Creadores, el ESPN de la generación Z
Creadores, el ESPN de la generación Z
Y por qué su capacidad para organizar eventos los pone por arriba de los medios
Storybakers:
The Last of Us ha roto cualquier cantidad de mitos.
Se ha significado como la primera gran adaptación de un videojuego a serie de televisión.
Ha logrado demostrar que una historia amada por muchos en su formato original puede volver a ser amada por esos mismos.
Que una historia cuando no se traiciona la trama puede crecer hasta donde se quiera.
Como las licencias creativas que se toman para profundizar en la historia de Frank y Bill una vez que se encuentran.
O cómo los cambios sutiles pero significativos para efectos del producto televisivo que hacen con Sam terminan dándole mayor emocionalidad a la historia.
La historia, además de atender al público cautivo, le ha dado la bienvenida a millones de personas que desconocían el videojuego.
Y esos también han quedado atrapados por una historia que encuentra incluso un mejor timing ahora que cuando el videojuego fue lanzado.
En aquel entonces, el mundo veía la pandemia como algo lejano y apocalíptico.
Después de la pandemia del coronavirus, la posibilidad de que un hongo termine convirtiéndonos en zombies no nos resulta del todo ajena.
De eso va el nuevo episodio de Upload Inc.
Tres episodios a la semana.
Siempre sobre creadores, cultura popular y entretenimiento.
Vamos, que le damos un tratamiento hard a lo soft.
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Un ejercicio colaborativo que explora las tendencias que marcarán a medios y creadores en el año que recién comienza.
Participamos 23 autores de 8 países distintos.
Puedes descargarlo aquí en español y portugués.
Los creadores son el nuevo ESPN.
Son el ESPN de la generación Z.
Crearon su propio formato para el futbol con la Kings League.
Ibai tiene La Velada del Año, el Mundial de Globos y el Gran Premio de Twitch que este 22 de febrero celebrará su segunda edición.
DJ Mariio organiza el partido de YouTubers.
Este viernes Jordi Wild presenta el Dogfight Wild Tournament,
El evento se promociona como “el más brutal de la historia”.
Nada tendrá que ver con La Velada del Año.
Va de artes marciales mixtas.
De modalidades extremas como el enfrentamiento entre un peleador de 1.67 metros contra uno de 2.02.
O como el 2vs1.
O como la pelea a Muerte Súbita que garantiza que la pelea no terminará hasta que uno de los contendientes no pueda más.
A diferencia de La Velada del Año, el evento de Jordi Wild tendrá a puro peleador profesional.
Pero contará con él mismo y el Xokas como narrador.
Con una competencia de cachetadas que replica el Power Slap ideado por la UFC.
Y con un roast que parece desentonar pero que seguro alcanzará altos niveles de popularidad.
Los creadores están construyendo propiedad intelectual.
No esperan a que un suceso llegue para alcanzar relevancia.
Ellos crean esos sucesos.
La Velada del Año no sustituye al boxeo profesional.
El Partidazo de YouTubers en nada compite con la Champions League.
El Gran Premio de Twitch es más parecido a una recreación de Mario Kart que a la Fórmula 1.
Pero todos son eventos que suman a los creadores tanto a nivel identidad como a nivel audiencia y monetización.
Cada evento tiene sus propios patrocinadores.
Cada evento goza de cobertura en los medios.
Cada evento beneficia a cada uno de los creadores que participan.
Ya sea como La Velada del Año en que los protagonistas son los propios creadores.
O como en el Dogfight Wild Tournament en que los creadores se limitan a tener una participación como casters/narradores.
Son deportes de nicho.
Eventos para unos cuantos.
Pero hasta en eso los creadores lo entienden mejor que los medios y la industria deportiva tradicional.
Hoy un evento para ser un éxito no tiene que ser para todos.
Rihanna, por ejemplo, dejó inconformes a muchos.
Pero le habló a su comunidad y terminó siendo una de las artistas que mejor ha planeado su presentación en la historia del Super Bowl.
Los creadores, también, amplían y renuevan el abanico de anunciantes visibles para la audiencia.
La Kings League tiene a Spotify, Adidas y Cupra como patrocinadores principales.
Pero también aparecen marcas menos mainstream como Grefusa, como Cola Cao y como Chup Chup.
Ésta última se ha convertido en una constante en los eventos de streamers.
El efecto de los creadores en la generación de contenido deportivo es tan grande que los principales medios españoles como As y Marca dan seguimiento obsesivo a lo que hacen.
Incluso realizan transmisiones minuto a minuto.
Lo he dicho en otras oportunidades: el deporte de alta competencia sigue siendo muy valorado.
Pero la alta competencia termina resultando atractivo sólo en el máximo nivel.
Un Manchester United vs Barcelona en la Europa League necesita calidad.
Pero no un partido de temporada regular entre Mallorca y el Cádiz.
Tampoco un juego de temporada regular entre Necaxa y Querétaro en México.
Y es ahí donde estos nuevos deportes o modalidades deportivas encuentran un lugar.
Porque en ellas existe la oportunidad de socializar con esos creadores a los que siguen religiosamente.
Porque en ellas el deporte es un pretexto para entretener.
Como a final de cuentas lo hace la WWE.
Y aunque para muchos más que deporte es un circo deportivo, ese circo deportivo está buscando un comprador por entre 8 y 10 mil millones de dólares.
Los creadores son noticia por sí mismos.
Los creadores saben que pueden organizar eventos porque hay gente que cree en ellos.
Que los apoya en lo que sea que hagan.
Y además lo están haciendo bien.
Los medios, de inicio con mayores capacidades de producción, han sido incapaces de seguirles el paso.
Mientras que los medios se conforman con cerrar patrocinios de segundo o tercer nivel en eventos deportivos de nivel bajo-medio, los creadores producen sus propios eventos.
La relevancia cultural está en las caras antes que en los logos.
En las personas antes que en las corporaciones.
Los medios están volviendo a ser simples testigos de lo que ocurre.
No están siendo parte de la evolución del deporte.
No están creando propiedad intelectual.
No están generando ingresos a través de eventos en un contexto en el que la publicidad digital no vive su mejor momento.
Para que estén en condiciones de hacerlo tendrían que reinventar el modo en que se conciben a sí mismos.
Tendrían que trabajar en formar creadores.
En lograr tener comunidades antes que audiencias.
De lo contrario serán meros narradores de la historia.
Antes eso solía bastar.
Ahora no tanto.
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