Depp vs Heard: ¿el algoritmo mata la autenticidad de medios y creadores?
El documental más visto de Netflix explora la verdad construida desde las redes sociales
Storybakers:
¿Cuánto de lo que hacemos en digital es una farsa?
¿Cuánto de lo que opinamos en digital es en realidad un guiño hacia lo que las masas quieren escuchar?
¿Nos hemos convertido todos en una especie de políticos manipuladores que decimos y pensamos lo que nos dará mayor alcance?
Esas preguntas surgen después de ver Depp vs Heard en Netflix.
El documental de tres episodios explora el doble juicio que se generó en la demanda por difamación que interpuso Johnny Depp contra Amber Heard.
El juicio que se produjo en los tribunales.
Y el juicio que se produjo en redes sociales a partir de lo que las cámaras y micrófonos nos permitieron ver desde los tribunales.
Documenté en su momento esa sensación de que el juicio de Johnny Depp contra Amber Heard era en realidad un enfrentamiento de popularidad más que de búsqueda de la verdad.
Sobre la verdad en las declaraciones de uno y otro sigue imperando el debate.
Quien siguió el juicio muy pronto comprendió que no se trataba de quién había sido tóxico y quién no, sino de quién había sido menos tóxico y violento.
Pero lo que de verdad importó en ese caso fue la popularidad de uno sobre el otro.
El “triunfo” de Johnny Depp, aunque no fuera total dado que a él también se le impuso una pena de 2 millones de dólares por difamar a Amber Heard, fue también el del Capitán Sparrow y el del joven manos de tijera.
De ahí que hubiera gente disfrazada de ambos personajes para apoyarlo.
De ahí que a ojos de la defensa de Amber Heard haya sido injusto que la jueza permitiera que un conflicto legal entre particulares se transformara en un show mediático sin precedentes.
Si el veredicto judicial fue de victoria parcial para Depp, el de popularidad fue de triunfo apabullante.
El hashtag #justiceforjohnnydepp alcanzó 22 mil millones de views.
El de #justiceforamberheard se quedó estancado en 264 millones de views.
Aún hoy, la defensa de Amber sostiene que el jurado estuvo influenciado por las redes sociales.
Que fue desde ahí donde se determinó la culpabilidad de Amber Heard.
Ya entonces TikTok se había convertido en esa plaza pública que determina lo que trasciende y lo que no a nivel cultural.
Ya entonces TikTok se encargaba de impulsar con su algoritmo todo aquello que la gente quiere escuchar.
Y es ahí donde podemos empezar a cuestionarnos la naturalidad de lo que hacemos como creadores y como medios.
Porque a la diferencia de popularidad entre Johnny Depp y Amber Heard se le añade nuestro interés porque lo que hacemos trascienda.
Con una diferencia de miles de millones de views, tanto medios como creadores comprendían que defender a Johnny Depp sería mucho más rentable que opinar a favor de Amber Heard.
Lo mismo ocurrió con el contenido escrito.
Mientras que los índices de búsquedas por contenido favorable para Amber Heard era muy limitado, existía un apetito en Google por consumir todo aquello que fuera en beneficio de Johnny Depp
En estos tiempos no importa sólo lo que creemos, importa el impacto que pueda tener lo que creemos a partir del algoritmo.
Entra entonces un conflicto identitario que nos lleva a preguntarnos si actuamos a partir de lo que en verdad pensamos o de lo que sabemos que va a trascender.
O peor aún, si estamos hablando de algo sólo porque es una oportunidad de alcance en vez de hacerlo porque en verdad nos interesa.
En el caso de Amber Heard vs Johnny Depp hubo unos cuantos, la gran minoría, que se ciñó a informar sobre los hechos.
El resto se compone de gente fanática de Johnny Depp o de Amber Heard con una opinión formada desde antes de que comenzara el juicio.
De feministas y antifeministas que según el bando en que estuvieran tenían claro si quien mentía era el hombre y la mujer.
Y de millones de creadores y medios que quizás no tenían mayor interés ni pasión por el caso salvo porque era una potencial mina de views y visitas.
Según streamcharts, el juicio fue reproducido un total de 83.9 millones de horas en YouTube.
En el momento en que el jurado anunció el veredicto alcanzó su audiencia máxima con 3.5 millones de viewers.
Cifra superior, por ejemplo, a los 3.4 millones de views de La Velada del Año III con que Ibai Llanos ostenta el pico de audiencia en Twitch.
El stream del juicio más visto en YouTube fue lo más visto en aquellas semanas, superando incluso la audiencia pico de la final de la Liga MX entre Atlas y Pachuca.
Las cifras resultaron tan tentadoras que era natural subirse a la tendencia.
Como también era natural inclinarse a favor de Johnny Depp sin que en realidad importara si era o no a quien le asistía la razón.
Se trata de una perversidad algorítmica que en realidad existía desde antes de digital.
Las portadas en los diarios deportivos no solían ser para quien las mereciera sino para el que más ventas pudiera generar.
En portada de una revista social no se colocaba al que quizás tuviera mayor mérito, sino a la persona más reconocida por el público.
Pero ahora ese tipo de decisiones ocurren a diario en cada pieza creada por millones de medios y creadores.
Yo mismo anticipé, por ejemplo, que hacer un video en TikTok sobre el documental de Netflix no me iba a traer mejores resultados que publicar sobre el empate del América.
Esta vez asumí el costo dado que quiero dejar claro que mi cuenta va más allá de futbol.
Pero, en efecto, el video apenas superó los diez mil views.
No siempre logro escapar a lo que me dice el algoritmo.
Como creador me he descubierto haciendo videos con opiniones sobre las que no estoy tan convencido sólo porque sé que es lo que la gente quiere escuchar.
Sólo porque sé que así recibiré el aplauso digital que se convierte en relevancia y en nuevos seguidores.
Entre más alimentamos al algoritmo más somos víctimas de él.
Es ahí donde se explican nuestras razones para prestar más atención a la muerte de 5 personas en una expedición para conocer los restos del Titanic que a la muerte de decenas de refugiados también en un percance marítimo en Grecia.
En una sociedad data-driven, este tipo de disparidades no harán más que extremarse.
Vale la pena tenerlo en cuenta, aunque al final no se pueda hacer mucho al respecto.
La atención es la que manda.
Y esa está donde el algoritmo nos lleva.
Únete a los canales de Story Baker en Telegram
Cheat Media Links and Talks: lo que tienes que saber de la industria sin tener que buscarlo en Twitter
StorIA: el futuro de las historias en la era de la inteligencia artificial
La Podcastería: el punto de encuentro para creadores de audio con ligas, ideas y recursos.
La Creator Economy: historias y briefing diario sobre la economía de los creadores que está cambiando al mundo
News de News: Todo sobre Newsletters
Desde el metaverso: el futuro de nuestra existencia digital