Bienvenido a la era de las historias mínimas viables
Bienvenido a la era de las historias mínimas viables
El contenido diminuto como elemento de testeo resuelve el problema de las grandes inversiones
Storybakers:
Tenemos que hablar de un tema en el que todos los periodistas coinciden: la necesidad de procurar el bienestar mental al interior de las redacciones.
Los estresores son muchos:
a) El periodista expone su vida:
Hace unos días en México fue asesinada de un impacto de bala la periodista Lourdes Maldonado, quien 3 años antes había acudido a una conferencia de prensa de Andrés Manuel López Obrador para pedir ayuda porque temía por su vida)
b) La paga es deficiente:
El periodista se forma y crece bajo la idea de que su profesión no sólo no lo convertirá en millonario, sino que hay que hacer mucho para recibir poco en materia económica.
¿Acaso no viene de ahí la renuencia de los propios periodistas a emprender y jugársela para cumplir con su responsabilidad social sin descartar alcanzar un buen nivel de vida por lo que hace?
c) Informar durante la pandemia:
Mientras el mundo se resguardaba en el pico de la pandemia, los periodistas tuvieron que informar, poniendo por encima su responsabilidad periodística antes que la seguridad personal y la de sus familias.
En muchos casos, no hubo tregua ni espacio para que los periodistas se sumaran a los cuidados que para cualquier otro ciudadano fueron normales.
d) El ritmo frenético que no conoce horarios:
Digital no ha hecho más que incentivar la desaparición de la línea entre la vida personal y la profesional.
Al periodista se le exige trabajar horas extra, vivir al ritmo de la noticia, perseguir una historia aún a costa de su propia estabilidad.
Y, como hechos dicho, casi siempre con mala paga.
Sobre este punto platico en The Coffee con Mar Cabra, periodista que fuera parte del equipo que ganó el premio Pulitzer por los Panama Papers y creadora de The Self Investigation, iniciativa enfocada en procurar el bienestar mental de los periodistas.
Durante el episodio tocamos el que para mí es el tema clave: ¿cómo encontrar un modelo de negocio que además de ser posible, promueva la estabilidad emocional de los periodistas?
Escucha aquí el episodio y conoce aquí las notas del mismo:
Y si lo que prefieren es debate sobre la industria, escuchen el nuevo episodio de The Coffee Americano.
Me acompañan ahora dos cracks: Ernesto Martelli (director de innovación de La Nación) y Hernando Paniagua (CEO de Pulzo)
Así se construye la era de las Minimum Viable Stories (MVS)
Una frase se convierte en un newsletter.
Un tuit acaba convirtiéndose en una comunidad
Un spot se convierte en una de las series de moda en plataformas de streaming.
Un cantante conquista el Billboard Top 100 gracias a un video de 16 segundos.
Nunca como ahora había sido posible probar conceptos al menor costo posible.
Las historias mínimas viables emergen como el camino para que los medios no puedan seguir justificando su falta de innovación.
Todos esos casos que cité son verdades.
Ejemplos prácticos que dejan sin argumentos a quienes aseguran que falta presupuesto para probar nuevas ideas.
a) Whitexican: de memes en texto a newsletter con ángulo editorial definido
Con más de 243 mil followers en Instagram, Whitexican se ha convertido en un próspero emprendimiento que partió del formato más simple: frases en texto escritas sobre fondo blanco
Su objetivo fue parodiar a los “whitexicans”, término utilizado en México para referir a la esfera social mexicana de clase media y alta que vive acorde a los estándares estadounidenses, muy alejada de las clases populares.
Hace unos días, además de renovar su línea de merchandising, a esos posteos y stories con textos breves le sumaron The Whitexican Times, un newsletter que conserva la línea editorial.
Su primer posteo en Instagram, donde comparten extractos de cada envío, fue el 6 de enero.
Hoy cuentan con 24 mil seguidores sólo en la cuenta de ese producto.
El meme fue la historia mínima viable.
Después surgió el merchandising.
Y ahora un newsletter que tiene las premisas claras: a) información, b) vista desde la óptica elitista de los “whitexicans”
Me pregunto si lo que sigue no será un show que en cierto modo compita por audiencia con El Pulso de la República, asociado al sector de clase media-alta que desaprueba la gestión de Andrés Manuel López Obrador.
Aquí una buena entrevista que en su momento le hicieron al creador de la cuenta.
b) De posteo casual de fin de año a ampliación de comunidad
El 31 de diciembre me dije que no quería procrastinar más la ampliación del universo de Story Baker.
A final de cuentas el cambio de año es sólo para efectos psicológicos más que reales.
Lancé entonces un hilo bajo el nombre de Hilo y Media.
Estaba enfocado en creadores de contenido con dudas sobre cómo crear una carrera a partir de su obra.
Al hilo le fue bien.
Repetí entonces en los días siguientes con resultados superiores o semejantes.
Días antes, con esa misma intención, había empezado a publicar tuits en Instagram.
Y el resultado también había sido muy positivo.
Hoy, habiendo pasado de 2 mil seguidores a más de 10 mil, puedo decir que los tuits configuraron la nueva comunidad de Story Baker.
A través de un tuit, mi historia mínima viable, pude darme cuenta de la oportunidad que tengo de contribuir a que cualquiera cree contenido.
c) Ted Lasso: de spot de NBC a ganar cuatro premios Emmy
No habría Ted Lasso sin que NBC Sports hubiera adquirido los derechos para transmitir la Premier League en Estados Unidos.
La primera aparición de Ted se produjo a través de un sketch de cinco minutos en el que se provoca ese choque de mundos entre un coach de futbol americano y su incomprensión de las reglas del soccer.
Dos años después de su estreno, Jason Sudeikis y su entonces socia, Olivia Wilde, deciden preparar un piloto que acabaría convirtiéndose en uno de los más grandes hits de Apple TV+.
Una vez más, la minimum viable story presentándose como el camino.
Aquí el recuerdo del nacimiento de Ted Lasso, un video que al día de hoy registra 18 millones de reproducciones
d) Lil Nas X: de video meme en Tik Tok a tener uno de los más grandes debuts musicales de todos los tiempos
Montero Lamar Hall era un aspirante musical cualquiera que publicaba su música esperando ser conocido.
La estrategia no le funcionaba.
Pero el 2 de diciembre de 2018, tras publicar un snippet de su música en Tik Tok y en Twitter, su vida cambió para siempre.
“Old Town Road” lo llevó a imponer el récord de 19 semanas seguidas en lo más alto del Billboard Hot 100, a ganar dos grammys y a cimentar una carrera que no ha ido más que en ascenso.
Lil Nas X es apena uno de muchos casos de músicos que apalancados de Tik Tok viven un ascenso meteórico.
El poder de la historia mínima viable.
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¿Qué podemos aprender de la era de las historias mínimas viables?
1.- Si la sustancia está clara, la extensión no importa:
Puede estar en un tuit, en un snippet o en una imagen.
La gente reconoce aquello que le aporta algo sin que la extensión sea un impedimento para validarlo.
Esa esencia puede ser suficiente para dar con un nuevo producto.
Y aunque la sustancia de tu idea se exprese en un formato tan elemental, puedes extenderte en ello porque así funcionan las curiosidades.
Cuando un menor de edad descubre el futbol, lo hace con la mínima historia viable: él pateando una pelota con su mamá o papa.
Después juega con otros niños sin que haya grandes reglas de por medio.
Conforme crece va incorporando profundidad a su actividad de juego.
Además se convierte en espectador.
Juega y ve el futbol porque un día descubrió que le gustaba patear una pelota.
Así como un día alguien podrá leer un libro tuyo porque un día descubrió que le gustaban tus ideas en Twitter o Instagram.
2) La clave es comprender el funnel de tus lectores:
Si tu historia engancha con la audiencia, no hay extensión correcta ni incorrecta.
Hay un funnel de lectores que dependiendo el nivel de conquista que hayas alcanzado estarán más o menos dispuestos a acompañarte en las distintas manifestaciones de tu historia.
Siempre que pienso en contenido e historia, pienso en un acordeón que se abre y se cierra.
Así como puedo dar un salto de fe y escribir mil páginas de un tema sabiendo que en algún punto podré convertirlo en múltiples piezas para redes.
También puedo partir de la historia mínima viable para después pensar en extenderlo.
Las historias se abren y se cierran, como los acordeones.
3. Las premisas también aplican para el periodismo escrito
Twitter está logrando convertirse en la súper app de los escritores que pronostiqué.
Es ahí donde se ponen a prueba ideas que encuentran validación inmediata gracias a un algoritmo cada vez más eficiente.
En cuestión de minutos, un periodista puede validar si su información o postulado alcanzarán trascendencia.
Y de ahí puede poner manos a la obra para transformar esa historia mínima viable en una gran investigación, en un gráfico, en un podcast, en un video o hasta en un juego.
Pero no sólo es Twitter, en Instagram se está demostrando que la gente lee, que quiere informarse y entretenerse a partir del texto.
Y si encuentras una audiencia, después puedes crear videos o un newsletter, como lo ha hecho Whitexican.
4) La audiencia te enseña el camino:
Si lees con atención las respuestas de tus lectores, encontrarás caminos a seguir para fortalecer tus proyectos.
Son ellos los que en una interacción te cuentan sus dolores, sus aspiraciones, lo que les gusta, lo que no.
Ese proceso mínimo que ocurre cuando alguien interactúa con tu contenido en redes alcanzará nuevos niveles cuando se consolide la Web 3.
A través de los social tokens, distintas publicaciones y comunidades prometen a los lectores la oportunidad de elegir, por ejemplo, qué historia debe cubrirse o a qué freelancer ha de contratarse.
Se tratará entonces de tener participación de la gente incluso desde antes de haber comenzado a trabajar en un simple posteo.
Para la industria es clave involucrar a la audiencia lo más temprano posible.
Hacerlo a través de las minimum viable stories es una gran alternativa.
Y para preparar el futuro, aquí el recuerdo de un envío sobre las bondades de la Web 3.
