Puck: manual de supervivencia para grandes periodistas mayores de 30
Y por qué el periodismo escrito encuentra en el colectivo de newsletter un motivo de esperanza
Storybakers:
Los periodistas mayores de treinta no están condenados a terminar siendo tiktokers o youtubers.
Tampoco a enfocarse únicamente en escribir para los buscadores.
Lo que toca para ellos es crear contenido de autor dirigido a una audiencia determinada con un interés específico.
Puck lo hace mejor que nadie.
Sus fundamentos son semejantes a los de Axios.
Ambos toman el newsletter como punto de partida para acceder a una audiencia premium sobre la que además cuentan con data específica sobre su modo de consumir.
Pero mientras Axios optó por el camino de la metodología como producto a través del Smart Brevity, Puck empoderó a las marcas periodísticas personales detrás de cada uno sus newsletters para presumir un acceso único a las grandes historias de sus ejes temáticos.
Como lo analicé en su momento, Puck no se presenta como un medio de negocios o de política, aunque algo de ambos sí que tiene.
Se presenta, en cambio, como la plataforma que analiza la lucha por el poder y el dinero en Washington, Silicon Valley, Hollywood y Wall Street.
No es un medio al que le quepa una sola etiqueta dado que así como se analiza la sucesión presidencial en Estados Unidos, se habla a detalle de la huelga de guionistas y actores en Hollywood.
De ambos temas con sus respectivos especialistas.
Es en cierto modo un generalista dado que toca cuatro puntos centrales de interés de su audiencia.
Cinco, en realidad, dado que desde hace unos meses se sumó la cobertura a detalle del negocio de la moda.
Pero deja de ser percibido como un generalista a partir del nivel de profundidad del producto que ofrece.
Dylan Byers, por ejemplo, se convirtió en la voz más autorizada para contar lo que ha ocurrido con la crisis económica e identitaria de CNN.
Para hablar del conflicto que tiene detenido a Hollywood y de la vulnerabilidad de cada una de las plataformas ante la huelga, Matthew Belloni aporta el conocimiento especializado y Julia Alexander la data que se requiere para ponerle ciencia a la opinión.
En todos los casos, los periodistas de Puck son más analistas que sólo reporteros.
Lo suyo no va de publicar noticias.
Para Puck no existen las notas informativas.
Existen los newsletters en que se desarrolla una historia acompañada de contexto, opinión y del cotilleo que se da en los pasillos de esas industrias que están siendo analizadas.
Ese grupo de periodistas, semejante a lo que hace The Athletic en su manejo de las marcas personales, encuentra un punto de reunión en el podcast diario en que los distintos periodistas se alternan para hablar de lo que está en tendencia.
Si vamos al modelo de negocio, ahí también se da una diferenciación.
Cada periodista es accionista de Puck.
Está en su más profundo interés aumentar el número de suscriptores.
Pero además no limitan sus ingresos a esa suscripción paga, la acompañan con publicidad y con eventos y conferencias para esas industrias que están cubriendo.
Reporta Sara Fischer que Puck ha cerrado una serie B por 10 millones de dólares.
Señala también que Puck aún no es rentable, pero que sí ha tenido varios meses con saldo positivo.
Se estima, según reportes, que Puck cuenta con 30 mil suscriptores pagos y más de 200 mil usuarios registrados.
En este tipo de casos la inversión no compromete el propósito del medio.
Según lo anuncia Fischer, con esos 10 millones Puck se enfocará en sumar de 8 a 10 personas tanto para fortalecer la cobertura que ya realizan sobre Hollywood y Washington en lo específico como para atraer especialistas en marketing.
Aunque más rezagado en su impacto, Semafor también ha ido cobrando notoriedad por el modo en que combina newsletters con eventos.
Los nichos requieren especialización.
Esa especialización, de forma natural por el tiempo que se requiere para llegar a ella, está en veteranos periodistas con contactos, conocimiento y profundidad de pensamiento.
Esa especialización requiere también periodistas aptos para contar una historia de forma didáctica, armónica y convincente.
Puck y Semafor encabezan la nueva generación de medios.
Ben Smith ha ido corrigiendo el camino.
Semafor muy pronto dejó de hablar de Semaform.
Ese formato inicial en el que proponían separar los hechos de la opinión para ser más transparentes con la audiencia.
Pero con el propio Ben Smith como principal abanderado ha ido dando golpes mediáticos que lo posicionan en la agenda.
Ni Puck ni Semafor son grandes negocios.
Es posible que nunca lo sean.
Pero sí que son plataformas que permiten que periodistas veteranos de calidad encuentren un espacio para conectar con sus audiencias.
Frente a una realidad tan turbulenta como la de nuestra industria, ese simple hecho de conectar al periodista con las historias que de verdad quiere contar ya es ganancia.
Veamos Puck y Semafor como una demostración de que las marcas periodísticas personales sí pueden crear colectivos que perduren en el tiempo.
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