Luis Enrique provoca la pregunta: ¿de qué sirve un gafete de prensa para Qatar 2022?
Y cómo Twitch se presenta como el gran escenario de batalla en la Copa del Mundo
Storybakers:
Esta vez escribo desde Monterrey, México.
Lo hago como invitado a Inc.
El festival de innovación y emprendimiento más grande de Latinoamérica.
En esta edición participa gente como James Clear y Jay Shetty.
Desde acá grabaré algunos episodios de The Coffee.
Y este jueves impartiré una conferencia sobre cómo escribir para ser viral en cualquiera que sea el formato.
Aquí más información del evento.
La FIFA Nostra, el newsletter con que regreso temporalmente al periodismo deportivo
He decidido reinventarme durante lo que resta del año.
O más bien regresar a la cancha que me hizo feliz durante 16 años.
En próximas horas estaré lanzando “La FIFA Nostra”.
Un newsletter diario obsesivo del mundial.
Será de futbol, pero también de industria.
De análisis de medios deportivos.
De tendencias.
De esas contradicciones que tan bien retrata FIFA Uncovered en Netflix.
De esos cinismos y códigos que me llevan a dar con el nombre de mi newsletter temporal.
Será la intersección entre lo que soy en Story Baker y lo que siempre he sido con mi pasión por el deporte.
Si están suscritos a The Muffin y no quieren recibirlo, no se preocupen.
La suscripción es independiente aunque La FIFA Nostra viva en Story Baker.
Podrán leerlo y suscribirse aquí.
También haré streams en Twitch y YouTube.
Un grupo de Telegram al que ya se pueden sumar.
Y videos para TikTok y Shorts.
¿Con qué finalidad?
La de inventarme mi propia forma de vivir, cubrir y crear durante el Mundial de Qatar.
El Mundial será mi prioridad a partir de hoy.
Veré todos los juegos que pueda.
Leeré y consumiré todo aquello que me llame la atención.
Haré curaduría para ustedes.
Pero también periodismo de autor.
Lo que acostumbro acá, pero durante dos meses con foco en deportes.
Me encantaría que me acompañen.
¿Cómo me pueden ayudar con La FIFA Nostra?
Suscribiéndose. Me encantaría verlos en esa nueva cancha temporal (¿o permanente?)
Aliándonos: Si piensan que su audiencia podría estar interesada en mi newsletter deportivo y en mi modo de contar historias, hagamos un mejor equipo que el que ha montado el Tata Martino (¡No se crean! Soy más exigente que eso)
Patrocinando: Es el apoyo más obvio. Y deseable, pero no lo más importante en este caso.
Lo que me interesa en estas semanas es volver a sentir lo que me producía emprender con medios deportivos.
Y de paso recordar mis tiempos de verdadera juventud.
Como ahora que me ha dado por jugar el nuevo Monkey Island.
La aventura gráfica que más me marcó de adolescente.
¿Qué cambia para The Muffin durante los próximos dos meses?
Nada, sólo la periodicidad y el horario de envío.
En estas semanas las mañanas serán para ver futbol, no para escribir.
O para escribir de futbol.
Procuraré que todo se mantenga lo más parecido posible a como está.
De cualquier modo los grandes temas del Mundial que tengan que ver con industria seguirán aquí.
Como este de Luis Enrique convirtiéndose en streamer.
Son los creadores que se apoderan del antes y después de un partido en Twitch.
Son los periodistas deportivos que hacen por cuenta propia lo que no les permitían hacer en los medios.
Son los medios que aún apuestan porque el grupo y la corporación puede más que el individuo.
Son los futbolistas y ex futbolistas que en Twitch encuentran la paz que no reciben de los medios.
Y son ahora los seleccionadores que crean sus propias conferencias de prensa para saltarse a los intermediarios.
A los medios y periodistas.
El anuncio de Luis Enrique tiene implicaciones profundas a nivel deportivo, cultural y de industria.
No es cualquier técnico.
Es el técnico de una de las selecciones más poderosas del mundo anunciando que durante el Mundial también hará de streamer.
Que él y su cuerpo técnico ven en el stream la oportunidad de tener una comunicación “más directa, espontánea y natural”.
Como la tiene el Kun Agüero con la comunidad que ha formado.
Como la tiene el Chicharito que no llora de tristeza por no ir al Mundial.
Llora de emoción porque Ibai lo invita a ser la figura de su equipo en la King’s League.
Es el seleccionador español anunciando apertura donde suele haber silencio.
Donde no hay más que conferencias de prensa muy acotadas y escasa oportunidad de zonas mixtas.
Pero lo hace derribando uno de los escasos bastiones de exclusividad que le quedaban al periodista.
El color ya es el que surge desde el smartphone de cualquier aficionado.
Las opiniones ya las produce cualquiera desde casa o desde la tribuna.
Y ahora también las preguntas podrían ser de cualquiera antes que de los periodistas acreditados.
Se entiende que los streams de Luis Enrique no omitirán las conferencias a las que antes y después de cada partido deben acudir los seleccionadores.
Seguro que tampoco omitirán algunas apariciones suyas en conferencia tras entrenamientos.
Pero el anuncio de Luis Enrique no hace más que oficializar los tres grandes campos de batalla del Mundial de Qatar.
La primera batalla será la del algoritmo.
Ahí estarán los medios con mayores recursos en SEO.
Su éxito será más numérico que cultural.
De ellos no se hablará mucho ni crearán una comunidad extraordinaria con la que vayan a hacer algo más adelante.
Pero serán ellos los que podrán presumir el triunfo en Comscore.
La segunda será la de TikTok.
Si en anteriores Mundiales la mayor notoriedad se relacionaba con publicar el tuit que se terminara haciendo viral, ahora la lucha será por capitalizar cualquier potencial historia a través de un video corto.
Los crecimientos tanto en TikTok como en Shorts para creadores y medios enfocados en ello podrían ser astronómicos.
Pero sólo para unos cuantos dado el empate técnico y el exceso de información que habrá.
La tercera, que es la que nos concierne en este envío, será la de Twitch.
Twitch ya no sólo como una plataforma de consumo.
También como una que termina influyendo a las demás.
Hace tiempo ya que los medios se convirtieron en perseguidores de Twitter.
La tendencia estalla primero en Twitter y luego la retoman los medios.
Hasta ahora Twitch había sido más un reflejo de lo que publican los medios.
Creadores y periodistas en la plataforma navegan sobre las historias de medios.
Comentan sobre las historias de medios.
Pero con casos como el de Luis Enrique, Twitch se convierte en una plataforma primaria de información.
Luis Enrique marcará agenda mediática desde Twitch.
Como también lo ha hecho Piqué cuando platica con Ibai.
O como lo ha hecho el Kun cuando reacciona a los partidos del Manchester City.
El éxito de una plataforma ya no sólo se mide por cuantas personas la consumen.
También por cómo el contenido que ahí se genera termina repercutiendo en otras.
Para la televisión los 90 minutos de futbol serán sus únicos momentos de trascendencia.
Y en el Mundial es clave que haya protagonismo en otros espacios.
No tanto por audiencia como por negocio.
Dado que la FIFA es estricta con sus derechos de transmisión, las televisoras han de buscar espacios más allá de la transmisión del partido para servir esa publicidad.
Y para ello necesitan audiencia en otros momentos.
O conformarse con los quince minutos del entretiempo.
O con el antes y el después.
Pero todos esos momentos están quedando en manos de creadores y periodistas independientes.
Y sí, ahora también de seleccionadores nacionales.
Y habrá que ver si no aparecen futbolistas en activo a los que se les permita streamear durante la concentración.
La generación Z está en TikTok y en Twitch.
Lo confirma este gráfico de Nielsen.
Pero también una buena parte de millennials.
En Twitch se presenta el mismo escenario que en Twitter y en TikTok.
Están ahí creadores, medios y deportistas.
Aquí Rojas Torrijos comparte cómo se ve el ecosistema de periodistas y medios españoles en Twitch.
La imagen sirve también para comprobar que el traslado a nuevas plataformas no por fuerza cambia el estilo que más funciona.
En Twitch, el Chiringuito también es el rey.
Pero el consumo prolongado hace que se note aún más la perdida de trascendencia de los medios frente al esfuerzo individual.
Y si la movida de Luis Enrique se normaliza, quedará claro que la batalla se ha movido de la información a la conversación.
El qué, lo he dicho siempre, está comoditizado.
Qatar 2022 puede terminar demostrando no sólo que las barreras de entrada de los medios se siguen derrumbando.
También que un pasaje a Qatar, sea como periodista o como cualquier aficionado, no significa nada para efectos de trascendencia en la creación de contenido,
Olé, Relevo, Marca, El Chiringuito… están intentando hacer lo correcto.
Pero está por verse que la matemática tenga sentido.
Un creador puede darse por bien servido como 1 millón de suscriptores y con los ingresos que ello le represente.
Un medio, no.
Sobre todo porque de un medio se espera un despliegue mayor al que hace un creador independiente.
Y en ese afán por marcar diferencias, los medios corren el riesgo de hacer mucha de la televisión de siempre con los problemas de la televisión de siempre.
Excesos en costos de producción, demasiada formalidad o dependencia hacia creadores específicos.
El anuncio de Luis Enrique es una revolución a nivel deportivo porque desafía códigos de vestidor arraigados en el futbol.
Está por verse cuánto ventila y con qué astucia lo ventila.
Cuánto comparte y con cuánto se queda.
La informalidad del stream puede relajar la conversación, pero esa relajación también puede llevar al error.
Y de ahí los medios podrían sacar la misma sangre de siempre.
E incluso tal o cual futbolista podría sentirse agraviado.
Está también por verse si el stream es su aliado en momentos difíciles.
Si fracasa España, ¿habrán ánimos para streamear?
¿Tendrá el temple suficiente para aguantar preguntas todavía más encendidas de la gente?
¿O hará un monólogo que vaya contra la esencia de Twitch?
El de Luis Enrique representa también una disrupción cultural porque nos acerca a la idea del futbol como entretenimiento.
Esa que debería estar más normalizada.
Esa que sin pretender han logrado construir los futbolistas convirtiendo a sus seguidores por el juego en aficionados de ellos más allá del resultado.
En los nuevos tiempos es necesario reconocer que no va de por medio ni la vida ni la muerte en el futbol.
Y eso puede o no gustar.
Y es también una revolución a nivel industria porque serán muchos los periodistas que de nuevo se preguntarán para qué sirve su gafete de prensa.
Claro, sirve para entrar gratis a los partidos.
Y eso en un Mundial ya es mucho.
Pero más allá de esa alegría personal y de la muestra de músculo que un medio hace a través de ello, es altamente probable que el Mundial de Qatar culmine con grandes ganadores que quizás ni siquiera estuvieron ahí.
Como Ibai que ha dicho que no va a Qatar porque no le sale de los cojones.
Y a todos nos queda claro que será uno de los que acabará levantando la Copa del Mundo.
Ahí he creado un canal específico para compartir todo lo que nos resulte atractivo de Qatar 2022.