

Descubra más de The Muffin por Mauricio Cabrera
Creer para crear: la ruta de una artista visual con Amarillo Pastel
Y el reto de no ser máquinas de creación de contenido
Storybakers,
Este año hemos explorado que no existe una manera absoluta de ser un creador de contenido y que a pesar del formato o prejuicios, ciertamente quedan chicas las ‘cajas’ de influencer, youtuber, artista, TikToker, periodista, comediante o vlogger.
Hoy tenemos un caso peculiar con una conversación que debería ser urgente entre la clase creativa que hoy intente vivir desde su exposición en internet o a partir de la monetización de sus fans.
Hablamos de algo poco explorado entre los creadores latinoamericanos: es bueno parar, reflexionar y no odiar lo que ya hacemos.
No es la escuela definitiva de pensamiento, ya que cada personalidad es un mundo, pero estoy seguro que a más de un creador le hará sentido la siguiente entrevista con María Fernanda Jiménez. Ella, de 28 años, ha creado Amarillo Pastel, su marca de ilustración. Es artista visual y cuente con más de 38 mil seguidores en Instagram.
Su éxito en redes, y -más importante- constancia, la han llevado a tocar las puertas necesarias para tener dos cursos en Crehana o haber sido parte de la primera generación de uno de los proyectos más ambiciosos de VANS en México.
Sin embargo, su narrativa es refrescante ya que nos habla de creer para crear y la importancia de la paciencia, además de una honestidad poco vista en la ruta que los creadores buscan compartir.
Esto es lo que María Fernanda tiene que decir sobre el proceso creativo, el éxito en redes, trabajar con marcas, la realidad godín (como en México se le dice a tener un trabajo de oficina de 9 a 6) y el burnout.
Únete a los grupos de Story Baker en Telegram!
La Podcastería: el punto de encuentro para creadores de audio con ligas, ideas y recursos.Cheat Media Links and Talks: lo que tienes que saber de la industria sin tener que buscarlo en Twitter ;-)
La Creator Economy: historias y briefing diario sobre la economía de los creadores que está cambiando al mundoNews de News: Todo sobre Newsletters
Desde el metaverso: el futuro de nuestra existencia digital
De estudiante a profesionista
Una de las partes más interesantes de la historia de María Fernanda es que la ruta para ser tomada en cuanta por marcas y clientes no fue un boom repentino, como suelen platicarnos varios creadores especialmente en el área de vídeo, sino algo que empezó con constancia desde el final de su adolescencia:
Yo inicié por ahí de los 17 o 18 años, estaba muy obsesionada con Instagram en ese momento, y en medio de ese proceso de no saber qué hacer de mi vida. Siempre he sido muy apasionada por la moda, la música, el arte.
Empecé a dibujar cosas y vi que a la gente le empezaba a gustar. Fue curioso, yo quería ser abogada, en mi cabeza no tenía un plan de vivir del arte o ser ilustradora, no sabía que se podía vivir de eso. Claro, había ya muchos ilustradores que empezaba a conocer por medio de Instagram pero aún no eran las redes sociales una herramienta de trabajo, inspiración o referencia.
Luego seguí varias ilustradoras como Hilda Palafox (Poni) que es una inspiración grandísima para mí. Aún yo no entendía porqué la gente compartía sus dibujos en internet y su día a día, pero me parecía algo maravilloso, comenzaba esta forma de compartir algo que no fuera un blog escrito.
Empecé a hacer lo mismo que ella, básicamente por copiarle, no sus dibujos porque yo ya tenía muchas ideas en ese momento y siempre me han gustado cosas con las manos como bordar o garabatos. Sino que era algo con lo que convivía pero nunca pensé que mi futuro dependiera del dibujo o me pudiera servir.
Posterior a comenzar a compartir en Instagram, llegaron algunas comisiones y una forma peculiar de ser remunerada:
Fue una locura porque la gente me pedía dibujos y yo no sabía como cobrar, entonces cambiaba dibujos por playeras de bandas, material de ilustración, boletos de conciertos. Fue mi primera moneda de pago, el trueque, si puedo tener algo a cambio como música o conciertos (además del dinero, claro), siempre voy a estar ahí.
Entré a la universidad, y yo quería estudiar Arte eso ya lo tenía claro. Mis papás, tuve la fortuna de que planeaban pagarme mis estudios, pero cuando les dije que quería estudiar arte me mandaron por un tubo porque para esas generaciones vivir del arte es imposible, mi papá me dio la opción de estudiar publicidad y ayudarme “con mucho gusto” ya que tenía que ver con lo que me interesaba
Entro estudiar publicidad, no es lo que me gustaba en ese momento, y ahora me dedico a la publicidad pero me sirvió de base para cómo saber llevar mi marca.
Un perk de comenzar tan joven (Fernanda tenían 17 años) ha sido crecer junto a su audiencia, generalmente chicas en el ambiente creativo o personalidades afínes:
Amarillo Pastel despegó a la mitad de la carrera y yo era muy chica cuando despegó, ya tenía proyectos con marcas muy chidos y platicaba qué hacía en la universidad, qué hacía en mi trabajo, y comencé a tener un boom en redes con las chicas de la misma edad o algo menores, querían entender y tener opciones del mundo de la publicidad, arte e ilustración.
Muchas todavía me siguen, y ha sido una evolución constante, crecen y también han visto como crece Amarillo. Veían todo lo que hacía, cuando platicaba del día, hasta ahora que es un portafolio más en forma de trabajo. Me empezaron a contratar más marcas y me he hecho muy amiga de gente que trabaja en éstas, porque me gusta hacer conexiones con la gente y han habido experiencias increíbles. Así ha sido la evolución de Amarillo desde los inicios como una estudiante hasta ahora ser una profesionista.
Se vale parar
Una constante en la charla con María Fernanda es el que su espacio sea un lugar seguro, ya que si bien hay temas serios que tratan otras creadoras, el suyo quiere mantenerlo como un espacio con una especie de tranquilidad y serenidad.
Al final, a diferencia de lo que puede llegar a hacer con su trabajo en agencia o colaboraciones con clientes, el proyecto de Amarillo Pastel es sumamente personal y así ha sido su conexión con la audiencia:
Yo siempre he tenido un conflicto en que punto una ilustración se convierte o no en arte no me termina de quedar claro. La forma en la que yo lo he entendido es que cuando trabajo para alguien mas haciendo una síntesis de una historia, pedidos para marca, o historias que yo estoy escribiendo, es una ilustración.
Cuando hago una exploración más allá, meterme en mi mente con sentimientos y sensaciones un poquito más, yo siento que son piezas más en el arte por compartir un discurso, explicar la técnica de qué habla.
En ilustración uno lo puede entender a simple viste, siempre se apega a la imaginación de los demás. Por el contrario, yo siento que el arte es algo más de lo que vas sintiendo.
Asimismo, María Fernanda aprecia esta honestidad de otros creadores:
A pesar de que hay mucho contenido trash siempre hay algo que nos rescata y nos inspira, incluso a seguir haciendo más cosas.
Me gusta hacer propuestas porque hay varias áreas a explorar, hay mucho que aprender y descubrir de otras personas, y hay mucho de donde motivarse para seguir creando. De repente en estos tiempos tan caóticos necesitamos inspiración, y eso es algo muy cool.
Sin embargo, nos dice, crear contenido con honestidad e inspiración es algo desgastante para los creadores. Si bien respeto que algunos quieren estar vigentes todo el tiempo, no es así cómo ella lo lleva.
Más bien, platica, busca un punto sano para nunca odiar lo que más le apasiona.
Respecto a la producción en serie y producir todo el tiempo, estoy en contra. Este año fue el de menos productividad de Amarillo Pastel entre cambios y mudanzas. Ya no tengo 17 años, sino casi 28. Mis intereses han cambiado, mi discurso también. Yo estoy completamente en contra, me molesta muchísimo que las personas que hoy se dedican a la ilustración solo quieren a la gente con los ojos puestos en ellos, yo percibo diferente el objetivo.
Sí, hacer contenido te genera muchas oportunidad. Llegan marcas, sí, pero no es sano hacer por hacer. No tiene espíritu ese contenido.
Algo relevante es que, a diferencia de otras narrativas que hemos explorado en estos casos de estudio, María Fernanda es clara entre la división del trabajo para tener un ingreso seguro y aquel que surge desde sus inquietudes y sentimientos:
Yo me dedico a crear contenido para marcas, trabajo en una agencia. Es mucho trabajo, lleva tiempo. En Amarillo no estoy dispuesta a compartir por compartir solo porque la gente no me olvide. Fue lo que pasó este año: me di cuenta que obviamente hay más propuestas, gente haciendo cosas increíbles y empiezas a quedar de lado, pero por el algoritmo no porque la gente te olvide realmente.
No quiero ser esclava de internet toda la vida. Me tomo mi tiempo, la verdad. Porque hay momentos donde no subo nada, porque no trabajo nada, no tengo ganas de seguir creando por crear, ves Instagram y prefiero no consumir contenido. Te llega esta idea de que cada cada vez estás más vieja y los demás los están contratando marcas, y a ti te están olvidado.
Si crees en tu proyecto siempre va haber vida después del internet, habrá forma de tocar puertas, tener oportunidades, no todo es a través de las redes sociales. Soy fiel creyente, de que la paciencia debe estar ahí, creer para poder crear, todo se va dando a su tiempo, hay que darse tiempo para descansar.
Lo que hago es tomarme mi tiempo, no presionarme, no frustrarme. Si no hago las cosas es que no son para mí. Me tomo mi tiempo porque no quiero acabar odiando algo que me apasiona tanto.
Trabajar con tu marca favorita
En el camino de María Fernanda, hacemos parada en dos oportunidades que marcaron un hito en su ruta como creadora: Crehana y VANS.
Sobre la primera experiencia, la de tener uno de los cursos más exitosos en una de las plataformas líderes de educación online para América Latina, nos menciona que fue un asunto de tocar puertas y proponer:
Lo de Crehana fue una cosa que llevó a la otra. Te decía que me gusta generar conexiones, y llegó porque trabajaba en una marca, había una chica que fue mi clienta, y ella estaba ahora en Crehana y me dijo te doy una membresía y le dije cool pero porqué no estructuramos una clase, vi que apenas llegaban a México con el tema de crafts y yo tenía muchos años ya enseñando y tenía ganas de crear un taller en línea.
Fue crear una puerta, tocarla, aprovechando que conocía a las personas que podía decirme sí o no. Al final tener éxito en redes no es igual a dominar un tema o poder enseñarle a alguien, es una responsabilidad muy grande.
Hubo junta tras junta y se dio. Fue presentarme tal como un proyecto, no porque a Fer la siguen x personas en redes. Fue argumentar el tener años dando clases presenciales, y ahora apostar por este formato. Va, perfecto, lo hacemos.
Era una época complicada, fue un reto grabar, uno cree que está preparado para esas cosas pero no. El primero fue hace tres años, el segundo hace apenas unos meses, en ese sí me contactaron, el primero fue de los más comprados en México en Crehana, para el segundo me buscaron y a mi trabajo, es algo qué me hace muy afortunada.
Es algo que ha pasado muchas veces con muchas marcas, cliente, fue quitarse la pena, pedir la oportunidad, mostrar qué podía ofrecer, se hizo. Lo mejor fue relacionarme con alumnas y alumnos fuera de la CDMX, sino también de Colombia, Perú, Venezuela, Chile y algunas partes de España.
El acercamiento con VANS ha sido, de acuerdo a María Fernanda, “la cosa más importante que le ha pasado en los últimos años”, ya que una relación comercial que inició con menciones y posteos de productos derivó en tener un show dentro de la plataforma Channel 66 de la marca en español:
Hace varios años, VANS comenzó a buscarme para algunos posteos, hablar sobre colecciones. Aún no me tomaban en cuenta como ilustradora, sino que en ese tiempo yo hablaba de moda y era buen vínculo, apenas años después trabajé con VANS como artista y me habla la brand manager de House of Vans (que recién va abrir sus puertas).
Me dice, viene otro proyecto que va estar muy cabrón, estará en tres ciudades, una es CDMX. Paso un rato, estábamos en pandemia, me dijeron de House of Vans y en ese tiempo yo ya sabía pero apenas se anunció en estas semanas. Me dijeron de las transmisiones en vivo, les dije que sí, para 2021 se concreta y el primer show se llamó Después de la Escuela.
Era un show nada más de Amarillo sobre música, arte, que me inspira de la magia, hablar de mi trayecto y procesos. Una temporada de 4 programas, después nos ofrecen fusionar dos shows a mi y a una de mis mejores amigas.
Se llamaba Miércoles de Brujas, fueron 4 shows y recién terminó la temporada, y ese fue el acercamiento. Fue dar a conocer nuevas propuestas, nuevos artistas, tener la misma ondita, que les gustara todos los pilares que tiene VANS. El skate, música, hip hop, street style y fue el match perfecto. Espero que el próximo año siga abierta la puerta.
Los básicos de Story Baker
La relación con tu audiencia:
Una cosa que yo considero de mi proyecto es que es una cosa real. De repente yo me escondo mucho y suelto solo Amarilo y cuando la gente me llega a conocer dicen “no me imaginaba que fueras asi” y no sé qué esperaban o tenían en mente, pero creo que ese “éxito” en redes ha sido porque he llegado de una forma yo soy así, me gusta esto, no me gusta, hoy no quiero trabajar.
Por ejemplo, en un concierto conocí a una chica que sigue Amarillo y me dijo “me da mucho gusto conocer a alguien que admiro mucho y es una persona como yo”.
Pienso que ese ha sido el éxito, que siempre he hablado de que soy una chica que dibuja, hace lo que le gusta y ya, no hay nada extraordinario, no hay esta onda de enaltecimiento. Yo estoy muy contra de llegar a punto donde conoces a tus ídolos y resulta ser algo que no está cool, no es una experiencia agradable, siempre he tenido este conflicto y me gusta mostrarme tal cual soy.
Formas de monetizar como artista/ilustradora:
En monetización me he visto lenta, yo no monetizo por redes sociales. Lo que hago es que cobro regalías por el curso, trabajo para algunas marcas que me van contratando, o clientes más pequeños o pedidos más personales.
Algunas veces hago merch y doy clases. También tengo un trabajo godín, esto fue a raíz de la pandemia y muchos proyectos se vinieron abajo, y muchos temas se volvieron completamente diferentes en interés de las marcas. Sentí que fui menos tomada en cuenta.
Afortunadamente siempre tengo un plan B, mi ingreso antes era 100% activaciones y campañas, pero poder trabajar generando contenido para marcos ha sido bueno en lo que regresa Amarillo 100%. Estoy en un 50/50.
Lo que quisieras que todos entendieran sobre la vida del creador de contenidos
Quisiera que todos entendieran y puede sonar muy agresivo, pero no llegamos a hablar esto abiertamente. No tenemos ninguna obligación de estar produciendo para un grupo de personas o producir en serie todo el tiempo.
Si bien somos una parte del entretenimiento pero los creadores somos personas. Algunos no quieren desaparecer y otros queremos descansar. Hay que entender que tiene que haber paciencia, no les puedes pedir a un creador que te esté dando cosas todo el tiempo.
Tu rutina
Todo el tiempo estoy creando, escuchando música, no lo sigo paso a paso, pero me levanto, preparo un té, le doy de comer a los gatos, checo cosas del trabajo, peloteo ideas, veo cuales van al trabajo y cuales a Amarillo.
Realmente mi día es crear, veo que hace gente más chica, leo, exploro.
Luego de los pendientes, empiezo a ver que hay con Amarillo, comentarios, feedback de cursos, sigo proyectos de pedido de ilustraciones, la logística de talleres, si van a ser en línea o en una escuela con la que colaboro. Siento que es un día de 60 horas, darle estructura es complicado, trato de organizarme.
La primera parte del día es para mi trabajo Godín, y la noche es donde ya tengo tiempo para pensar lo dedico 100% a Amarillo o salir, regresar y...ver más temas de Amarillo Pastel.
Tus herramientas indispensables
Últimamente Procreate porque me ayuda con retoques y hacer bocetos rápido.
Photoshop me funciona bastante bien, Instagram claro. Mi correo es sagrada.
Utilizo para trabajar un iPad, mi celular, mis manos, un buen tecito y listo.