Se buscan: creadores digitales que transformen las noticias en televisión
Y por qué en esa combinación reside la oportunidad de crear los nuevos grandes fenómenos mediáticos
Storybakers:
La verdadera relevancia cultural va más allá de una generación reunida en una plataforma.
Cuando de verdad un concepto se convierte en masivo llega a casi todos desde distintos puntos.
Cuando de verdad un concepto se convierte en masivo habilita conversaciones multigeneracionales que cada vez se producen más a cuentagotas.
No es sólo el video corto en TikTok, es también la reseña extensa en YouTube o el seguimiento en vivo desde la televisión.
Por eso he dedicado tanto tiempo a últimas fechas al análisis de Big Brother y sus derivados como un fenómeno que sirve de referente para comprender lo que aún se puede hacer desde la televisión.
En el nuevo episodio de Upload Inc. vamos a profundidad sobre ello.
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Invitación a Webinar: Medios 3.0, cómo la tecnología y la web descentralizada están transformando la industria
Ya antes les había compartido que en Story Baker hemos colaborado con LUMO Media Lab para el lanzamiento de Medios 3.0, un e-book que va a fondo sobre las hipótesis, experimentaciones y resultados de la industria de los medios en torno a la web descentralizada.
Si aún no lo descargan, pueden hacerlo aquí.
Como parte de ese lanzamiento, este 22 de junio a las 16:00 hrs. (Tiempo de Colombia) llevaremos a cabo un webinar resumiendo y analizando los principales hallazgos.
Me acompañarán Ernesto Martelli (Director de Innovación de La Nación de Argentina) y Marcelo Liberini (Vicepresidente Digital de Caracol Televisión), además de Nathalie Vélez como moderadora.
El registro es gratuito.
Hace rato ya que los formatos y plataformas dejaron de tener un solo propósito.
Ni siquiera los más nuevos están exentos de pensar en su significado para otras plataformas.
El video corto, por ejemplo, puede ir al comienzo o al final de nuestra experiencia de consumo en torno a un tema.
Puede también ser meramente complementario o puede ser el único consumo que hagamos en torno a algo que otros consideran mucho más relevante que un video de unos cuantos segundos.
Para los creadores el video corto ha significado la apertura de avenidas insospechadas para su desarrollo profesional y de notoriedad.
En primera instancia, a partir del poder inusitado de TikTok como máquina aceleradora de nuevas figuras, representó el acceso a una popularidad construida a la velocidad de la luz.
Miles de tiktokers cambiaron su vida para siempre por haber comenzado a crear contenido en el pico de la pandemia.
La fórmula en aquel entonces era infalible: crear contenido en una plataforma aún despoblada de información para una sociedad con más necesidad de contenido y entretenimiento que nunca.
Pero ni siquiera ese protagonismo exprés convirtió a TikTok en la única plataforma en mente para los creadores.
Hoy no existe ese destino único.
No lo es TikTok dado que sus creadores viven quebrándose la cabeza todo el tiempo para llevar a su comunidad a un puerto más seguro.
No lo es YouTube dado que ni siquiera incorporando Shorts ha podido ser capaz de quitarle protagonismo y descubrimiento a TikTok.
Y no lo es la televisión por más que durante décadas aquello representara llegar a la meca de la masividad.
Antes, salvo contados e icónicos casos que optaban por hacer de la radio su plataforma por excelencia, la más grande aspiración era llegar a la televisión.
Era ahí donde la mayor popularidad se combinaba con los mayores ingresos.
Era ahí donde se alcanzaba el sueño de ser identificado y hasta posiblemente venerado por todos.
Hasta antes de TikTok, la televisión siguió asumiéndose como ese último destino que no conocía comparación.
Sí, se habilitaban, como se sigue haciendo, ciertos espacios para que la gente enviara tuits.
Sí, de cuando en cuando trascendía lo que a un youtuber se le ocurría decir sobre tal o cual producción.
Sí, incluso se le daba cierto espacio a presumir que un programa se había convertido en trending topic en Twitter.
Pero nunca había sido tan relevante impactar en una plataforma digital como ahora.
La televisión que trasciende en la actualidad es la que se comparte.
Y la mayoría de la televisión ni se conversa ni se comparte.
Por eso resulta notorio cuando un concepto como La Casa de los Famosos se convierte en un fenómeno transmedia.
Por eso también hemos dedicado tanto análisis a lo que la Kings League ha conseguido a partir de una transmisión pensada originalmente para Twitch.
La mayoría de la televisión que se hace cae en la tentación de asumir que lo único que ha de hacer es seguir los cánones de siempre para hacer eso que llaman “buena televisión”.
Para esa “buena televisión” tienen formas, expresiones y estilos impuestos con un calzador que no tendría que ir más en estos tiempos.
Los formatos de entretenimiento de a poco han ido entendiendo que deben evolucionar.
Han de hacerlo tanto para efectos de entender mejor las capacidades de atención y consumo de la audiencia como para impactar en ecosistemas sociales que generan conversación y descubrimiento.
Pero los informativos no lo han hecho.
Casi no lo han hecho.
Son muchos los productores y directores que siguen dando órdenes pensando que su momento estelar pasa por ese momento en que están en vivo.
En muchas ocasiones su momento de mayor protagonismo a nivel digital no se produce por mérito propio sino por equivocación propia.
Ocurre cuando sus conductores muestran ignorancia notoria sobre un tema.
Ocurre cuando algo se sale de la norma a través de juicios o comentarios que son criticados por la audiencia.
Rara vez ocurre que ese protagonismo en redes sea producto de una estrategia orquestada pensando en trascender tanto como para que la audiencia haga algo con eso que se le está presentando.
El contenido que de verdad trasciende en el tiempo no sólo es visto, es también comentado y compartido.
Se trata de dos capas adicionales que entiende mucho mejor el creador que se ha hecho en digital que el creador televisivo.
Al creador televisivo lo acompaña el ego del que se hizo en una plataforma de unos cuantos para todos.
Al creador digital lo acompaña la conciencia del que ha comprendido que sin reacciones de otros lo suyo carecerá de sentido.
Por eso estoy convencido que para tener una mejor televisión se hace necesario un cambio generacional.
El creador digital está habituado a pensar todo el tiempo en cómo mantener el ritmo.
No está tan obsesionado en respetar las formas como en lograr retener la atención de la audiencia.
Pasa con la televisión, pero ocurre con cualquier formato largo que quiera extender su presencia.
Los podcasts hoy llegan a tener como prioridad las partes que viajan en redes antes que el todo que se escucha en Spotify.
Los documentales se hacen pensando en cautivar con cada minuto, pero también en armar bloques memorables que ameriten una especie de quita-pon que vaya directo a redes sociales.
La oportunidad está ahí para transformar cómo se dan las noticias en televisión.
Sólo hay que cambiar los tiempos y las formas.
Sólo hay que replantearse objetivos para recordar que ese destino único y soñado que era la televisión a veces puede convertirse en secundario.
O eso o morir en la intrascendencia de hacer televisión que muere a cada segundo que pasa.
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