Deepseek: TikTok era sólo el comienzo de la guerra fría tecnológica
PodX adquiere Oronda Studio; La People's League asegura que vendrá expansión internacional; el avión de Los40 y Air Europa
Storybakers:
No es sólo una batalla tecnológica.
Es una batalla geopolítica por ser quien mejor conozca y adoctrine a la población mundial.
Es una versión 2.0 de la Guerra Fría.
Un enfrentamiento libre de sangre pero no por ello menos peligroso dado que representa la batalla por controlar nuestra atención, nuestro tiempo y, por tanto, nuestro modo de pensar.
El surgimiento de Deepseek no provoca tanto escándalo por sus grandes posibilidades a menor costo como por lo que ello representa para el equilibrio de poder entre Estados Unidos y China.
No es casual que el golpe surgiera justo cuando los magnates tecnológicos se rindieron frente a Donald Trump.
En esa alineación estuvo incluido TikTok.
Primero y sobre todo con ese mensaje en que advertía que pronto estaría de regreso gracias a la intervención de Donald Trump.
Propaganda pura.
Como cuando un spot de gobierno presume que ha reducido los niveles de pobreza gracias a sus programas sociales.
Después con el propio CEO de TikTok acudiendo a la toma de posesión de Donald Trump en su versión 2.0.
El golpe quirúrgico chino afecta tanto la visión que los propios estadounidenses tienen de su capacidad de ganar la carrera tecnológica como los modelos de negocio que pretendían establecer sus principales representantes.
Con los desarrolladores de Deepseek argumentando que sólo requirieron una inversión de 6 millones de dólares frente a los miles de millones de dólares que han requerido Open AI y el propio Google para su desarrollo, se anticipa una ruptura paradigmática que no tiene antecedentes.
Hasta ahora se asumía a nivel mundial que el producto chino equivalía a baja calidad.
Es a estas alturas una verdad a medias.
Una verdad que se ha ido despedazando a partir de las más recientes innovaciones tecnológicas.
Si de algoritmos hablamos, TikTok ha sido el Caballo de Troya chino que se ha vuelto referente de la cultura occidental.
No existe fenómeno mediático que no pase por ahí.
Cada vez más el surgimiento de nuevos grandes creadores de contenido pasa por TikTok.
Y para sembrar un mensaje entre las nuevas generaciones, como el propio Donald Trump lo sabe, no hay plataforma más efectiva que TikTok.
Para decidir de antemano que Johnny Depp es la víctima frente a Amber Heard.
Para viralizar las controversias de celebridades.
Y para prenderle fuego a las máximas de los libertarios que hoy dominan el mundo desde los extremos.
Estados Unidos y Donald Trump pensaban que tenían la batalla ganada empujando a TikTok a ser adquirida por un estadounidense en su territorio.
Aún sin conocer el resultado de ese culebrón, queda claro con Deepseek que la guerra fría tecnológica va mucho más allá de los videos cortos.
Si el algoritmo viralizó a conveniencia, el asistente conversacional adoctrinará igualmente a conveniencia.
Si los pronósticos se validan, los seres humanos cada vez iremos acortando más nuestros métodos de búsqueda.
De hecho, ya lo estamos haciendo.
Pasamos de buscar entre los miles de resultados de búsqueda a encontrar aquellos creadores que encajan en lo que el algoritmo decide que buscamos y necesitamos.
Lo que sigue con la búsqueda conversacional es que nuestra curiosidad se satisfaga en una plataforma conversacional que en teoría nos dará la respuesta que estamos buscando.
Si las tecnológicas ya eran las editoras generales más poderosas de todos los tiempos, encapsulando la atención del usuario en una ventana conversacional tendrán más poder que nunca.
Y a estas alturas, después del show de contradicciones en que se han sumergido los más grandes líderes tecnológicos para acomodarse a lo que les conviene, no queda claro que la población mundial en verdad estime como mucho más peligroso entregar datos a empresas chinas que a empresas estadounidenses.
La de las herramientas de inteligencia artificial no es sólo una batalla de posibilidades de cara al usuario y de eficiencias hacia dentro.
Es una batalla geopolítica por tener el control sobre nosotros.
Sobre lo que hacemos, sobre lo que consumimos y, sobre todo, sobre lo que pensamos.
Hollywood siempre nos dirá que lo mejor que nos puede pasar es el triunfo de Estados Unidos.
Pero en la realidad eso no queda tan claro.
Ni para nuestro cerebro ni para nuestro bolsillo.
Por último, una imagen que lo ilustra todo.
Porque a veces un meme vale más que mil palabras.
Shots para llevar
PodX, compañía especializada en la inversión en podcasts, anunció que Oronda Studio ahora forma parte de su portafolio.
Oronda ha producido podcasts como La última trinchera, con Andrés Bustamante y Trino Camacho, así como Las mujeres valientes: Güií Chanaá para Spotify.
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