

Discover more from The Muffin por Mauricio Cabrera
Facebook hará mainstream el metaverso pero no lo conquistará
Gracias a Mark ahora casi todos saben de qué va el metaverso, aunque no vaya a ser dominado por él
Storybakers:
Mark Zuckerberg tiene razón. El metaverso será la siguiente etapa del mundo digital. El problema para él y para Facebook, o como quiera que termine llamándose, es que las condiciones no están dadas para que la gente, los medios y las empresas se permitan habitar un mundo en el que, de nueva cuenta y en un ecosistema cada vez más descentralizado, sea Facebook el que gobierne.
En mi perspectiva, los seres humanos podremos contar el desarrollo de nuestra existencia de la siguiente manera:
1) Existencia física: esa era en la que dependíamos de nuestro cuerpo y nuestra mente en un lugar y momento específico para poder concretar cualquier tipo de objetivo
2) Existencia digital: ese momento en que nuestra presencia física y lo que en verdad somos pierde relevancia frente al status que podemos diseñarnos desde las redes sociales. Nuestra apariencia, para bien y para mal, continúa siendo relevante, pero cada vez más desde nuestra voz y presencia en el mundo digital antes incluso que frente a las verdades del mundo de carne y hueso.
Mediante la acumulación de seguidores, una persona tiene la facultad de montarse en un personaje y crear un modo de vida que lo lleve al estereotipo del éxito, es decir, al dinero, a la fama y a la notoriedad.
3) Existencia virtual: cuando se consolide la idea del metaverso, cuyo nacimiento no está en absoluto ligado al momento en que Mark Zuckerberg lo anuncia como un hecho para las masas, encajarán a la perfección los mensajes detrás de múltiples batallas sociales respecto a la importancia de erradicar la relevancia que aún tiene para muchos el color de piel, el estado físico, las preferencias sexuales y hasta el modo de hablar o nuestro árbol genealógico, para entrar a un universo en el que quizás primero tendremos avatares semejantes a como somos en la vida real, pero que después evolucionará en lo que quiera que seamos ser, incluyendo la opción de no tener un avatar humano en absoluto.
El metaverso, como las redes sociales que en su momento se anunciaron como las salvadoras que permitieran un mundo híper conectado, vendrá cargado de un mensaje democrático e incluyente sin precedentes. Nos hará soñar con un espacio en que la imagen no importará, en que se apreciará a la gente por lo que hace y por lo que piensa y no por cómo se ve, aunque al final volveremos a llenarnos de materialismo dado que empezaremos a invertir tanto o más en nuestros avatares que en nosotros mismos, todo vaya a volver al mismo punto de partida, vinculado antes que todo a la naturaleza humana que compara y selecciona, y por ende, excluye y discrimina.
Esta tercera etapa llegará. A diferencia de las redes sociales cuyo nacimiento, en particular el de Facebook, el de Snapchat, e incluso el de plataformas como Tinder, estuvieron marcadas por la participación del sector universitario, la tercera era de nuestra existencia encuentra su máxima representación en el metaverso de Roblox (plataforma que registra 43.2 millones de usuarios únicos al día), donde los niños diseñan, programan, juegan, acuden a clases, tienen sus propias monedas e incluso pueden acudir a la primera sede oficial de Chipotle, el primer restaurante a nivel mundial en abrir una ubicación virtual en Roblox.
Si a otro metaverso hemos de referirnos, pensemos en Fortnite y en el modo en que ha ido diversificando su propio mundo mediante activaciones con marcas de moda, como la inédita colaboración de Balenciaga con la plataforma, la organización de conciertos (lo que también hacen Roblox y Minecraft) con figuras como Travis Scott, J Balvin, Bad Bunny, Rosalía y Ariana Grande.
En los casos de Fortnite y Minecraft, la construcción del metaverso se produce directamente desde el gaming, lo que también contrasta con el comienzo de las redes sociales que apuntaban a conocer a personas con sus amigos y familiares para después convertirse en la plaza pública que hoy todos conocemos.
Para muchos, metaverso es igual a lo que vimos o leímos en Ready Player One, un ejercicio de anticipación que para entonces ya contaba con suficientes elementos para que detrás de lo que retrataba hubiera un dejo de verdad, es más, podría decirse que incluía al equivalente a Facebook, a Amazon o a la empresa que termine lográndose hacer con el poder, si es que la sociedad y el propio ecosistema lo permite. Pero si hemos de ser honestos, a quien corresponde la paternidad del metaverso como una plataforma tangible, de interacción y auténticamente como un universo paralelo es a Second Life, en la que tuve presencia y en la que emprendí con una revista fallida sobre futbol en ese ecosistema. Aquí les cuento la anécdota y lo que los medios hicieron en ese entonces.
El poder de Mark, Luisito Comunica y los influencers para hacer mainstream lo que en el fondo ya crece por cuenta propia
Hace tiempo que Mark Zuckerberg entendió el poder de su palabra. Como máximo gobernante de una compañía que en cierto modo es un mundo alternativo al que vivimos en la vida real, ha convertido sus distintos eventos corporativos en oportunidades para posicionar las tendencias que él cree y sobre todo las que él quiere impulsar como parte inequívoca del futuro.
Ya sea durante los F8 o FB Connect, Mark ha anunciado la llegada de la era del video y la próxima muerte de todo lo demás, aunque al final el video en sí continúe sin alcanzar los niveles que él esperaba tanto en Facebook como en Instagram. También se ha atrevido a decir que la próxima gran disrupción se daría a través del comercio conversacional, donde sí que ha tenido la razón, pero donde no necesariamente es el líder que imaginaba. La misma retórica aplica para casi todas las tendencias que hoy forman parte de nuestra creación y consumo. Él decide, en su discurso, qué va y qué no va, aunque cada vez sean más los escépticos al momento de evaluar sus palabras.
Mark repetirá la estrategia como salvoconducto tras los Facebook Papers. Se espera que hoy (es posible que ya lo haya hecho para cuando leas este envío) salga a anunciar la nueva versión de los Oculus y el progreso de su empresa en el desarrollo del metaverso, ese que anuncia como si fuera la novedad que él ha descubierto.
Su poder es incuestionable. Aunque millones de personas están en Roblox, Fortnite y Minecraft, por mencionar algunos, son muchas las pláticas que hoy entienden y conciben el metaverso como un concepto creado, anunciado y validado por Mark Zuckerberg. Ocurre a todos los niveles, incluso con gente de la industria de los contenidos. Si lo dice Mark, advierte el colectivo, es porque es cierto. En ese sentido, Zuckerberg estará lanzando la mejor campaña de marketing que el metaverso hubiera podido imaginarse, pero aquello no le bastará para dominarlo… o al menos eso espero.
Antes de continuar con el metaverso, quiero ir a una experiencia que tuve hace unos días en la Ciudad de México. Para mí fue la demostración contundente del poder de los influencers (donde en sus debidas proporciones convergen Mark Zuckerberg y Luisito Comunica). El hecho se divide en lo siguiente:
1) Luisito Comunica compra Deigo, un restaurante japonés fundado en 1995 por Genshin Oyakawa en la Ciudad de México
2) El restaurante, de gama media en costos, hace tiempo que ofrece Ramen en su menú, una de las grandes pasiones de Luisito Comunica
3) Ya como propietario, Luisito Comunica anuncia el lanzamiento de Deigo Ramen mediante la apertura de un local con aforo para 22 personas en el que la gente puede adquirir el mismo ramen que durante años ha sido servido en la versión regular de Deigo
4) Aunque no tiene nada diferente, más que el lugar, en el que hay una photo opportunity con un letrero que dice “send noods” (claro juego de palabras), la gente acude en masa y espera en promedio una hora para comer en un lugar que te “recomienda” comerte los fideos en diez minutos para así permitir que el resto de comensales ingrese más rápido al lugar.
5) La matemática es absurda: ven, haz fila para ordenar en una máquina para una persona, después haz fila por entre 40 minutos y 2 horas, ingresa al lugar, espera de 10 a 15 minutos más para que te sirvan (pese a que tuvieron 40 minutos para tenerlo todo listo) y come en diez minutos para que los demás clientes ingresen pronto. Todo al mismo precio que en la versión regular de Deigo, donde si reservas, puedes acceder a la experiencia completa y sin tener que estar de pie de 40 minutos a 2 horas en la calle.
¿En qué se conectan Luisito Comunica y Mark Zuckerberg? En que para el grueso de la gente, aunque ya incluso existen cadenas de comida rápida orientadas al ramen, Luisito Comunica ha puesto de moda el ramen en México y lo ha acercado a sus paladares. La gente, aunque a cambio está recibiendo una experiencia mucho peor a la que ofrecen múltiples restaurantes, incluyendo Deigo en su versión regular, aplaude la iniciativa y le pone nombre y apellido, o nickname, a un platillo que lleva años como alternativa en México. Lo mismo pasa con Mark Zuckerberg anunciando el metaverso: la escena mainstream dirá que Facebook y Mark fueron los que idearon ese mundo en el que acabaremos metidos.
*Si me leyeron con atención, sabrán que no recomiendo ir a Deigo Ramen. Si lo hacen, o si van a la versión convencional, pidan un Tan Tan Men.
¿Por qué Facebook no conquistará el metaverso?
Aunque Facebook se cambie de nombre, en una estrategia semejante a la de Google como lo explica Kara Swisher en esta entrevista en que apunta a Mark Zuckerberg como el centro de los problemas de su empresa, sobre ella pesará la imagen de una corporación que representa mucho de lo que se supone que no debe ser el metaverso, percepción que se acentúa con el desarrollo de blockchain, la proliferación de los smart contracts y el modo en que otras redes sociales, particularmente Twitter por medio de Jack Dorsey, han anunciado que pretenden descentralizar sus operaciones para garantizar transparencia y rendición de cuentas tanto de su propio comportamiento como del de los usuarios.
A Facebook, visto por todos como una organización que cambia las reglas del juego cuando así le conviene, se le suma otra dificultad: sus plataformas (Instagram incluido) no son del agrado de las generaciones más jóvenes, lo que contrasta con el éxito de Roblox y Fortnite, que podrían ser los equivalentes a Tik Tok para FB en el tablero de los metaversos.
Si vamos a la venta de hardware, necesario para que se dé ese traslado definitivo, Facebook tampoco tiene un éxito probado a diferencia de Apple, de Samsung o de cualquier otro que pudiera optar por lanzar sus propios dispositivos para sumergir a los usuarios en un mundo de realidad virtual o realidad aumentada.
Cuando pienso en Mark Zuckerberg visualizo a un personaje de Harry Potter corriendo en el andén 9 3/4 para evadir la realidad, pero su intento puede ser demasiado tardío cuando gobiernos, medios de comunicación e incluso los propios usuarios exigen rendición de cuentas sobre problemas que siendo parte de la sociedad antes incluso que de Facebook, le han reventado de frente y en masa. ¿Podrá Facebook crearse un mundo alternativo al caótico universo que ellos mismos crearon? Ya lo dirá el metaverso en que acabemos habitando.