El periodismo reality: la tendencia que coloca al periodista en el centro de la acción
Y cómo los tiempos muertos son clave para crear familiaridad
Storybakers:
Quiero agradecerles por la respuesta dada a Co-newsroom.
La membresía de Story Baker con la que me planteo impulsar la creación de nuevos medios, promover que los periodistas vivan de su obra y desarrollar un ecosistema de publicaciones con foco en la calidad antes que en la calidad.
Se trata de un método que me permite dar consultorías personalizadas en un contexto de retroalimentación colectiva.
Aquí todos los detalles.
En estos tiempos el periodista ha de ser un poco exhibicionista.
Ha de atreverse a mostrarse IRL.
Esa humanización de su figura es la que deriva en familiaridad entre su comunidad.
Dicen los dichos de los abuelos que para ser hay que parecer.
Y durante muchos años el periodista no se pareció a su audiencia.
Se esforzaba más bien por diferenciarse de ella.
Lo hacía con el traje y la corbata que le daban formalidad.
No importaba que su audiencia estuviera en pijama a unos minutos de dormir, el periodista lucía impecable para dar las noticias con un vocabulario de etiqueta.
Porque también ahí se producía una diferenciación entre el que veía y entre el que informaba.
Tras un mes de streamear prácticamente a diario, ya fuera a través de Twitch o de TikTok, he terminado de comprender el valor de los tiempos muertos.
De los detalles personales que se convierten en gags con la audiencia.
De los errores que derivan en una conversación amistosa con esa comunidad que ha decidido estar contigo por horas pese al inventario infinito de contenidos que están a su disposición.
Si algo falla en mi canal de Twitch, surge el comentario de mi primera chamba para burlarse de ella.
Pero no en afán destructivo.
Más bien como una forma de complicidad entre el que streamea (informa) y el que está viendo ese stream.
Si mi Internet falla, se leen llamados de la gente a mandar regalos virtuales para que pueda adquirir un mejor sevicio.
Si mi perra Timotea se come un peluche mientras streameo, la reacción de la audiencia no pasa por criticar la falta de seriedad.
Lo que piden es que les muestre a Timotea.
Que la saque a pasear, porque a ojos de la audiencia el error pasa porque no la he atendido lo suficiente.
Los creadores comprendieron antes que los periodistas el valor de tener a cien personas interactuando con ellos por horas.
Cuesta entender el valor de la calidad sobre la cantidad cuando los tiempos de Comscore y Google nos llevaron por otro camino.
Pero es ahí donde está una de las grandes oportunidades del periodista.
Al periodista le queda capitalizar todas sus capacidades como informador sumando toda su naturalidad como persona.
Es por ahi por donde pasa la oportunidad del periodismo frente a los creadores.
Para un periodista puede ser más fácil actuar como un creador de contenido que para un creador hacerse pasar por periodista.
Ocurre que antes el valor del periodismo en sus distintas manifestaciones pasaba por la información que tuviera.
O había exclusivas en un programa de televisión o aquello era más bien una emisión de rutina.
En el contexto del stream, o del periodismo reality, las exclusivas continúan siendo una rareza.
Como ahora que Gerard Romero ha llevado desde su canal de Twitch una grabación del VAR que expone un potencial favoritismo hacia el Real Madrid.
Este es, por supuesto, un momento de protagonismo y atención adicional para Gerard Romero con Jijantes.
Pero no depende ni remotamente de ello para sostenerse como uno de los streamers periodistas más relevantes del mundo.
Ya sea por los partidos y resultados de Jijantes en la Kings y la Queens League.
Por su cobertura obsesiva del FC Barcelona.
O por este tipo de exclusivas que le dan la vuelta al mundo.
La audiencia no está en el canal de Gerard Romero por la filtración del VAR.
Está porque ha adoptado a Gerard Romero como un hábito de consumo.
Igual que antes ocurría con los programas matutinos de la televisión que quizás no eran vistos pero sí escuchados mientras las familias se preparaban para ir a la escuela o a la oficina.
Los streamers son las tradiciones que antes eran propiedad de la televisión.
La clave está en esa audiencia fiel que entre más considerable más termina provocando la llegada de nuevos miembros a la comunidad.
El foco del streamer no ha de estar ni siquiera en la adquisición de nuevos usuarios.
De eso se encarga la comunidad apalancada de esos grandes sucesos que ocurran en el canal de twitch que han decidido seguir.
Como este video del VAR publicado por Gerard Romero.
O como cuando Nanísimo adquirió notoriedad por su stream desde casa durante la toma violenta del Capitolio.
Entre los medios comenzamos a ver esas apuestas.
Los medios deportivos han sido los primeros en tomar la iniciativa.
Olé y Relevo, por ejemplo, han apostado fuerte a sus propios canales de Twitch.
Lo mismo El Chiringuito que cuenta ya con más de 900 mil seguidores.
Las casas de apuestas han sido también promotoras de este tipo de shows.
Más en formato de revista que de stream tradicional.
Pero en México, por ejemplo, esa batalla ha llevado a Caliente y a Playdoit a crear sus propios conceptos.
La Perrada de Playdoit.
Desencajados de Caliente.
La oportunidad está ahí.
La nueva televisión la protagonizan los streamers.
Los periodistas hemos de estar ahí.
Hoy por lo pronto los veo a las 19:00 hrs. a través de Twitch en Beef United.
Estará en exclusiva César Bernal, jugador de Galácticos del Caribe en la Kings League Américas.
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