Redes de contenido automatizado, lo mejor que podía pasarles a los verdaderos creadores
Redes de contenido automatizado, lo mejor que podía pasarles a los verdaderos creadores
Y por qué las máquinas reposicionarán el trabajo humano
Storybakers:
Escribo este newsletter desde Oporto.
Me encuentro en Europa para impartir una serie de clases sobre periodismo emprendedor en la CNN Academy de Sevilla en alianza con la Universidad de Loyola.
Cualquier demora en la publicación de este newsletter tendrá que ver con los cambios de horario o con las problemáticas naturales de los viajes.
Sirve el contexto, sin embargo, para reflexionar sobre el rol de los seres humanos contando historias en el futuro por venir.
Leo en The Verge una predicción sobre la era del contenido automatizado en las redes sociales.
El concepto no es nuevo.
En cierto modo, aún sin saberlo, llevamos años enganchándonos, conversando y estresándonos con posteos de bots sin criterio propio.
Metidos en la inercia de la plaza pública que representa Twitter resulta sencillo perder de vista si ese otro “usuario” que nos ha enganchado con su opinión es o no un ser humano.
En Twitter, en lo particular, no nos importa tanto quién lo dice sino qué está diciendo.
Por eso resulta sencillo que un bot tenga el poder de provocar una reacción en nuestro estado de ánimo.
Ese escenario de interacción constante con bots se convertirá en una práctica tan común que terminaremos normalizándolo.
Yo mismo me cuento entre los que han sostenido conversaciones profundas con bots a últimas fechas.
Con él he hablado sobre lo ético o no que resulta que se maneje como un sistema que no puede emitir opiniones al tiempo que enfatiza sus objeciones al impacto y arraigo de Donald Trump o Andrew Tate
También con él he debatido sobre mi estilo de escritura.
Me he permitido preguntarle a qué escritores me asemejo y en qué porcentajes.
Se ha convertido, a final de cuentas, en un contacto siempre a mi alcance para interactuar cuando lo necesite.
Que esa misma certeza llegue a las redes sociales traerá sus consecuencias.
En The Verge hablan sobre cómo Linkedin ha sido la primera en apuntarse a través de Microsoft para generar contenido vía inteligencia artificial.
Tiene sentido que una red necesitada de usuarios que también se asuman como creadores incentive esa dinámica a través de la inteligencia artificial.
Hasta ahora sus esfuerzos por ser parte de la Creator Economy han sido más bien fallidos.
Su programa de creadores incluye a tantos que termina diluyéndose en la intrascendencia.
Cuando cualquiera forma parte sin que haya grandes beneficios de por medio lo que tendría que ser una distinción se convierte en irrelevancia.
Con la inteligencia artificial como su gran apuesta a nivel contenido, Linkedin deja ver que no aspira a contenido diferenciado, auténtico y humano.
Más bien va hacia el contenido utilitario que a través de fórmulas y frases repetidas centenares de veces puede generar engagement en un entorno profesional.
Mientras los hilos en Twitter suelen reunir aprendizajes personales o aportaciones profundas, en Linkedin abunda el conocimiento “robado” o “prestado” que viaja de una persona a otra sin que se conozca al autor original.
Linkedin de la mano de la inteligencia artificial tendrá más de lo que hoy se cuestiona.
Conocimiento comoditizado que con frecuencia lleva al engagement bait.
Lo que tendríamos que preguntarnos es si de verdad necesitamos más contenido.
Vamos, que del funnel de conversión ya hemos tenido suficiente.
Como también hemos tenido suficiente del viaje del héroe como estructura para contar historias.
O de las frases de Steve Jobs para siempre exigirnos más.
De eso que ya está en exceso Linkedin quiere mucho más.
Mucho más en manos en perfiles de usuarios que en vez de hacer el trabajo por sí solos recurrirán a la inteligencia artificial para publicar un contenido que en relidad no será suyo.
Mucho más en manos de usuarios que ya ni siquiera tendrán que tomarse el tiempo de imitar lo que otro creador ha hecho, harán copy paste de lo que les entregue Chat GPT-3.
Paradójicamente, confío en que esa abundancia sobre el que ya de por sí es un exceso derivará en una purga para los medios y creadores que no aportan valor por sí solos.
Habrá tanto contenido generado por la inteligencia artificial que de nuevo serán unos cuantos los seres humanos que se digan que vale a pena ser creadores de contenido.
Ahora el filtro no será que no se tiene una imprenta, una concesión de radio o televisión o la capacidad para hablar frente a un micrófono, ahora el filtro será que perderá sentido salir a decir algo cuando ya todos lo dicen, humanos y computadoras por igual.
La era de las redes con contenido automatizado quitará brillo a la Creator Economy.
Contar historias será para los que en verdad se tomen el tiempo de ir más alla, de cuestionarse, de profundizar en sus propias curiosidades.
El Internet comercial nos permitió resolver un problema de escasez de historias, voces y perspectivas.
Abrazamos esa posibilidad a grado tal que hoy tenemos un exceso de medios, periodistas y creadores.
La inteligencia artificial sustituirá a los humanos creadores de contenido repetido.
Ahora mismo en TikTok es muy sencillo comprobar que hay creadores montándose a lo que sea sólo por conveniencia algorítmica.
No por convicción, no por interés, no porque tengan información diferenciada.
Lo mismo ocurre en muchos casos con medios contando las mismas historias para montarse en las tendencias que entregan grandes números.
Si se trata de atragantarnos de contenido, las máquinas harán un mejor trabajo que nosotros.
Si se trata de crear contenido diferenciado, serán unos cuantos los seres humanos que logren destacar.
Aunque suene contradictorio. enfatizar dónde es necesario un ser humano para contar historias y dónde puede ser reemplazado y superado por las máquinas es lo mejor que le puede pasar a los verdaderos storytellers.
En los próximos años ser creador de contenido destacado volverá a ser una distinción.
Una tarea que implique compromiso, recurrencia y tenacidad.
No como estos tiempos en que un video acompañado del video correcto en el momento adecuado erige nuevas figuras mediáticos sin contexto o preparación de por medio.
Dejo aquí un envío relacionado.
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