

Descubra más de The Muffin por Mauricio Cabrera
Podcasting, la industria que alcanzó la madurez sin respuestas propias en monetización
Y cómo explicar la caída del 80% en los shows que se crean
Storybakers:
A menudo nos hacemos la pregunta sobre cómo empezar un medio.
Algunos concluyen que lo mejor es dar el batacazo rompiéndola en TikTok con su alcance tan explosivo como difuso.
Ac2ality ha ido por ahí.
Otros encuentran que la creación de un medio es consecuencia del arraigo comunitario en torno a un podcast.
Algunos más lo hacen a partir del impacto que han alcanzado en Instagram.
Y estamos los que partimos de un newsletter.
Como ha sido mi caso.
Como lo hizo Axios para terminar convirtiéndose en una de las más grandes empresas de medios en Estados Unidos.
Y como lo hace Telokwento.
Hace 4 años hablé con su fundadora para que me contara su idea.
Ahora hablo con ella para que me cuente la conversión de Telokwento en un verdadero grupo de medios.
Uno que atrapa a más de 100 mil suscriptores a su newsletter diario.
Uno que hace contenido especializado para marcas.
Uno que además ha ido incorporando nuevos tentáculos mediáticos.
Entre ellos el Taims en sociedad con Whitexican.
Una rareza en el ecosistema mediático mexicano por tener como foco la ironía y el sarcasmo hacia la parte más elitista de nuestra sociedad.
La misma que abraza esas bromas sobre sí misma para informarse a su modo de lo que pasa en México y el Mundo.
Empezó como una cuenta de Instagram.
Evolucionó en newsletter con muro de pago.
Es Sofía Torres quien me cuenta el estado actual de ambas propiedades.
Me habla también de la adquisición de Business Tribe.
Un pequeño newsletter financiero al que pretenden darle nueva vida.
Escucha aquí mi conversación con ella:
El podcast ha provocado que nos mordamos la lengua.
Porque en la pandemia todos dijimos que era buena idea apostar por los podcasts.
Puede incluso que en verdad lo fuera.
Pero ahora es difícil explicar que ese optimismo se haya convertido en un par de años en un pesimismo del 80% menos de shows lanzados.
Existen, por supuesto, sus atenuantes.
Como que Listen Notes no está tomando en cuenta los podcasts exclusivos de Spotify.
O como que a nivel industria hay un cambio significativo desde que los podcasts producidos en Anchor no se publican automáticamente en Apple Podcasts.
Pero más allá de argumentos válidos que hagan que la cifra resulte menos escandalosa, es una realidad que el podcasting hoy no es lo que era.
También que eso no está necesariamente mal.
Porque así como apunta al podcasting apunta al resto de la Creator Economy.
El pico de la pandemia fue el escenario perfecto para que saliéramos a decir que todos debíamos ser creadores de contenido.
Y, sobre todo, que podíamos ser creadores de contenido.
La gente tenía tiempo para preparar sus bailes y contenidos en TikTok.
O para improvisar un pequeño estudio de audio durante la pandemia.
La gente, además, tenía necesidad de socializar aunque fuera a la distancia.
Estaban los aprendices deseosos de hablar con gente que los inspirara, motivara y con la que pudieran hacer networking.
Y estaban los ya posicionados y renombrados que por primera vez en décadas tenían una agenda algo menos abarrotada.
Aparecieron cualquier cantidad de shows.
Muchos de ellos terminaron muriendo en cuestión de semanas.
El más grande filtro entre los que triunfan y los que fracasan.
Muchos otros siguieron existiendo aunque nunca fueron descubiertos.
Uno de los más grandes y eternos pendientes del podcast y del audio en general.
Hubo también muchos podcasts sobre lo mismo.
Con los mismos invitados hablando sobre lo mismo.
Igual que pasa con los sitios volcados a hacer las mismas notas.
O con los medios y creadores que en TikTok en vez de crear un estilo que devenga en producto terminan leyendo la misma información que el resto.
El resultado es el que siempre hemos tenido en digital.
Unos cuantos que logran destacar, consolidarse y hasta cambiar su vida.
Y una gran mayoría que no encontró respuesta en esa promesa que tantos les vendimos.
El podcasting y la Creator Economy serán siempre un embudo que tendrá como ganadores sólo a unos cuantos.
No serán, por más que hablemos de la democratización de los ingresos y de la conformación de una clase media, la vía para que se produzca una significativa de ingresos si no logras tener influencia, reputación y alcance en un nicho o ser un entertainer que conecte con millones.
Son esas las dos únicas alternativas para los creadores.
O eso o crear propiedad intelectual a través de series, películas y documentales.
Todos ellos con mayores requerimientos en trabajo, investigación, narrativa y empaquetamiento.
Sobre el podcasting debe darnos gusto que hoy haya más realidades que antes.
Que tengamos a Cristina Mitre o a Roberto Martínez como grandes hosts del podcasting en español.
Que Se Regalan Dudas haya evolucionado a una empresa de medios con Dudas Media.
Que Estirando el Chicle en España y La Cotorrisa o Leyendas Legendarias en México tengan sold out cada que se presentan un escenario.
Que Podium Podcast, Sonoro y La No Ficción sean respetados a nivel mundial como creadores de propiedad intelectual.
Y que haya un puñado de podcasters que a partir del formato han logrado fortalecer un nicho y hacerse con ingresos.
Pero a cambio de todos esos casos encontramos a millones de podcasts sin monetización, audiencia y descubrimiento.
Es esa la realidad.
Y será esa la realidad.
Consigna Podnews que Spotify pasó de presumir un catálogo de 4.4 millones de podcasts en julio del 2021, a 5.2 millones en Agosto y 5.5 millones en este enero de 2023.
La cifra la consigna Spotify por lo bien que se ve para manifestar su hegemonía como plataforma de podcasts y audio a nivel mundial.
Es algo que luce en sus reportes trimestrales.
Pero para efectos prácticos la gran mayoría de ese catálogo tiene mínimas posibilidades de trascender.
No es sólo que en la pandemia tuviéramos tiempo para hacer lo que ahora no.
Es también que en la pandemia tuvimos tiempo para escuchar lo que ahora no.
Y en esa selección de momentos de escucha, que compite además con una plataforma tan adictiva como TikTok para ese ida y vuelta de la casa a la escuela o el trabajo, es más probable que la audiencia se concentre en lo de siempre antes que en el descubrimiento de lo nuevo.
En TikTok podemos ver y descubrir muchos creadores en cuestión de segundos.
En el mundo del podcasting se demanda tener nuestra atención por largos periodos.
Preocupa, eso sí, que se hable de madurez en la industria del podcasting cuando no hay respuestas claras a nivel monetización.
No sólo para los que difícilmente se consolidarán, también para los que han tenido que invertir mucho a cambio de relativamente poco.
Sobre el podcasting tendremos que reconocer que no es para todos.
Espacio hay, relevancia e interés no.
Lo mismo pasa con la Creator Economy.
Pero también sobre el podcasting hemos de buscar que esos que sí que pueden hacer producciones de alto nivel, con alto engagement y relevancia masiva o en su nicho encuentren mejores condiciones.
Queda a veces la sensación de que el podcasting como industria no ha cumplido, particularmente en el mercado de habla hispana, ni con los que aspiran a tener aunque sea algo ni con los que han dejado la vida para que el movimiento crezca.
Y será difícil que lo haga cuando para muchos el mejor podcast es el que se hace en video.
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Interesante review además de los datos aportados sobre el tema podcast
Gracias por este análisis, Mauricio. Muy útil, como siempre. Y gracias por la mención.