París 2024: el megalaboratorio de storytelling y periodismo que volverá a transformar la industria
Storybakers:
Los grandes eventos deportivos son siempre un punto de inflexión para la industria de los contenidos.
Ha sido en Mundiales o Juegos Olímpicos donde se masifica el uso de tecnología de punta.
Desde la transición de la radio a la televisión al creciente rol del streaming como la nueva gran forma de seguir un evento deportivo.
De las peleas entre televisoras por tener a un atleta que acaba de ganar una medalla a la intimidad pública que lo comparten todo a través de redes sociales.
París 2024, aún en medio del caos que se reporta en sus primeros días de actividades, volverá a ser un parteaguas para todos los que nos dedicamos a contar historias, a cautivar la atención de la gente y a monetizar a partir del contenido.
Los Juegos Olímpicos concentran como ningún otro evento un ecosistema de medios, creadores, incidencias sociales, tendencias y choques culturales.
La disrupción que demandan es tanta que el propio Comité Olímpico Internacional ha de ir con cuidado en la búsqueda de que aquellos ideales de reconocer al más alto, al más fuerte y al más rápido se sostengan.
Porque hoy hay muchos atletas que gozan de cobertura mediática más por su alcance como influencers o creadores que por su rendimiento deportivo.
Hay atletas olímpicos para los que el resultado deportivo puede no ser tan importante como dar con un momento viral o capitalizar su fama previa creando contenido que los ponga en el ojo mundial.
A los atletas olímpicos de hoy no sólo les importa ganar, labor ya de por sí exigente.
También les importa cómo ganar seguidores, cómo ser atractivos para las marcas y cómo acaparar la atención mediática.
Los de París 2024 serán una de las ediciones más vanidosas de la historia.
No porque así lo quiera el deporte.
Sí porque es una demanda inminente del ecosistema de entretenimiento actual.
Ese que pondrá el foco en dos o tres de los grandes héroes de los Juegos Olímpicos.
Pero que también prestará especial atención a todo aquello que sea capaz de entretener a la audiencia.
Ya sea por su significado social, por su valor estético, por su potencial de viralidad o porque da origen a una tendencia que es replicada por los usuarios.
Durante los 16 días de los Juegos Olímpicos viviremos tanto lo mejor como lo peor del entorno actual del consumo de contenidos.
Porque así como terminaremos analizando el foco desmedido de los medios en historias superficiales, desde ya se han ido produciendo ejercicios periodísticos de alto valor.
Como esta portada que Marca hizo con el equipo español de nado sincronizado.
O como este video de la BBC dando la bienvenida a París como la ciudad olímpica en este 2024.
O como el New York Times desafiando a los usuarios a determinar la velocidad con la que viaja una flecha o una jabalina según los lanzamientos de los medallistas de oro, plata y bronce.
Durante los Juegos Olímpicos, los medios recuerdan el valor de la generación de producto estelar.
Ese que se perdió en la transición de los impresos a digital.
Ese que fuera de este tipo de eventos suele ser visto como un derroche dado que el negocio lo que demanda es volumen más que detalle y profundidad.
De los Juegos Olímpicos saldrán grandes estampas que nos recordarán el valor del fotoperiodismo.
De los Juegos Olímpicos surgirán aprendizajes respecto al rol que la inteligencia artificial jugará en el deporte.
Los atletas, por ejemplo, pueden consultar información con AthleteGPT, un chatbot desarrollado con inteligencia artificial que resolverá las dudas de los atletas durante su participación olímpica.
Los jueces también gozarán de nuevas herramientas de inteligencia artificial que buscan reducir el nivel de subjetividad al momento de elegir la calificación de los atletas.
La disrupción de los Olímpicos llega también a Roblox.
Veinte atletas del Team USA han sido convertidos en avatares como parte del Team USA Ultimate Obby.
La industria no será la misma después de París 2024.
Durante los próximos días viviremos lo mejor del contenido viral en intersección con lo mejor del contenido elaborado.
Si los medios son capaces de valorar toda esa profundidad que se permitirán durante los Olímpicos, quedará la lección para volver a procurar el contenido diferenciado en el día a día.
Lo mejor que podría pasarle a la industria sería entender el día a día como un espacio para poner en práctica algo de lo mucho que se creará y aprenderá durante París 2024.
El megalaboratorio de periodismo y storytelling que nos cambiará para siempre.