La urgente necesidad de humanizar a los medios
O por qué el microblogging no cabe en su ecosistema
Storybakers:
Muchos de ustedes me han contactado para decirme que les ha encantado el podcast con Almudena Ariza, quien por cierto es fiel lectora de este newsletter. Quiero contarles que tendremos más de ella en Story Baker, pues estará este jueves 1 de abril a las 9:00 hrs. (tiempo de México) en el room de Story Baker en Clubhouse.
Si quieren estar listos para ese día, les comparto aquí el link secreto para ingresar a la plataforma vía el club de periodistas en español que hemos creado. Les sugiero ir preparados, aquí la liga del podcast que grabé con ella :)
La relación entre medios y periodistas está pasando por una serie de movimientos telúricos que obligan a reflexionar sobre lo que ha de hacerse para que las firmas mediáticas continúen ofreciendo argumentos suficientes que promuevan la densidad de talento al interior de la industria. Los efectos son preocupantes para los medios sobre todo porque la fuga de talento ha comenzado por donde más duele, es decir, con los periodistas de alto perfil que entienden que con su audiencia instalada tienen el suficiente soporte para emprender por cuenta propia.
En anteriores envíos desarrollé el concepto M2J (Media to Journalist) que refiere a la concepción de medios como plataformas que abrazan a los periodistas bajo valores relacionados con los siguientes factores:
a) Autoridad de marca (la que el medio ha construido en determinado sector)
b) Fuerza de ventas (enfocada en la venta de publicidad a un sector específico de anunciantes)
c) Posibilidades tecnológicas (con desarrollos hechos a la medida para periodistas especializados en un nicho)
d) Recursos de distribución (que en verdad pueden ser útiles para un periodista que dentro del gran nicho negocios, por decir alguno, ha decidido emprender en un subnicho.
Para que los medios sobrevivan habrán de entender que el talento humano del que dependen está siendo seducido por las plataformas ante la explosión de la Creator Economy. Publishers y plataformas requieren del contenido para sobrevivir y solo la generación de soluciones específicas o la inversión en sueldos alejados de la actualidad de la industria evitará que siga produciéndose una fuga de talento que promete dejar en el limbo a aquellas publicaciones que no se hayan convertido en auténticas instituciones, llevando al ecosistema a un extremo de legacy media y nativos digitales muy bien posicionados y a creadores independientes en el otro, dejando en la nada a un sinfín de publicaciones que carecen de valores que ofrecer ante la tecnología y herramientas de las plataformas y ante el prestigio de las grandes instituciones mediáticas.
Pero vale decirlo, ni siquiera el New York Times está libre de riesgo. De ahí que esté buscando cómo controlar los espacios personales de los periodistas.
En el New York Times los periodistas deberán pedir permiso para abrir un newsletter
Partamos del referente mundial del periodismo para entender la complejidad que padecerán el resto de la industria en niveles aún más notorios. Al interior del NYT existe un debate sobre la libertad de los periodistas para publicar en espacios personales.
El primer foco fue siempre el de las redes sociales. Ahí el lineamiento es claro: la información exclusiva que tengas debe publicarse antes en el New York Times que en la red del periodista, argumento que pareciendo obvio para una entidad de tal prestigio no suele funcionar así en distintos medios de comunicación, que con recurrencia son superados por sus propios talentos, quienes optan por disfrutar del protagonismo de la exclusiva en redes sociales para solo después consignarlo en el medio de comunicación.
A este respecto, Claudio Cabrera, Director Adjunto de Audiencias del NYT, me confirma que la categoría de deportes es la que más conflictos genera. Los reporteros de dicha fuente se han habituado a que ser los primeros sea el motor de su reputación, lo que los lleva a que la publicación personal, tanto por el canal como por el proceso que ha de seguirse para subir un contenido al medio, termine siendo una mejor alternativa para ellos, aunque no lo sea para el medio que los ha contratado.
En un contexto en que la interpretación y socialización del contenido a partir del individuo ha adquirido cada vez mayor relevancia, el debate entre la libertad de publicar en las redes sociales o hacerlo en el medio que te paga por conseguir la información no hará más que crecer. La problemática de hoy se sustenta en la primicia de la información, es decir, al conducto por el que se comparte la información, los desafíos que vienen serán aún más notorios dada la coincidencia en el tiempo de los siguientes factores:
1) El live como estrategia de los medios: dado que medios como el propio NYT, CNN y La Nación, que aprovechó un discurso del presidente argentino para habilitar un + y un live chat que incluía a nueve de sus periodistas , los reporteros serán cada vez más requeridos para participar en esas coberturas y compartir el contenido que durante años, desde que los publishers decidieron que la batalla del en vivo ante las redes era terreno de las redes sociales, se había convertido en la gran moneda autopromocional de los periodistas.
Mientras los medios se quedaban con la consignación y con opiniones a destiempo a través de los columnistas, los periodistas se beneficiaban de la opinión, verificación y contextualización a través, sobre todo, de Twitter
2) La generación de herramientas de monetización para creadores: justo cuando los medios han llegado a la conclusión de que para mantenerse vigentes han de cubrir algo más que la consignación y, acto seguido, empiezan a abrir los ojos respecto a la importancia de ofrecer visiones y explicaciones más que noticias, las plataformas se han volcado a desarrollar herramientas que llevan a que el periodista encuentre no solo una ventana de promoción en redes sociales sino también una forma de vida.
Si bajo el esquema de la gratuidad y la nula compensación económica los periodistas desairaban a los medios, lo harán, como ya está ocurriendo, aún más ante la nueva realidad.
¿Cómo humanizar el contenido en los medios?
Además de los factores que les mencioné en el modelo Media to Journalist, durante una reciente reunión con colegas de los medios nacionales e internacionales, he soltado una inquietud que plantearé comenzando por una serie de preguntas que hacen posible profundizar en ello.
1) ¿Por qué si hoy nos comunicamos a través de mensajes en texto, audio y video con distintas duraciones y formatos los medios continúan dependiendo del texto bajo una estructura tradicional?
2) ¿Por qué si el microblogging ha demostrado ser el modo en que se socializa el consumo de una noticia éste no ha sido adoptado por los medios?
3) ¿En verdad los grandes medios no pueden generar una aplicación “viva”, donde la información no signifique el último paso de una historia sino el detonante de una conversación en toda forma respecto a lo que estamos consumiendo?
4) Si hoy tenemos la capacidad de modificar textos de manera colectiva a través de herramientas tan conocidas como Google Drive y colocar anotaciones para el resto del equipo, ¿no es posible promover un consumo colectivo de la información tanto desde la participación de múltiples reporteros como mediante anotaciones particulares de los usuarios sobre fragmentos específicos?
5) Si medios como el New York Times y el Washington Post afirman ser empresas de tecnología, ¿no tiene sentido imaginar que una plataforma que tiene a creadores de contenido (periodistas reputados) y una audiencia que se cuenta en millones pudiera convertirse en una aplicación de uso recurrente, donde un usuario le da like al contenido, comenta con otro respecto a un tema determinado , sigue a un periodista particular e incluso cuenta con la posibilidad de enviarle mensajes directos a éste?
6) ¿Por qué en Twitter puede convivir un tuit y un hilo extenso y en los medios de comunicación lo único que cabe son las notas de texto que se suceden unas a otras?
7) ¿De verdad las imágenes en los medios han de presentarse bajo el esquema que quiere Google para efectos de SEO y no bajo la editorialización constante que vemos en redes sociales donde la publicación de una foto es acompañada de la opinión o acotación de un autor, ya sea de una línea o de diez?
8) Si los medios ya tienen audiencias de la calidad que están buscando (sea cual sea), ya cuentan con los detonantes de la conversación (las notas) y con los creadores de contenido (los periodistas), ¿no deberían trabajar en detonar el social proof (validación de los usuarios) mediante múltiples esquemas que los acerquen a una red social controlada)
9) ¿A lo más que pueden llegar los medios es a extender su presencia mediante el uso de Discord, Slack o Telegram?
10) Si Clubhouse se fundamenta en juntar a creadores de nicho con audiencias de calidad. ¿los grandes medios no podrían hacer lo propio?
Un ejercicio básico, pero de avanzada, es el de Red/Acción, que ofrece un home en modo timeline que combina la voz de quienes elaboraron el contenido con la difusión misma del contenido.
Si el consumo en medios no se ha socializado es porque nunca se ha generado la fragmentación adecuada de cada una de las piezas que componen una historia. Yo quiero comentar sobre una gráfica particular. No quiero guardar toda una nota. Quiero recordar el like que entregué a una opinión en audio del periodista, a una gráfica que para mí resume el estado de la streaming wars,
Aseguramos que la gente no lee, y seguimos haciendo todo fundamentado en la lectura, no en la socialización, no en la interacción, no en la síntesis, al menos no desde nuestras plataformas.
Las plataformas tecnológicas ofrecen tecnología, alcance, monetización y validación social. Los medios. quitando a los grandes referentes, ofrecen tecnología comoditizada, alcance limitado, mala paga y nulo estimulo social, a menos que en las redes ocurra lo contrario.
El Debate de México lanza plataforma de colaboración con creadores de contenido
Andrea Miranda, Editora General de El Debate, me ha compartido el lanzamiento en versión beta de su propia plataforma para llamar a creadores de contenido a ser parte del medio bajo un esquema distinto al que concibe al medio como jefe y al periodista como empleado.
Destaco lo siguiente:
-Buscan a creadores de contenido (no específicamente periodistas) que sean doctos en un tema o tengan curiosidad por el mismo
-No importa la edad, ubicación o ramo profesional
-Asumen que de una audiencia de 110 millones de personas al mes en sus distintas propiedades seguro habrá una cantidad significativa de colaboradores que estén buscando lo que El Debate puede ofrecer.
-Una vez recibida la información, El Debate realizará un análisis para determinar si ese creador de contenido puede ocupar alguna de sus vacantes o bien atender una necesidad que la audiencia demanda, pero que no por fuerza estuviera en el presupuesto autorizado para integrar gente al equipo
-El foco no es el generalismo, sino la captación de talento en distintos subnichos, entre los que la propia plataforma menciona se encuentran: Espiritualidad, E-Sports, Tecnología, Mascotas, Educación y Turismo
¿Cuál es el modelo de negocio propuesto?
Al ver la plataforma le comenté a Andrea que me parece un ejercicio que se acerca a varios de los postulados que aquí hemos comentado: los medios han de atacar los nichos y subnichos y han de aceptar que los mejores generadores de contenido en un sector específico no son por fuerza ni de manera recurrente periodistas, sino profesionistas o curiosos de un tema particular.
Coincide también con un punto medular en la creación de nuevos medios: las marcas físicas/corporativas han de coexistir con las marcas personales. Los medios anónimos terminarán perdiendo la batalla, como lo ha señalado el propio Evan Williams en su más reciente anuncio sobre nuevos cambios en Medium.
El componente que aún queda por descifrar es el modelo de negocio. Por ahora, la plataforma es ambigua a ese respecto. Habla de que la monetización dependerá del tipo de contenido, de la originalidad y de la demanda de la audiencia, además de que los pagos se realizarán a través de transferencia bancaria o vía PayPal. La propia Andrea reconoce que ese rubro aún le genera dudas, que habrá que plantearse hipótesis. Y estoy de acuerdo.
Por ahora, el modelo que más me gusta a este respecto es el de Forbes que comparte los ingresos con los periodistas a través de su programa de newsletters de suscripción, con un 50% para el autor y un 50% para el medio, además de habilitar posibilidades de publicidad que no fueron especificadas.
El desafío para El Debate y otros medios que no han optado por la monetización vía usuarios será encontrar cómo colaborar bajo un esquema fundamentado, por ahora, cien por ciento en los ingresos publicitarios.