Las redes ya no son sociales: autopsia de una promesa rota
Axios lanzará The Axios Show; Amazon Ads y Netflix anuncian un acuerdo; The New York Times presentó la suscripción familiar; Spotify implementa el audio lossless para suscriptores premium
Storybakers:
¿Están muertas las redes sociales?
La pregunta es necesaria tras la profesionalización de los creadores de contenido.
Cuando la mayoría crea pensando en monetizar en algún punto se desvirtúa la promesa inicial de las redes.
E incluso se ponen en evidencia muchas de las mentiras que nos compramos respecto a lo que se suponía que representarían para la humanidad.
Las presentaron siempre como una forma de conectar a la humanidad, pero en realidad, en gran parte por los propios algoritmos deseosos de encender el involucramiento de cada persona, nos encerraron en nuestras propias burbujas. Y cuando no, ese encuentro de visiones sirve para el debate incendiario más que para la conversación constructiva.
Se aseguró que las redes sociales serían un espacio para conectar con amigos y seres queridos, pero acabaron convertidas en un espacio en el que la mayor parte de nuestras interacciones es con desconocidos y con quienes pueden no sólo no tener un lazo afectivo hacia nosotros sino incluso animadversión y odio.
Se dibujó un escenario en el que las redes sociales democratizarían la capacidad de los usuarios de expresar su sentir sin ningún tipo de discriminación o sesgo. Hoy, una opinión está segmentada y condicionada tanto por el número de seguidores que tenemos como por lo que decide el algoritmo.
Es mentira que la opinión de uno importa igual que la de otro.
Es incluso mentira que podemos expresarla con la garantía de que lo hará en un entorno de civilidad y respeto.
Dada la relación directa entre el alcance, la popularidad y la monetización, los usuarios hemos dejado de publicar el contenido para generar el contenido que a las plataformas les interesa.
4. En sus inicios, las redes sociales se resistían a abrazar la publicidad más vaga en aras de garantizar una mejor experiencia para el usuario.
Para este 2025, las redes sociales se han convertido en plataformas de infomerciales infinitos.
Si la televisión entregó sus tiempos muertos a la promoción de productos en infomerciales de bajo costo, en las redes o se venden productos chatarra o se venden supuestos conocimientos de un creador que tras alcanzar la fama aspira a vivir de decirles a otros cómo alcanzarla en vez de seguir construyendo su camino.
5. La promesa de una tierra prometida a partir de las redes es cada vez más débil. Desde que TikTok produjo la explosión de miles de nuevos creadores con cientos de miles de followers, la categoría de influencers se sobrepobló de tal forma que aún llegando a esa cifra puede no significar un cambio de vida para la persona que lo consigue.
¿Y en qué ha derivado esta distorsión, que no evolución, de las redes?
Profesionalización de los creadores: frente a la sobrepoblación de creadores emerge la diferenciación.
Los creadores más grandes, para no ser alcanzados o dejar de ser tendencia, dan un salto de calidad a nivel de producción y formato.
Salvo en los contados casos en que logran relacionarse con una plataforma de streaming o directamente con televisoras, hoy es más caro “generar” contenido para redes sociales que antes.
El negocio, en cambio, no es necesariamente mejor.
Para el usuario aparece como un beneficio.
Pero al mismo tiempo, ese usuario ante los requerimientos técnicos, ve más lejana la posibilidad de convertirse en creador por sí mismo.
Entiende que lo que haga desde la cámara de su smartphone en un set improvisado puede no ser suficiente.
El podcast como muestra.
Hubo un punto en que no importaba mayormente cómo se grabara un podcast.
Pero fue a partir de su explosión en YouTube y del valor del clipping, que un audio no sólo debe escucharse bien, también verse bien.
El podcast, por tanto, se complejizó tanto en costos como en demanda de tiempo.
Las redes no son para compartir, son para vender. Ha quedado dilapidado el valor de compartir momentos casuales.
Se habla de depresión pero con fotos cuidadas para que no dejen de generar likes.
Se graba desde el coche pero procurando que se note el logo del coche de lujo en el volante para hacer un statement.
Se presentan videos con el perro pero intentándolo convertir en influencer para ver si puede llegar a monetizar.
La interacción genuina está rota.
Los usuarios actuamos como buscadores de fama más que como humanos que queremos conectar.
Al respecto, Kyle Chayka escribió en New Yorker sobre la pérdida de sentido al publicar momentos casuales en redes.
En un concurso de popularidad 24/7, los momentos casuales poca o nula oportunidad tienen de trascender.
Las redes, en resumidas cuentas, han dejado de ser para todos los momentos y para todas las personas.
La estética como filtro obligatorio
La espontaneidad ha sido reemplazada por la curaduría. No se trata ya de vivir para contar, sino de vivir para que la historia se vea bien. En redes sociales, la vida no es solo lo que haces, sino cómo se ve lo que haces.
Se pierde un empleo, pero se publica con el caption perfecto. Se atraviesa una ruptura, pero con un reel que genera empatía y validación. Se lee un libro, pero con la portada bien centrada, el fondo neutro y la luz natural entrando por la ventana.
La vida se convierte en un moodboard. Y quien no tiene la capacidad técnica, estética o emocional para presentarla así, mejor no la comparte. Así, no solo se estrecha la posibilidad de ser creador, también la de participar como usuario.
Ya no se trata de compartir lo que somos, sino de editar lo que mostramos para parecer dignos de atención.
Descansan en paz las redes sociales.
Su diferenciación se ha dilapidado.
Las redes, como la televisión, está plagada de publicidad basura.
Las redes, como la televisión, demandan ciertos niveles de producción anómalos para una persona común y corriente.
Las redes, como la televisión, están hechas para verse bien.
Lo de conectar, ser auténticos y compartir con seres queridos queda, como siempre, para las reuniones en Navidad.
Idealmente, para impactar en redes, editadas para verse bien.
Shots para llevar (presentados por La Sociedad del Contenido)
Axios anunció el lanzamiento de The Axios Show, una serie de entrevistas en video que debutará este otoño con cinco episodios.
El programa contará con reporteros y especialistas de la redacción conversando con figuras de la política, los medios, los negocios, la tecnología y la cultura. Cada episodio podrá verse en el sitio web de Axios, así como en YouTube y X, mientras que los clips más relevantes se compartirán en las cuentas oficiales de la compañía en redes sociales.
Con esta producción, Axios amplía su oferta audiovisual y refuerza su presencia en formatos multiplataforma.
Amazon Ads y Netflix anunciaron un acuerdo que permitirá a los anunciantes acceder al inventario premium de la plataforma de streaming mediante Amazon DSP.
La integración estará disponible en el cuarto trimestre de 2025 en once mercados: Estados Unidos, México, Brasil, Canadá, Reino Unido, Francia, España, Italia, Alemania, Japón y Australia. Con este esquema, las marcas podrán planificar y comprar campañas en Netflix desde Amazon DSP, herramienta que combina datos propios con segmentación y medición basadas en inteligencia artificial.
El acuerdo expande las opciones de publicidad digital y fortalece la presencia global de ambas compañías en el mercado con anuncios.
The New York Times presentó una nueva modalidad de suscripción familiar que permite compartir una sola cuenta entre cuatro usuarios.
La oferta contempla dos planes: Acceso Total Familiar, con un precio mensual de 30 dólares y acceso completo a todos los contenidos digitales, y Juegos Familiares, por 10 dólares al mes, enfocado exclusivamente en la sección de juegos. Cada integrante contará con inicio de sesión propio y funciones personalizadas como guardar artículos, consultar guías, agregar recetas o seguir equipos deportivos.
El lanzamiento se apoyará con actividades presenciales en distintas ciudades de Estados Unidos como parte de la campaña promocional.
Spotify comenzó a habilitar la opción de audio lossless para sus suscriptores Premium en varios países, con la posibilidad de reproducir música en formato FLAC de hasta 24 bits/44.1 kHz.
La actualización se implementará de forma progresiva en octubre y ya está disponible en mercados como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón, Australia y Suecia. Los usuarios recibirán una notificación cuando la función esté activa en su cuenta.
La calidad lossless podrá configurarse en Wi-Fi, datos móviles o descargas y será compatible con dispositivos móviles, computadoras y equipos con Spotify Connect de marcas como Sony, Bose y Samsung.
Netflix estrenará el 9 de octubre la docuserie Victoria Beckham, dirigida por Nadia Hallgren, responsable de Becoming y parte del equipo detrás de BECKHAM.
La producción de tres episodios retrata la vida y trayectoria de la diseñadora y exintegrante de las Spice Girls, desde sus inicios en Inglaterra hasta la consolidación de su marca en la moda.
El relato combina archivos inéditos y el seguimiento a su preparación para la Semana de la Moda de París, además de entrevistas con familiares, colaboradores y referentes del diseño.