La televisión ya no vive en un canal: La Cobra y la era de los creadores con derechos
Disney estrena La peor vuelta al mundo; BBC Studios, Ludo Studio y Halfbrick Studios anuncian videojuego de Bluey; Spotify lanza Spotify Sessions; Codere presenta serie de la Copa Codere
Storybakers:
Los creadores son la nueva televisión.
Son el espacio para hacer relevante lo irrelevante.
Son quienes pueden recibir gratis aquello por lo que las televisoras invierten millones de dólares.
La Cobra es la más reciente demostración de una tendencia que no apunta más que a seguirse consolidando.
Cuando no es Ibai con el antecedente de haber adquirido los derechos de transmisión de la Copa América para España, es CazéTV en Brasil como el gran caso de referencia para un creador asociado con una corporación.
Y si no, Televisa en México cediendo derechos de transmisión a Layv Time de Miguel Layún.
O La Cobra, como ha ocurrido hace unas horas, transmitiendo como cualquier televisora con derechos el juego entre Palmeiras y Santos del Brasileirao.
Lo pronostiqué hace cuatro años, un día todos narraremos el Mundial.
La era de los derechos restrictivos y vallados está quedando obsoleta.
La generación de grandes fenómenos mediáticos no se construye a través de los pocos que puedan pagar sino de los millones que generan conversación.
Ni La Casa de los Famosos ni La Granja Vip serían lo que son sin la posibilidad que tienen los usuarios de clipear los mejores momentos, compartirlos con libertad y crear a partir de ellos.
Una serie o película con éxito estrictamente de consumo en pantalla grande es menos valiosa que una que viene acompañada del ecosistema de la conversación y el contenido generado por el usuario.
Game of Thrones, e incluso House of the Dragon, trascendió más que The Rings of Power por la relevancia cultural alcanzada.
Mientras The Rings of Power ameritó notas en medios respecto a los mil millones de dólares que Amazon presupuestó para la realización de cinco temporadas, Game of Thrones y House of the Dragon provocaron teorías, canales especializados y reviews inmediatos de los episodios.
A la NFL, por ejemplo, se le cuestiona su falta de apertura para que sus mejores momentos puedan viajar con facilidad.
En ocasiones, no se permite ni siquiera compartir un video de YouTube de la misma liga dentro de un sitio.
La NBA, en cambio, alcanza cifras históricas por sus derechos de transmisión mientras penetra con solidez en las redes sociales.
Si Netflix customiza las miniaturas acorde a los hábitos de consumo de los usuarios, las propiedades intelectuales deportivas hacen lo propio a través de los creadores.
Es posible que más allá de Brasil, un partido entre Palmeiras contra Santos no atraiga mayor atención.
Pero a través de La Cobra, por más que su transmisión en Kick haya estado entre los sesenta mil y los setenta mil viewers concurrentes, se habló de ese juego a nivel regional.
Tanto por el propio ruido que hizo La Cobra a partir de su alianza con Fanatiz como por el interés de medios y creadores ante el hecho de que un streamer argentino tuviera los derechos de transmisión del futbol brasileño.
En este sentido, los creadores se parecen cada vez más al ideal de la televisión.
Para una televisora, no hay nada más valioso que tener programas de alta audiencia sin que importe de si por medio hay derechos de transmisión.
En el escenario soñado, los derechos de transmisión son un boost pero no el factor determinando para que una base significativa sintonice su señal.
Los creadores tienen eso.
Una base sólida que los sigue sin importar lo que hagan.
Un interés legítimo por su evolución con independencia de si se entretienen jugando canicas, hablando de Demon Slayer o transmitiendo un partido con derechos de imagen.
De forma creciente, los creadores son los destinatarios naturales de estrategias de crecimiento.
Fanatiz, por ejemplo, optó por colaborar con La Cobra como estrategia de crecimiento para su servicio de streaming.
Pero también a las propias ligas les interesa aterrizar en mercados donde pueden apalancarse de creadores para dar de qué hablar.
En el futuro, los derechos de transmisión estarán disponibles para todos.
La monetización, por supuesto, llevará mano para el propietario de esos derechos.
Se incluirán todos los anunciantes que dicte, se respetará la esencia de la transmisión.
Pero habrá un rev/share con los ingresos complementarios que se generen en cada uno de los streams o videos de los creadores de contenido utilizando dichos derechos.
No se trata de asumir al dueño de los derechos como un donante que ha de sacrificar su propio beneficio.
Se trata de que el dueño de los derechos entienda que mientras más crezca su oportunidad de atraer comunidades agregadas, más se consolidará como un fenómeno cultural de alta relevancia.
¿Por qué no pensar en plataformas como Fanatiz sirviendo como intermediarios agregadores de derechos?
¿En un marketplace que pone derechos de transmisión al servicio de creadores que mientras construyen y aportan a su comunidad le generan ingresos a esa plataforma que les habilita los derechos?
Todo apunta a la democratización y a la construcción colectiva.
Ocurre con la IA y la inquietud de todos por crear a partir de propiedades intelectuales preexistentes.
Ocurre con la creatividad colectiva construyendo el brainrot italiano.
Y ocurre con el deporte democratizando sus accesos.
La televisión ya no vive en un canal, vive en quien genera conversación.
Shots para llevar (presentados por La Sociedad del Contenido)
Disney+ estrenó este viernes 7 de noviembre los ocho episodios de La peor vuelta al mundo, serie que sigue el recorrido global de Juanpa Zurita. La producción, realizada por ARCO Entertainment Media, está disponible para todos los suscriptores y forma parte de la línea de contenidos originales en español de la plataforma.
La historia documenta el intento de Juanpa por dar la vuelta al mundo en un avión monomotor junto al piloto Matt Guthmiller, con paradas en cuatro continentes.
En el trayecto participan Chingu Amiga, Daniela Rodrice, Lele, Jair Sánchez, Facundo, Harold Azuara, Esen Alva y Daniel Sosa. El estreno se realizó completo desde su lanzamiento.
BBC Studios, Ludo Studio y Halfbrick Studios anunciaron Bluey’s Quest for the Gold Pen, nuevo videojuego inspirado en la serie animada Bluey.
El título estará disponible globalmente el 11 de diciembre de 2025 en la App Store para iPhone, iPad y Mac, con lanzamiento en Google Play el 10 de enero de 2026 bajo modelo gratuito con pago único para desbloquear todos los niveles. Durante 2026 llegará también a PC, Nintendo Switch, Nintendo Switch 2, PlayStation 5 y Xbox Series X|S.
La historia, escrita por Joe Brumm, presenta una aventura con nueve niveles y las voces oficiales de la serie. El juego está dirigido a público familiar.
Spotify lanzó Spotify Sessions, una propuesta en video que reúne a un artista, un director musical y un director visual para crear sesiones de cinco piezas donde se reinterpretan canciones en formato audiovisual.
Las sesiones forman parte de la experiencia de videos musicales en la plataforma. Los suscriptores Premium pueden acceder a ellas en la mayoría de los territorios habilitados y, en Brasil y Colombia, también estarán disponibles para cuentas gratuitas. Cada equipo define concepto, arreglo y locación sin una estructura fija.
Las primeras sesiones incluyen colaboraciones con Crudo Means Raw y Ana Castela. Nuevos lanzamientos llegarán en las próximas semanas.
Codere presentó Copa Codere México 2025, serie de ocho episodios que documenta la etapa nacional del torneo realizado en el Estadio BBVA en Monterrey.
La competencia reunió a 100 parejas mixtas que participaron en pruebas para acumular puntos y avanzar a la final. El contenido se publica semanalmente en las redes sociales de Codere.mx desde el 6 de noviembre. El formato combina retos físicos, toma de decisiones y participación del público.
Cuatro parejas llegaron a la instancia final y dos obtendrán un viaje a Madrid con actividades organizadas por Codere y el Real Madrid. El primer episodio ya está disponible.
Disney+ estrenará el 24 de noviembre el especial documental Chris Hemsworth: Un viaje para recordar. La producción sigue el recorrido en motocicleta que Chris Hemsworth realiza por Australia junto a su padre, Craig Hemsworth, quien fue diagnosticado con Alzheimer.
El proyecto, realizado por Protozoa, Nutopia y Wild State para National Geographic, muestra el trayecto desde Melbourne hasta el Territorio del Norte, con reconstrucción de momentos familiares y participación de especialistas que explican la importancia de la interacción social y la memoria compartida en el bienestar cognitivo.
La guía científica está a cargo del Dr. Suraj Samtani, de la Universidad de Nueva Gales del Sur.





