

Discover more from The Muffin por Mauricio Cabrera
Carlos III: el rey que ya fue juzgado por los medios
Y el poder de los medios para elegir lo que la historia dirá de las grandes figuras
Storybakers:
Comienzo este newsletter reiterando el pésame por el fallecimiento de Alfredo Duclaud, quien desde 1994 dirigiera Medios Masivos Mexicanos.
Desde su trinchera, Alfredo fue uno de los principales promotores del periodismo local y regional en México.
Una persona que dedicó buena parte de su vida a creer en lo que muchos consideran una batalla perdida: la supervivencia de los medios locales sin depender de los ingresos gubernamentales.
Con Alfredo platiqué hace tiempo en The Coffee.
Es la primera vez que me toca que un invitado a mi podcast fallece.
Y eso de algún modo te lleva a reflexionar sobre la fugacidad de la vida.
Sobre el estar y no estar que cambia en cualquier momento.
Y sobre la importancia de aprovechar cada minuto de nuestras vidas.
Descanse en paz, Alfredo Duclaud.
Que persista su lucha decidida por impulsar un mejor periodismo para todos.
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Y sin embargo, siguen siendo poderosos.
Los medios ya han contado la historia de Carlos III.
Lo han hecho sin que hubiera necesidad de que llegara a ser Rey.
El cómo se recordará su reinado estará directamente relacionado a la historia que desde los medios hemos contado de él.
Esa fuerza sigue estando en los medios aún cuando se asegura que han perdido relevancia.
Por eso no es del todo mentira cuando un personaje de la vida pública acusa a los medios de fabricar sus propias realidades.
De orientar las historias hacia donde más les conviene.
Ya sea por intereses económicos, políticos o simple y sencillamente porque es más fácil triunfar creando héroes y villanos sin matices que construir en escala de grises.
El príncipe que ahora se convierte en Rey ya ha sido juzgado por los medios.
Ha encontrado su principal condena en The Crown.
Esa serie de Netflix que se ha vendido más como un documental que como una serie de ficción.
En ella, particularmente en la cuarta temporada, queda claro que Carlos es el malo y que Diana es la víctima absoluta de una realeza en la que nunca terminó de encajar.
Con ese papel escrito en piedra, Carlos y Camila representan el abuso, la infidelidad y el cinismo.
Diana, en cambio, es víctima de un sistema que oprime, que pretende extirparle su instinto de cercanía con la gente.
Algunos, los menos, se toman el tiempo para investigar qué de lo que ahí se ha expuesto y qué es mentira.
O ficción, para decirlo de otra forma.
Pero la mayoría se queda con que lo que dice la serie de Netflix es lo que en verdad pasó.
Por su carácter masivo, The Crown es el principal punto de contacto previo y consistente del Rey Carlos III con la gran audiencia mundial.
Lo que viene a la cabeza siempre que se habla de él es el triángulo amoroso que conformaron Diana, Camila y él.
Y en lo particular cómo él y Camila destruyeron la vida de Diana.
Netflix y los medios en general son en parte responsables de la baja popularidad del Rey Carlos III.
En las encuestas siempre aparecía por debajo en popularidad de la Reina Isabel II e incluso de su hijo William.
¿Cuántas de esas preferencias estuvieron más influenciadas por los medios que por lo que en verdad veía la sociedad?
Una nota de Vanity Fair apunta las discrepancias entre historiadores y los realizadores de la serie.
En ella analizan cómo el apego al vestuario y el gran trabajo de producción en The Crown provoca que la gente en verdad sienta que le están contando la historia de la familia real.
Pero cómo al mismo tiempo los realizadores de la serie se toman licencias creativas para situar a los personajes en el lugar que a ellos más conviene aunque no encaje con la realidad.
Bedell Smith, autor de múltiples biografías sobre la Reina Isabel II, el entonces príncipe Carlos y Diana apunta a un hecho en particular de la cuarta temporada.
Habla de que ese supuesto regreso de Carlos tras seis un viaje de seis semanas por Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos en 1981 no se produjo como lo cuenta la serie.
Que es mentira que Carlos volviera para de inmediato ir a reunirse con Camila en Highgrove.
Que Highgrove estaba en remodelación en ese momento, por lo que Carlos en realidad llegó al Palacio de Buckingham.
“Mientras que las primeras tres temporadas representan periodos anteriores, la cuarta es historia reciente, y eso provoca que los retratos que hace sean más crueles”
Vale reflexionar sobre el tema más allá del Rey Carlos III.
Aplica para las construcciones narrativas que los medios hacemos de todo y de todos.
En TikTok, Javier Ibarreche se muestra preocupado por la próxima biopic que presentará Star+ sobre Pancho Villa.
Tras ver un fragmento de la misma, asegura que Star+ lo mostrará como el héroe nacional que siempre nos han querido vender.
Pero que se dejará de lado todo eso que está documentado que también era: un genocida y un violador en serie.
De nuevo los medios y las plataformas de streaming ofreceremos la verdad que elegimos para una persona.
En este caso sin las implicaciones de una persona viva y que está escribiendo su historia.
Pero así como con frecuencia las series de narcos terminan provocando idolatría antes que condena por el estilo de vida y poder que alcanzan, todo lo que contamos tiene un efecto del que no solemos hacernos responsables.
Del príncipe que se ha convertido en Rey se han contando más las cosas malas que las buenas.
Esa es una realidad.
Y aseguran los historiadores que sí que tiene sus cosas positivas más allá de que lo primero que ha hecho es hacerse viral por su impaciencia para pedir que retiraran un tintero del escritorio.
Afirman que es cercano a la gente, que es obsesivo con las cosas que se propone, que procura siempre estar ocupado.
Pero lo que se cuenta es que espera que alguien le ponga la pasta dental en el cepillo, o que le anuden las agujetas.
En la guerra de la atención será cada vez más difícil retratar con justicia a las personas de las que estamos hablando.
Vivimos bajo el entendido de que cada segundo cuenta para cumplir con nuestra misión narrativa.
Y los grises tienden a ser aburridos.
O incluso a parecer innecesarios dado que todo va de fortalecer el ángulo que queremos contar antes de pensar en matizarlo.
La de Carlos III es una historia atípica dado que hubo más tiempo para contar su historia como príncipe que el que tendremos para hablar de su reinado.
En la historia de Isabel II, él debió ser un personaje secundario pero su relación con Diana lo puso en los reflectores.
Los medios también tienen una devoción por lo nuevo antes que por lo viejo.
Y en ese sentido funcionaba más hablar de las aventuras del príncipe Carlos que de lo que ahora se podría contar sobre un Rey a sus 73 años.
Como ahora lo hacen del príncipe William y Kate Middleton o de Harry y Meghan Markle.
Como periodistas y creadores, sin embargo, sirve el momento para entender las implicaciones de lo que hacemos.
¿Somos injustos en el retrato que pintamos de aquellos a quienes cubrimos?
En muchos casos, sí.
¿Lo hacemos intencionalmente?
Diría que sí, aunque no siempre con malicia.
Más bien damos por hecho que hay que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que nuestras historias funcionen.
Y eso casi siempre pasa por extremar narrativas.
Por establecer roles claros para que a la gente no le resulte complicado adjudicar papeles a los protagonistas de una historia.
Aunque haya daños colaterales.
Pero de vez en cuando vale la pena ponerse en los zapatos de Carlos III, o del presidente de un país, o de un futbolista al que se le destroza por un video de fiesta que se hace viral.
Los medios contamos momentos de historias mucho más complejas.
Sería deseable que lo tuviéramos claro.
Que tanto en la producción de nuestras historias como en el consumo que hacemos de otras hubiera la calma para no devorarnos la realidad mediática que nos están dando.
Pero eso no va pasar en un mundo que o emite juicios de inmediato o prefiere pasar de largo sin dedicar tiempo de reflexión.
Quizás el reinado de tercera edad de Carlos III sirva para contrastar lo que dijimos que era con lo que en realidad es.
Posiblemente el tiempo no alcance.
O aunque alcance no nos interese, dado que hace tiempo que la historia de Carlos III ha sido contada.
Aunque sea hasta ahora que se ha convertido en Rey.
En Panmedials, los medios de la pandemia, hago un repaso a las decisiones que llevaron a los medios a su estado de crisis actual.
Propongo también un camino a seguir para salir de esa pandemia en la que nos metimos.
Adquiere aquí Panmedials, los medios de la pandemia, en versión física o digital.
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Gracias por el texto Mauricio. Es urgente revisar las viejas reglas de la creación de noticia. Preguntarnos: qué es noticia. El problema es que no ha todos les va a gustar un contenido mesurado, objetivo o como indicas en "escala de grises". Es importante esa reflexión en dónde está la responsabilidad de crear algo más que el contenido que quieren todos leer, o el que es de fácil consumo.