Co-newsroom, la nueva redacción para nuevos periodistas
¿Por qué en Story Baker decidimos crear una membresía que impulsa la creación de medios y periodistas de nueva generación?
Storybakers:
Hoy es el lanzamiento oficial de Co-newsroom.
Es la nueva membresía de Story Baker para impulsar el desarrollo de medios y periodistas de nueva generación.
Para que los casos de medios que van más allá del algoritmo sean los que predominen en la industria.
Y para que se descubran nuevos modelos de negocio que permitan que los periodistas sí cuenten las historias con las que sueñan.
En este envío les cuento cómo y por qué lo hago.
Los planes que tengo con Co-newsroom.
Y las reflexiones que me llevaron a tomar la decisión de lanzar una membresía para periodistas.
Vamos a ello.
Si quieres saltarte toda la explicación y dar un salto hacia tu transformación como periodista, hazte miembro aquí.
Si quieres todos los detalles, continúa leyendo.
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Como desde hace tres años, Story Baker presenta Tendencias, un e-book anual que reúne a los principales líderes de la industria para reflexionar sobre los principales temas que marcarán a los medios, el periodismo, los creadores y al mundo de las historias en general.
Puedes descargarlo aquí en su versión en español.
En próximos días podrás también descargarlo en portugués gracias a la colaboración de Midiamundo de Eduardo Tessler.
Para efectos de ir explicando los fundamentos detrás de Co-newsroom dividiré este envío en una serie de pequeños módulos que ayudarán a comprender los racionales detrás de esta membresía.
Todos, pueden estar seguros, apuntan a de verdad cambiar una industria que padece el síndrome de Estocolmo.
Está secuestrada por las métricas de vanidad y por los algoritmos que les generan esos números, pero aún sabiéndolo se ha hecho adicta a ese método de supervivencia.
El contexto: La industria aplaude los éxitos equivocados
En el 2017 nació Story Baker.
Decidí ahí que quería crear una plataforma que capitalizara todo el tiempo que pasaba investigando, estudiando y analizado sobre el mundo del periodismo, los medios y los creadores.
Todo comenzó con este newsletter: The Muffin.
Meses después lancé el podcast: The Coffee.
Seis años después, en algún punto del 2023, me di cuenta de que empezaba a estar fastidiado.
No del periodismo.
No de los medios.
No de la industria.
Pero sí de que las mayores novedades en la industria no pasarán ni por mejoras en las condiciones laborales de los periodistas, ni por la producción de historias de calidad, ni por la creación de productos que colocan las necesidades de los usuarios por encima de las de los anunciantes.
Llegó un punto en que decidí detener la realización de nuevos episodios de mi podcast.
Se me habían agotado los casos de éxito.
En Latinoamérica escasean los medios de nueva generación.
En el mundi hispanoparlante en general.
Escasean los medios en verdad dirigidos y guiados por periodistas.
Escasean, en términos generales, las nuevas formas de informar para obtener nuevos resultados.
En ese punto no quería hablar más del ranking de Comscore.
Tampoco de cómo se pueden generar cientos de artículos al mes gracias a la inteligencia artificial.
El negocio cuantitativo de los medios me interesa porque no deja de ser el principal método de supervivencia de los medios.
Pero no es ni el que me apasiona ni en el que más creo.
Aunque hay sus excepciones, por supuesto.
El New York Times ha logrado que lo masivo se junte con el contenido de valor.
The Athletic redignificó el periodismo deportivo al tiempo que se hacía con una base significativa de suscriptores.
No es calidad o cantidad.
Debe ser calidad y cantidad.
Pero en ese orden.
Con esa prioridad.
Y esa premisa no es la que están persiguiendo muchas de las organizaciones que dicen impulsar el periodismo.
En eventos especializados se da más espacios a los que dominan el algoritmo que a la relevancia cultural que es la que se palpa en las calles.
También ahí, todo está diseñado para que los medios corporativos paguen por tener un lugar exponiendo su “caso de éxito”.
Lo escribo entre comillas porque muchas veces ese caso de éxito no es tal.
Los precios para esos eventos suelen ser absurdos para periodistas independientes.
Se cuentan en miles de euros o de dólares.
Todo está diseñado para que el modelo que no funciona siga vigente.
A pesar de las necesidades de la audiencia.
A pesar de la comoditización del contenido.
E incluso a pesar de los propios medios.
Por eso decidí crear Co-newsroom.
Si no existe en el ecosistema una verdadera aceleradora de medios y periodistas de nueva generación, habrá que crearla.
2.- Hipótesis: la verdadera transformación vendrá del periodista como individuo antes que de la corporación como medio
No me malinterpreten.
Las corporaciones mediáticas son indispensables para la industria.
Es ahí donde aún se generan miles de empleos.
Es también ahí donde las ideas pueden o deberían escalarse.
Pero incluso para que éstas puedan transformarse es indispensable promover un cambio desde el individuo.
No hay corporación que se transforme sin el convencimiento de las personas que la integran.
Y no hay persona que se transforme mientras se le pida que haga lo que no abona ni al desarrollo de su marca personal, ni a encontrar nuevos modelos de negocio, ni a transformar lo que necesita ser transformado.
Con frecuencia, he recibido correos de periodistas o creadores de nicho interesados en que les ofrezca una consultoría.
Es complejo hacerlo.
O resulta una inversión elevada para los interesados.
O deriva para mí en la necesidad de invertir demasiado tiempo en algo que económicamente no me genera tanto retorno como las otras actividades que realizo.
Todo, a final de cuentas, es un negocio.
Y está bien, siempre y cuando el negocio se alinee al propósito.
Que es lo que debemos procurar para la industria.
De forma natural, mi negocio B2B de consultoría, agencia y conferencista me resulta más redituable que el B2C.
Pero con Co-newsroom podré impulsar la generación de nuevos periodistas y de nuevos medios.
El producto: Co-newsroom, la redacción en la que los periodistas sí cuentan las historias con las que sueñan
¿Qué es Co-newsroom?
Una membresía paga con opciones de suscripción mensual, semestral y anual que permite a sus miembros recibir asesorías personalizadas en el contexto de reuniones grupales que se alimentan de la retroalimentación dada a cada uno de los casos.
Esa asesoría viene acompañada de reflexiones, recursos y presentaciones exclusivas para comprender, identificar y analizar las tendencias que marcan la industria.
Para resumirlo, los puntos centrales de Co-newsroom son los siguientes:
a) Seguimiento a los proyectos personales de cada uno de sus miembros
b) Actualización especializada sobre la industria
c) Acceso a publicaciones especiales
d) Seguimiento exclusivo a ideas, reflexiones y propuestas que pasen por mi cabeza.
¿Qué incluye Co-newsroom en su primera etapa?
Co-mmunity: Participación exclusiva en grupo de Telegram para compartir recursos, herramientas y mensajes entre miembros con recomendaciones en audio grabadas por Mauricio Cabrera al comienzo del día
News Roomies: Reunión mensual de 90 minutos en que los distintos miembros de la comunidad tendrán diez minutos para compartir el estado actual de su proyecto, iniciativa o desafío y recibir retroalimentación directa de Mauricio Cabrera, invitados especiales y otros miembros de la comunidad
The Board: Presentación mensual exclusiva de 45 minutos dictada por Mauricio Cabrera e invitados especiales para entender todas aquellas tendencias y datos que necesitas para dominar la conversación en la industria de los medios y el periodismo.
Diario Creativo: Accede en exclusiva a las reflexiones y emociones que se me vienen a la cabeza en el día a día de mi vida creativa y profesional. Conoce cada mes los detalles más íntimos de mis procesos de trabajo, de mis hipótesis y de los resultados de mi curiosidad por el mundo.
¿Qué costo tiene la membresía de Co-newsroom?
Mensual: 378 pesos mexicanos (22 usd)
Semestral: 2,160 pesos mexicanos (126 usd-21 usd al mes)
Anual: 3,000 pesos mexicanos (175 usd-14 usd al mes)
¿Por qué Co-newsroom?
Fue una referencia al modelo tradicional del co-working.
Representó para mí una oportunidad de demostrar que podemos crear una redacción phygital que impulse a los periodistas de nueva y vieja generación a adaptarse a los nuevos tiempos.
Una redacción en la que los editores sí impulsan un mejor trabajo por parte de sus periodistas.
O de los News-roomies, como me ha dado por llamar a los miembros.
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