

Descubra más de The Muffin por Mauricio Cabrera
House of the Dragon vs The Rings of Power: la relevancia cultural tiene un ganador
No existe hoy mayor indicador de éxito que el protagonismo en las conversaciones
Storybakers:
House of the Dragon pasa por encima de The Rings of Power.
Los creadores arrollan a los medios.
La Academia en México opaca a Televisa.
Todas esas afirmaciones pueden hacerse basados en la conversación que se produce desde las redes sociales.
Y son ciertas, aunque a medias, porque el alcance muchas veces es mayor en esos que pensamos que han perdido la batalla.
Pero ocurre que ese alcance con frecuencia está más dictado por la naturaleza misma de la plataforma que por el engagement que se tiene de la audiencia.
Que Ibai reúna a 598 mil personas para ver la entrega del Balón de Oro puede no representar una gran cifra para las televisoras, pero cambia la lectura cuando se entiende que es gente que de forma absolutamente voluntaria y con mayores fricciones para hacerlo que quienes encienden un televisor ha decidido ir a esa transmisión que hace un pibe español desde casa.
El rating de cualquier gran evento a través de la televisión, particularmente deportivo, provoca que desde esa señal venga la presunción de métricas.
El deporte en vivo es, en cierto modo, el último gran argumento que las televisoras encuentran para situarse por encima de sus potenciales competidores digitales.
Pero de nuevo es un derecho adquirido a punta de inversión antes que un derecho ganado a partir de la relación con la audiencia.
En la batalla inicial de HBO Max con House of the Dragon y Prime Video con The Rings of Power, Amazon presumió que los dos primeros episodios de su gran apuesta habían sido vistos por 25 millones de personas en 24 horas.
La cifra intentaba opacar la algarabía con que HBO anunció que el estreno de House of The Dragon había sido visto por 10 millones de personas.
Pero Prime Video gracias a la naturaleza de Amazon cuenta con una base instalada de 200 millones de usuarios, mientras que HBO Max registra 77 millones de personas.
Si vamos a TikTok, el hashtag #HouseOfTheDragon acumula más de 6 mil 400 millones de visualizaciones mientras que el de #RingsOfPower alcanza apenas 432 millones de reproducciones.
El nuevo éxito del contenido no pasa por el consumo pasivo sino por la reacción de una audiencia que además de comentar, crea contenido que sirve como enganche para que la conversación continúe hasta que se produzca un nuevo encuentro con ese contenido que están consumiendo.
En su más reciente estudio, YouTube dio por iniciada la era del fan profesional.
La era del seguidor cuyo consumo no es sino el disparador para que él vaya y haga lo propio.
Ya sea creando videos con teorías sobre lo que representa tal o cual escena en House of the Dragon.
Alimentando con memes el subreddit de KSI.
O lanzando podcasts que se publican apenas unos instantes después de que ha terminado el episodio de la serie que lo obsesiona.
La escasa presencia de Rings of Power podría explicarse si hubiera tenido un estreno masivo de sus episodios.
Pero cuando uno entiende que sus episodios se han ido liberando semanalmente sin que las audiencias se vuelquen a conversar sobre ello, no queda más que dar por ganador a House of the Dragon.
Y eso sin contar que Rings of Power requirió una inversión de mil millones de dólares mientras que House of the Dragon tuvo un costo de 200 millones de dólares.
Dicho de otra forma, Rings of Power costó 60 millones de dólares por episodio contra 20 millones de dólares de House of The Dragon.
Esa relevancia cultural adquiere aún mayor valor cuando nos vamos a la verdadera gran plataforma de la Streaming Wars.
Que no son ni Netflix, ni HBO Max, ni Disney+.
Es YouTube.
Y en ese hilo de sorpresas, Lucas Shaw comparte métricas de Nielsen que señalan que la gente pasa más tiempo en Netflix que en Hulu, Disney+ y HBO Max combinados.
O que Pluto TV tiene más viewing time que Peacock, Apple TV+ y Paramount juntos.
De ahí podemos concluir que el acceso al contenido es clave dado que ello implica acceso a la conversación.
Plataformas como YouTube e incluso TikTok no sólo tienen contenido que funciona con su audiencia, entienden cómo hacer que esa audiencia reaccione y alimente el algoritmo para continuar con ese círculo virtuoso.
La plataforma de video más poderosa del momento es una con llamados a la acción constantes para la audiencia.
Cada quien es libre de abrazar las métricas que más le convengan, pero para efectos de trascendencia lo que ha ocurrido con House of The Dragon y The Rings of Power es una muestra de lo que pasa entre medios y creadores.
Mientras los medios hacen de The Rings of Power presumiendo su éxito a través del alcance en Comscore, los creadores trascienden a partir de la conversación, como lo ha hecho House of the Dragon.
¿Qué sería de House of the Dragon si se prohibiera el uso de su material en redes?
¿Qué pasaría si TikTok no estuviera inundado de fragmentos de las discusiones entre los jueces de la Academia?
Rosalia lo ha entendido bien.
Hace bailes específicos para que la gente los replique.
El contenido hoy se construye dos veces.
La primera a través de su lanzamiento.
La segunda por medio de lo que la gente hace con él.
La relevancia cultural lo es todo para quienes de verdad quieren provocar un impacto en la sociedad.
Los demás pueden quedarse con métricas de consumo pasivo o condicionado que poco o nada provocan en la audiencia.
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