El newsletter como metáfora de los medios
Y por qué pese a su elemental naturaleza es el paso adelante para la industria
Storybakers:
Acá un nuevo episodio de Upload Inc. sobre el final de Ted Lasso.
Va de su origen como historia mínima viable a partir de un spot de NBC Sports anunciando la adquisición de los derechos de la Premier League en Estados Unidos.
Va de cómo es posible hacer una historia futbolera que cautive a la gran audiencia.
Va de comprender las posibilidades de expresión transmedia en las historias bien contadas.
Va de cómo se atreve a abordar temáticas sociales en tendencia sin que la historia se vea forzada.
Radar, el newsletter dedicado a comprender los futuros posibles
En Story Baker seguimos apostando por los newsletters como el producto mínimo viable a partir del cual es posible conquistar distintos nichos.
Este domingo, en colaboración con LUMO Media Lab, el Media Lab de Caracol Televisión, hemos lanzado Radar.
Radar va de analizar las tendencias futuras con foco en 3 pilares: inteligencia artificial, web 3 y metaverso.
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Los medios se debaten entre lo disruptivo y lo elemental.
Lo disruptivo es por ahora una combinación de fantasía y realidad a través de la inteligencia artificial.
Lo elemental lo ponen los newsletters como el producto mínimo viable.
Pero también como el producto en tendencia.
Como el formato del que se sigue hablando bien en tiempos en que de casi todo se habla mal.
Mi primera reacción al encontrarme un artículo de Fast Company hablando del boom de los newsletters fue que era una obviedad a la que no había que dedicarle tiempo.
Después reconsideré.
Es una realidad que la nota no presenta mayores novedades respecto a lo que ya sabemos de los newsletters.
Pero es también una realidad que fuera de ese crecimiento constante como herramienta no hay mucho más que se pueda contar de nuevo respecto a los medios.
Digo que el newsletter es una metáfora de la industria de los medios porque en cierto modo representa volver a comenzar.
El newsletter es la expresión mínima de lo que un medio de comunicación puede hacer con su propia plataforma.
Un texto escrito por una persona para una audiencia que ha decidido leerlo.
La premisa es tan absurdamente primaria que la primera reacción es descartarla como elemento disruptor de una industria que por día genera millones de historias.
Pero han sido tantas las malas decisiones de los medios a lo largo de los años que son muchos los que han encontrado en lo más simple su arma más poderosa.
Son los newsletters el recurso más básico para poder hacerse con usuarios registrados.
Son los newsletters los que se han convertido en pilares de los medios de nueva generación.
Ahí están Puck, Axios, Semafor, Morning Brew y The Information como muestra.
Son los newsletters los que se han convertido en pilares de los medios que buscan hacerse con suscriptores.
Ahí están The Athletic y el New York Times.
Son los newsletters los que mejor retoman el concepto de intencionalidad editorial por parte de un medio.
Mientras que las páginas de inicio pierden cualquier tipo de identidad al cambiar sus espacios principales cada que algo ocurre, en un newsletter un autor particular comunica qué es lo que quiere que su audiencia sepa, analice o comente hoy.
Es un citatorio en el que hay una propuesta de autor sobre la mesa para que un usuario decida con claridad o no si eso que le han servido es de su agrado.
No habla bien de la industria que un recurso tan rudimentario como el newsletter sea el que presenta mejor salud.
Pero es que es por mucho el que encaja mejor con los tiempos que corren.
Si se requiere un producto de calidad pero a la vez de no tan alta inversión dado que no se requieren decenas de personas para estar actualizando todo el tiempo, el newsletter es la respuesta.
Si se requiere un producto que rompa con el extravío identitario de los medios que publican lo mismo en aras de satisfacer al algoritmo de Google, el newsletter es la respuesta.
Si se requiere construir identidad y familiaridad entre la audiencia y el medio que está creando contenido sin pasar por el anonimato tácito u omitido en el que terminan cayendo los maquiladores de notas, el newsletter es la respuesta.
Si se requiere un producto mínimo viable con la capacidad de crear una comunidad identificable y medible, el newsletter es la respuesta.
Si se requiere una plataforma pensando en cómo crear relaciones sanas con la audiencia, la respuesta es Substack.
A Substack hay que reconocerle su obsesión por imaginar un nuevo ecosistema de medios.
Hay que reconocerle que pese a la insistencia en que nunca será un gran negocio sí que se ha enfocado en crear recursos que conectan a creadores con su comunidad.
Y que lo han hecho partiendo de las necesidades tanto de creadores como de comunidades antes que de los algoritmos.
Parece menor, pero ahora ya Substack permite el embed de e-books o pdfs para colocarlos detrás de un paywall.
Permite también incorporar gráficas interactivas realizadas con Datawrapper.
El presente y futuro de los medios no es tan luminoso como quisiéramos.
A las verdaderas disrupciones se les ve más con temor por la amenaza de la inteligencia artificial que con la convicción del que muere por explorar lo que vendrá.
Pero los newsletters son esa respuesta efectiva, aunque hasta cierto punto deprimente, con la que cuando menos nos permitimos recordar que el lector ha de ser lo más importante de todo.
El newsletter es tan básico que decepciona.
Pero a la vez comienza a consolidarse cada vez más como la primera piedra de los medios estructurados tal como deben ser.
Un newsletter de éxito no comienza con directivos con sueldos millonarios.
Un newsletter no comienza motivado por intenciones políticas relacionadas a la manipulación de masas.
Un newsletter comienza con un autor comprometido con lo que quiere contar buscando desarrollar una comunidad.
El newsletter no tiene ni los fuegos artificiales ni la parafernalia de los grandes medios lanzados con 100 personas dentro de las redacciones.
Pero la historia también señala que las verdaderas oportunidades pasan por crear medios con el propósito por delante.
Con autores comprometidos.
Con los recursos puestos en lo necesario antes que en el bluff corporativo.
Por eso es importante que se hable de los newsletters en el 2023.
Por eso es importante que Fast Company reconozca una tendencia que de revolucionaria parece no tener nada.
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a mí substack no me da dinero, de momento, pero me da la vida como periodista freelance que se niega a arrojar la toalla.