
Lo hacen porque es el modo más fácil de tener alcance.
Lo hacen porque nada mejor para el entretenimiento que un poco de pólvora.
Para los programas de análisis también hay lecciones en Ted Lasso.
En medio de una transmisión en la que está harto de las condenas y juicios de sus compañeros, Roy Kent abandona el estudio.
Kent lleva poco tiempo alejado de las canchas.
Se siente incómodo frente a las verdades absolutas que se vierten en ese programa.
Decide volver a lo suyo mientras los analistas siguen destrozando a los equipos ante cualquier derrota.
En resumen, Ted Lasso nos deja un mensaje en nuestra pared mental.
Aplica para su equipo, aplica para los medios, aplica para nosotros como personas.
Believe.
Creer en un periodismo deportivo más justo y humano.
Creer en un periodismo deportivo capaz de hacer de los matices un hábito.
Creer en un periodismo deportivo tan responsable y empático que algún día podamos dejar de ser amigos o enemigos.
Creer en un periodismo deportivo en que periodistas y streamers no tengan que estar catalogados como amigos o villanos.
Me quedo con esta frase de José María García.
José María es uno de los más grandes periodistas deportivos en España.
Ha dicho lo siguiente en La Resistencia de David Broncano.
"A Ibai no le admiro porque no es periodista, pero le respeto. No puede pisarle una noticia a los periodistas y no hacer una pregunta que no merezca la pena"
En respuesta Ibai ha dicho que en casa de Messi lo que hizo fue comer tequeños.
Que no era momento de preguntar nada.
No está bien que a los periodistas deportivos se les cierren las puertas.
No está bien que para los streamers, aún cuando sí sea momento de preguntar, tenga que ir siempre la amistad por delante.
Los periodistas deportivos, e incluso los streamers que aunque no se reconozcan como tales algo sí que termina haciendo de periodismo, han de hacer de la sinceridad, la empatía y la profundidad un hábito.
Se trata de hacer del equilibrio una costumbre.
De insistir siempre en los matices para que entonces lo que hoy parece negativo se entienda como una crítica constructiva.
Y para que eso que pudiera ser amistoso o por conveniencia se vea más bien como un rasgo de humanidad y comprensión.
Como ese de Trent Crimm al advertir que Ted Lasso de futbol sabía muy poco pero que como persona tenía mucho que aportar a la Premier League.
Gracias a Ted Lasso por llamarnos a creer.
Believe.
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