Premios Esland: Los streamers confirman que hacen la nueva televisión
Premios Esland: Los streamers confirman que hacen la nueva televisión
Y por qué su principal diferencia con la tv de siempre es la autenticidad
Storybakers:
Hemos vivido un fin de semana sintomático.
El mundo de los streamers se ha reinventado a grado tal que ya es la nueva televisión.
Si además de la nueva televisión te interesa la Streaming Wars, aquí nuestro episodio en Upload Inc analizando las nominaciones al Óscar.
Lo hemos visto con Ibai dejando el aislamiento de su recámara para organizar La Velada del Año y el Mundial de Globos.
Lo vimos con Mr. Beast recreando El Juego del Calamar con una producción 3.5 millones de dólares.
Lo vemos cada semana con la Kings League haciendo pedazos lo que siempre ha sido futbol para crear un nuevo juego.
Y ahora con TheGrefg montando un evento con 10 mil personas con boleto pagado en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.
Evento que además tuvo una transmisión de más de 6 horas seguida por hasta 1.7 millones de personas con una media de 1.5 millones.
Cuatrocientas mil personas más que el promedio de la primera edición.
Consiguió esa cifra en pleno domingo, con playoffs de la NFL y con las ligas de futbol alrededor del mundo en plena actividad.
La cifra aún no alcanza a las de las premiaciones en televisión, eso sí en franco declive.
Los Golden Globes de este año fueron vistos por 6.3 millones de personas de acuerdo a Statista.
La entrega de los Premios Emmy del año pasado fue seguida por 5.9 millones de personas.
Todas con una audiencia más televisiva que digital.
Con una audiencia por arriba de los 35 años antes que con los jóvenes que tanto obsesionan a las marcas.
La segunda edición de los Esland creados por TheGrefg ratifica que los streamers tienen un efecto global, o como mínimo regional, sin tener que forzar esa inclusión.
El lleno en el Auditorio Nacional se produjo antes que todo por la presencia de TheGrefg e Ibai.
Sí, hubo apoyo a streamers locales como Rivers, elded o el Mariana.
Pero el verdadero imán fueron ellos en México.
A la inversa también hubo interés.
A los españoles no les genera tedio que la gala tenga protagonismo de creadores mexicanos, argentinos o salvadoreños.
Son una comunidad en la que los nombres viajan sin que por eso haya una pérdida de interés.
Ahí donde la industria de la televisión y el cine crea políticas de inclusión y equidad para verse bien, la comunidad de los streamers ni se lo plantea en sus estatutos porque son así de raíz.
Como Manute cuando en pleno micrófono al recibir su premio ha dicho que su peor error no ha sido ese por el que recibió “El Fail del Año”, sino haberse traicionado para ser amigable con todos.
Habló de ser auténtico.
De no andarse con falsas posturas al crear contenido.
De ser como quieras ser.
Y ese es precisamente el éxito de los nuevos creadores y la decadencia de las industrias tradicionales.
Durante la premiación se habló el lenguaje de la gente.
Hubo groserías cuando tenía que haberlas.
Para muchos, quizás, un exceso de ellas.
Pero es que así hablan los creadores durante sus streams.
Así reaccionan mientras juegan, entretienen o platican.
Se ha colado incluso la forma de un miembro viril masculino en la proyección del chat.
Pero incluir el chat en la transmisión ha sido un acierto pese a ese detalle.
Porque aunque fuera sólo por unos segundos TheGrefg envió un guiño a los que han hecho posible que su comunidad pasara de lo físico a lo digital.
TheGrefg hacía más de presentador de cualquier premiación transmitida a través de la televisión que de streamer.
Ha tenido incluso una serie de muletillas como las tiene cualquiera que está frente al micrófono por horas.
No paraba de decir que nada de eso tenía sentido, que aquello era una auténtica locura.
Poco docto para los estándares de la televisión, pero orgánico como siempre para su comunidad.
En ningún momento la premiación de los Esland buscó dirigirse a alguien más que a su público objetivo.
No traicionaron su esencia aspirando a llegar a la audiencia que no ubica a los creadores.
No se anduvieron con reglas que lastimaran la improvisación.
Como cuando Spreen decidió invitar al escenario a los otros nominados a streamer revelación para compartir el premio y el micrófono.
O como cuando TheGrefg ha llamado a Ibai de sorpresa para que entregara el premio a Caster del año.
Y donde de pronto se cometió ese error pudo percibirse.
Ocurrió cuando TheGrefg invitó a Juanpa Zurita al escenario.
Juanpa es querido en México.
Uno de los más grandes creadores latinoamericanos.
Pero su personalidad y valores no encajan tanto con la naturalidad de los streamers.
No es ese tipo geek que está en casa viendo cómo se entretiene y cómo entretiene a los demás.
Es más un ícono del lifestyle que de la conversación.
Y en cierto modo se notó ese elemento forzado en la transmisión.
La premiación, como todas, ha sido demasiado larga.
De pronto los videos especiales y los guiños que debían dar risa no la provocaban tanto por el tedio de la transmisión a cuestas.
La de los Esland no ha sido una premiación perfecta.
Pero es que hasta en eso los creadores llevan ventaja sobre las industrias tradicionales.
Entre streamers los errores están permitidos.
Lo están tanto que lo mismo te llevas un premio Al Fail del Año que al Enfadado del Año.
La premiación tampoco reiventa la presencia de anunciantes.
El protagonismo de McDelivery estuvo tan forzado como el de los anuncios que vemos en televisión.
Mucho mejor integrada la Pelea de Gallos de Red Bull.
Aunque con ambos competidores dejando mucho que desear.
Lo que sí que ha caracterizado a la premiación es la autenticidad.
En los Esland no cabe lo políticamente correcto.
En los Esland no hay tiempo limitado, aún a pesar del flujo de la transmisión.
En los Esland los medios no están esperando a destrozar a quien vista diferente, más bien se ríen con ellos al verlos por la alfombra roja que para efectos suyos es azul.
La era de TikTok es también la de Twitch.
Los jóvenes pueden informarse en segundos.
Pero también entretenerse por horas con el mismo contenido.
Como ha ocurrido con la entrega de los Esland.
Fueron 1.5 millones de personas siguiendo una premiación de creadores.
Diez mil personas pagando boleto para ir al Auditorio Nacional.
Los Esland son un símbolo de una nueva era.
Una en la que los streamers hacen televisión para las generaciones con las que siempre ha soñado la misma televisión.
Son tiempos de autenticidad y cambio.
Me pregunto si los que están en el cuadro tradicional un día lograrán entenderlo.
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