El poder del fandom: ¿cómo las nuevas generaciones se están llevando el generalismo al garete?
El mejor vestido de la Met Gala no existe; recrean episodio de las Tortugas Ninja al estilo Roblox; ganadores Pulitzer; mejores narrativas interactivas; el podcasting según YouTube
Storybakers:
La imagen que ilustra este newsletter es la que tendría que buscar la industria de los medios.
Porque sólo así es posible vislumbrar un futuro esperanzador para muchos.
Porque es el verdadero fanático el que está dispuesto a ir a todas partes con tal de atender sus pasiones e involucramientos.
Y porque las nuevas generaciones se están llevando el generalismo al garete.
Tiene sentido que así sea.
Que en la era de los algoritmos ultrapersonalizados y en la de los creadores de hipernicho la audiencia quiera lo suyo antes que lo de otros.
Que en la era de la diversidad y la liberación identitaria se busque más el molde propio que el de encajar ahí donde no corresponde.
Por eso resulta tan frívola la obsesión de los medios con el ranking de Comscore.
Por eso cuestioné a Iván Marchant, vicepresidente de Comscore, cuando aseguró que la inclusión de las métricas sociales representaba la confirmación de que los medios están sanos y salvos.
Porque el fanatismo está en otro lado.
Está en los creadores y en las grandes propiedades intelectuales.
En los que Deloitte califica como Super fans de Media & Entertainment.
Son aquellos que consideran que sus fanatismos son parte de su identidad.
Que el grupo musical, el videojuego, el equipo al que apoyan o la película a la que son adictos forma parte de lo que son ellos como personas.
Entre más jóvenes, más crece la influencia del fanatismo como sello identitario.
El gran salto se ha dado entre la Generación X y los millennials.
Si un 32% de la Generación X considera que fanatismo por un grupo musical o artista es importante para su identidad, un 50% de los millennials lo considera así.
Y un 58% de la Generación Z.
La tendencia se replica en el rubro de películas favoritas y videojuegos favoritos.
En el caso de las películas, va del 23% de la Generación X al 40% de la Generación Z.
En el de los videojuegos, va del 16% de la X al 41% de la Z.
El generalismo no se lleva con el fanatismo.
Mientras el entretenimiento gana relevancia en términos identitarios conforme más joven es la audiencia, la del consumo de medios se hace cada vez menos relevante.
El gráfico del propio Deloitte va de cómo las audiencias perciben que existe más diversidad en redes sociales que en el contenido ofrecido por series y películas.
Pero lo mismo podríamos decir si se hiciera un comparativo entre medios y periodistas.
La diversidad está mucho más en los creadores que en los medios.
Y la que hay es, por lo general, mal visto.
Como la construcción de marca de Barstool Sports.
O como la de Fox News o Latinus.
Pero, coincidentemente, son también las más exitosas.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Story Baker para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.