El periodismo en español necesita neomedios
¿Y si dejamos de pensar que la tradición resolverá la crisis presente y futura?
Storybakers:
Gracias a todos los que asistieron al webinar de presentación de Tendencias 2022: encuentro de creadores y periodistas en la nueva economía, organizado por Story Baker Academy y la SIP.
Si se lo perdieron, pueden revivirlo completo aquí
Recuerden que pueden descargar aquí el e-book colaborativo completamente gratis o leer y escuchar cada colaboración en nuestro sitio y en el podcast de Story Baker Academy.
Aquí la entrega más reciente que hemos publicado en audio:
Una pregunta:
¿Qué reventó el status quo de la industria bancaria?
Los bancos de siempre, no.
Fueron los llamados neobancos
Y en ese mismo proceso están las criptomonedas y el desarrollo de la economía descentralizada.
¿Por qué entonces los medios y el periodismo viven aferrados a que sea la tradición la que descifre el futuro?
Tenemos que aceptar de una vez por todas que los legacy sobrevivirán, algunos incluso destacarán, como el siempre mencionado New York Times, El País o el Washington Post.
También Clarín, La Nación, El Tiempo, el Folha de Sao Paulo y El Comercio de Perú.
Pero los que tienen talento y no están en esos lugares en movimiento, tendrían que entender que el futuro los espera.
En Estados Unidos se ve a grandes periodistas fundando los nuevos medios o neomedios.
En algún punto deciden que les toca hacer algo por el periodismo atreviéndose a emprender.
Ben Smith acaba de anunciar su salida del NYT para lanzar su propio medio en sociedad con Justin Smith, hasta hace unos días CEO de Bloomberg.
James Vandehei fundó Político y años después dio con la tecla al idear Axios.
Jonah Peretti co-fundó el Huffington Post, creó Buzzfeed y dio un salto de fe para la industria de medios conviritiendo a Buzzfeed en empresa pública a través de una SPAC (aún con resultados no deseados)
Jon Kelly pasó de Vanity Fair a crear Puck, un modelo de medio de nueva generación
Mark Bauman, quien comenzó como reportero de guerra de ABC News, acaba de lanzar Grid (aquí mi análisis sobre él)
The Skimm fue creado por Carly Zakin y Danielle Weisberg tras sentirse empolvadas en su trabajo para NBC.
Y la lista podría seguir.
Ya sé que la realidad de Estados Unidos no es la de Latinoamérica.
Que el periodismo en esta región no se paga bien.
Que existe una constante dependencia a los ingresos provenientes del gobierno.
De cualquier modo, los periodistas podríamos hacer más por mejorar el ecosistema.
Atrevernos a lanzar más medios mínimos viables.
A dar el manotazo de independencia para destrabar el eterno huevo-gallina en que no llega el buen contenido por no significar negocio y no llega el buen negocio por no generar buen contenido.
Las media startups son indispensables para sanar a la industria.
Hasta ahora la mayor disrupción ha sido tecnológica.
Gracias a las redes sociales, medios nativos digitales se hicieron grandes.
Pero muchos dependen de ellas, no son en realidad dueños de su destino.
Toca crear neomedios con el propósito por delante.
Con periodistas de renombre y por descubrir que se la jueguen a ser emprendedores.
Todo camino inexplorado es incierto. Y está bien que así sea. Sin dudas, no hay innovación.
Intentos de neomedios hay, apenas unos cuantos destacan.
La mayoría no fueron creados por periodistas.
La mayoría no están ni siquiera enfocados a los grandes temas, sino a nichos dominados por Insiders, como Startupeable y Whitepaper.
Corresponde a los periodistas descifrar a través de los neomedios cómo darle su lugar al buen periodismo.
Red/Acción lo hace. También Ojo Público en Perú. El Surti en Paraguay.
Pero han de ser más en cantidad y en impacto.
¿Qué frena el emprendimiento periodístico en Latinoamérica?
1) Cultura destructiva:
Recuerda una plática profunda con una periodista consagrada.
Me dijo que ella ya había hecho lo suyo por el periodismo.
Que cuando e había abierto a usar sus recursos para contratar a otros periodistas, la terminaban criticando.
Por las condiciones que ofrecía, por la exigencia del trabajo o porque a un periodista no le gustaba trabajar para otro periodista.
Prefería, me dijo, seguir invirtiendo en proyectos personales.
Y como ella, muchos que deciden que hoy es mejor lo unipersonal que lo colaborativo.
El periodista latinoamericano, hay que decirlo, tiende a no querer ver problemas salvo cuando lo afecta directamente.
La empatía, pues, asumiendo el costo de generalizar, no es nuestro fuerte.
2) Preferible el confort del medio establecido a la incertidumbre del emprendimiento:
En momentos como los que vive la región, el periodista prefiere mantenerse en una corporación que aventurarse por cuenta propia.
Más vale tener algo seguro, aunque quizás no ideal, que abrazar lo incierto cuando aún ni siquiera se valida que la idea del lector que paga sea algo posible para la mayoría.
Las crisis de industria son contradictorias: cuando más se necesita un cambio, el talento más cotizado tiende, de forma natural y comprensible, a agazaparse en las mismas organizaciones en conflicto.
3) El periodismo de habla hispana es ultra conservador:
A la tradición no le gusta el cambio.
La primera reacción natural es la renuencia.
No tanto por desagrado a lo nuevo sino por temor a lo desconocido.
Y entonces el periodista experimentado, que en un ideal sería el que dispone de más recursos para lanzar un neomedio, opta por seguir por el camino que conoce en vez de probar nuevas hipótesis.
En Iberoamérica abunda la resistencia a volver a empezar.
No se entiende que alguien pase de estar en un medio de renombre a lanzar una startup que llevará su tiempo en dar resultados.
4.- Falta de colaboración:
Funcione o no, hay que aplaudir lo que hizo el grupo de mujeres de Opinión 51 para crear un nuevo medio.
Son contados los casos en que se da una apertura sostenida en el tiempo para colaborar bajo la premisa de un neomedio.
Por lo general, el emprendimiento en medios en español es un tanto solitario, más desde la sospecha de fracaso que el espaldarazo optimista.
Los neomedios requieren inversión y talento, pero sobre todo la voluntad de manos y mentes brillantes que escriban el futuro desde el presente, no contaminados por el pasado.
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¿Y por qué los medios establecidos no lanzan neomedios?
Talento no falta, de eso estoy convencido.
En cada redacción hay personas de alto valor profesional e intelectual.
Gente que alcanza el éxito en lo que se le pide.
El problema es que eso que se le pide hacer es más de lo mismo.
Con el fundamento puesto en esa web nociva del alcance por el alcance mismo.
A grandes periodistas, aún en cargos directivos, se les ordena pensar en inflar números, no en atender mejor a los lectores.
Y estos mismos periodistas, de todos los niveles y de todos los calibres, ponen proyectos en manos de quienes controlan el dinero en esas organizaciones.
La respuesta es casi siempre en el mismo camino: necesitamos proyectos que den recursos de inmediato
Con esas palabras reiteradas ante cada intento por hacer algo distinto, el passion project intrapreneur se archiva hasta que de plano se aniquila la mentalidad de propuesta.
¿En qué deriva esa postura?
En que un día una propuesta semejante es creado por un creador independiente.
Este creador, con inversión risible para las grandes empresas (incluso en una industria como la de los medios) se hace de una comunidad y empieza a monetizar.
Y entonces, solo entonces, los medios voltean para ver si pueden pagar por eso que un día tuvieron en casa.
Casi siempre es demasiado tarde.
Los medios pudieron hacerse de Ibai Llanos en algún momento para ponerlo en sus pantallas.
Detectarlo a tiempo, valorar tanto su valor presente como su potencial futuro.
Pero en cambio decidieron dejarlo pasar.
Y el tipo se convirtió en un monstruo que hace negocio de lo que sea.
El periodismo en español no tiene ni falta de ideas ni de talento.
El periodismo en español tiene un pesimismo crónico fundamentado en la falta de colaboración, en la sumisión a lo que ya existe aunque no funcione, y en el descrédito constante a aquello que no presente grandes números (de audiencia y económicos) desde el primer día.
Sin neomedios creados por periodistas seguiremos así.
Hablando de mover fierros, de palabras clave para algoritmos, consternados por lo que haga Google, colgados de una lámpara por miedo a que Facebook nos muerda.
Los periodistas hemos de romper la inercia.
Emprender por nosotros, por la industria y por los lectores.
Aquí reflexiones para complementar:
El cambio de era que viven los medios, cronicado en Panmedials
En Panmedials, los medios de la pandemia, exploro a profundidad las dinámicas que afectaron el estado de los medios y, por ende, la calidad de vida profesional de los periodistas.
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