

Discover more from The Muffin por Mauricio Cabrera
Millennials, la esperanza de los medios impresos
THE MUFFIN 23
Aunque usted no lo crea… la conciencia de los jóvenes puede representar la supervivencia del buen periodismo.
Un reportaje de Político arroja que los millennials representan el grupo de suscriptores que más ha crecido a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Los suscriptores de The New Yorker, por ejemplo, se duplicaron con respecto al mismo periodo del año anterior en el rango de 18 a 34 años, con un 106%, y en un 129% en el de 25 a 34.
Para The Atlantic ocurrió lo mismo. Sus suscriptores de entre 18 y 24 años crecieron un 130%, mientras que el de 18 a 44 se incrementó un 70&. Escenarios semejantes se presentan en el NYT y en el Washington Post.
TODO, O CASI TODO, SE LO DEBEMOS A TRUMP
Un estudio del Reuters Institute, ya mencionado en anteriores ediciones del Muffin, arrojó que de 36 países analizados, sólo Estados Unidos mostró un incremento en la proporción de gente que pagaba por noticias, pasando del 9 por ciento en 2016 al 16 por ciento en 2017. Ahí, los millennials eran uno de los factores clave.
Aunque pudiera pensarse que la presencia de Trump como presidente provocaría una reacción semejante en todos los grupos, ese mismo estudio señala que el bracket de los millennials creció tres veces más que cualquier otro segmento de edad.
Lo mejor es que la capacidad de los medios impresos de provocar un statement a partir de lo que representan ha derivado en que los jóvenes tengan una inclinación por los formatos físicos a la hora de suscribirse.
“Los Millennials están escogiendo print de manera abrumadora, o digital y print. Si tú estás en el aeropuerto o en el metro y te ven leyendo the New Yorker, estás enviando una señal de lo que te importa y de lo que escoges leer”, dice Dwayne Sheppard, director ejecutivo de marketing de consumo en Condé Nast, empresa dueña de the New Yorker.
Está por verse si ese mismo fenómeno puede darse en países latinoamericanos, donde la necesidad de erradicar la corrupción y la censura tendría que llevar a la población a mostrar una mayor apertura a pagar por contenido.