La apuesta del Washington Post: ¿pueden los micropagos ser la clave del buen periodismo?
Storybakers:
William Lewis tiene un plan para el Washington Post.
Va de suscripciones en distintos niveles.
Para el profesional que requiere información especializada.
Para el usuario regular pero fidelizado que seguirá optando por la suscripción tradicional.
Y la de los micropagos que podrá realizar el usuario para leer determinados artículos.
Hasta ahora la de los micropagos ha sido una apuesta fallida para la industria de los medios.
No tanto por desinterés de la audiencia como por la fricción que termina generándose a cambio del consumo de una sola nota.
Pero reconozco que cuando menos me da curiosidad cómo esa dinámica puede aplicar para el Washington Post.
Primero porque la estrategia pasa más por la adquisición de datos como el correo electrónico de los usuarios para hacerlos parte del funnel de conversión.
Después porque soy de esos que con cierta recurrencia me topo con contenidos del Washington Post o del Wall Street Journal por los que sí quisiera pagar sin tener que invertir en una suscripción completa.
Sobre todo porque se trata de notas que me resultan atractivas pero que para mí no ameritan aún pensar en tener un compromiso fijo con dichos medios.
El periodismo será importante.
No es lo mismo pagar por una nota específica del Washington Post que pensar en hacerlo para un medio algorítmico fundamentado en su posicionamiento en Comscore.
Pero también será determinante la tecnología detrás de esa experiencia.
Porque es mucho el dinero que se va para los medios a partir de la mala experiencia que llega a darse tanto para registrarse como para pagar e incluso para desuscribirse.
En la medida en que los medios sean percibidos como productos sofisticados habrá mayor apertura de los usuarios a aceptar este tipo de microtransacciones.
El potencial es reducido.
Se tratará de una base consumidora de medios especializados que de cuando en cuando tendrá cierta inquietud por determinado contenido.
Al mismo tiempo, esa especificidad en el perfil de la audiencia puede contribuir a que el Washington Post se acerque a una audiencia que está suscrita a otros medios.
Al New York Times como su gran competidor.
O a sitios especializados como The Information, Axios Pro o Puck.
Lo del Washington Post puede parecer un plan demasiado general con un par de iniciativas demasiado ambiciosas para ser solución.
Pero como dicen en Puck, al menos existe un plan.
Porque de CNN y la tan prometida salvación que vivirán en la era de Mark Thompson no se ha visto nada.
La de los micropagos ligados a una de las cabeceras más reputadas del mundo es una hipótesis con la que vale la pena experimentar.
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