*Este texto forma parte de Tendencias 2022: encuentro de periodistas y creadores en la nueva economía, un ejercicio colaborativo publicado por Story Baker Academy.
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Por Homero Hinojosa
@homero_hinojosa
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Las salas de redacción de medios en América Latina poco a poco vuelven a retomar esa atmósfera tan especial de ajetreo, de ir y venir de reporteros, editores, fotógrafos y diseñadores. La pandemia del 2020-2021 cambió muchos hábitos y rutinas. Algunos periodistas no volverán más a sus escritorios; el trabajo remoto y virtual se quedó como una dinámica cómoda y funcional en algunas empresas informativas. Y quizá veremos esta modalidad más en el futuro, con pandemia o sin ella.
No por ello dejarán los reporteros y editores de estar más supervisados. Por el contrario, una falta de encuentro físico más frecuente con el editor inmediato o el director -y una distancia de la zona de trabajo colectiva- requiere muchas veces de mayor monitoreo, aunque siempre hay periodistas proactivos y responsables que poco seguimiento requieren. Independientemente de dónde y cómo trabajen los periodistas siempre necesitarán de una fuente de motivación, de inspiración y guía para hacer mejor su trabajo. De ahí que para muchos la mentoría siempre será bienvenida.
Mentoría, coaching, tutoría, consejería… Son conceptos y buenas prácticas que cada día se escuchan más en las universidades, empresas y en una diversidad de organizaciones. Las salas de redacción de esta tercera década también se plantean la necesidad de incorporarlas a su ejercicio cotidiano, como una buena práctica fija.
Las salas de redacción siempre están en un proceso de envejecimiento, pero ahora con las distantes brechas generacionales y tecnológicas este proceso se acentúa más y se vuelve más visible. El periodista veterano es una población que a medida que pasan los años presenta ciertas limitaciones, particularmente carencia de destrezas tecnológicas y pérdida de velocidad para adaptarse al cambio constante. Empieza así a formar parte de un estereotipo negativo donde se le puede llegar a hacer a un lado. Las jubilaciones en muchos grandes medios son ahora “adelantadas” y el desplazamiento se vuelve mayor.
Pero esto quizá deba cambiar y quizá sea hora de empezar a aprovechar más el talento de muchos de los veteranos para que canalicen sus conocimientos y experiencias a través de una mentoría a los más jóvenes, generalmente estos últimos diestros en la tecnología, pero con mucha necesidad de afinar el olfato periodístico. Y hasta quizá tener en el proceso un poco de “mentoría inversa”, donde los jóvenes apoyan a sus contrapartes más adultas a entrar a un proceso de alfabetización tecnológica y digital.
Mentoría como una constante
Durante mi trabajo como consultor de medios he descubierto que poco tiempo se le dedica a practicar la mentoría y mucho menos a desarrollar habilidades entre los periodistas para ejercerla entre pares. A lo mucho los editores de los diarios suelen limitarse a dar lineamientos oficiales en el proceso de inducción a los nuevos reporteros y a ofrecer buenos consejos para redactar de una manera más clara, sencilla y precisa. Pero su aplicación es meramente ocasional y responsiva a una necesidad del momento, muchas veces presionados por una hora de cierre en que las prisas se imponen. Quizá sea tiempo de que los editores adopten más características de mentores en el proceso diario. O asignar a un veterano que lo sea de tiempo completo.
Pero… ¿Cómo definir la mentoría? En pocas palabras se puede definir como un proceso que sigue un individuo generalmente experimentado para desarrollar el potencial de una persona en una área de trabajo o especialización. Un ejemplo muy común en las organizaciones es la llamada “mentoría intergeneracional”, como la denomina Ken Blanchard, en donde una persona joven se empareja con otra persona mayor, de tal modo que ambos aprenden y crecen. Este es el enfoque de este capítulo.
Hoy vemos dos estados interesantes en la dinámica de sala de redacción. Por una parte, se está un desfase tecnológico entre los de mayor edad y, por el otro, una falta de técnicas y tácticas para realizar un mejor periodismo entre los periodistas más jóvenes. En los esfuerzos de mentoría, la diferencia de edades no tiene que ser tan amplia para que tanto tutores como aprendices obtengan valor de esta relación, dice Blanchard autor del libro “Mentoría al Minuto”.
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Condiciones y características
Para que ocurra una buena mentoría intergeneracional deben darse una serie de condiciones:
* Un interés y vocación por ofrecerla, de parte del mentor
* Una disposición y tiempo para obtenerla, de parte del mentorado
* Una atmósfera de confianza, para que rinda mejores frutos
* Tiempo para practicarla, sin presiones de entregas ni horas de cierre encima
Los objetivos que se determinan en su ejecución están diseñados para atender las necesidades del mentorado. De ahí que una condición es que el mentor conozca bien el trabajo del reportero, detecte sus aciertos y sus fallas. Junto con el departamento de Recursos Humanos (o Direcciones de Talento, como hoy las denominan) se puede trazar un análisis FODA de cada candidato, en donde precisamente se definen sus fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas en su desempeño.
Recordemos este punto: La mentoría es una estrategia a mediano plazo, no una solución temporal para mejorar la productividad, el desempeño general y los resultados del momento. Es una estrategia para favorecer el potencial del periodista y, por tanto parte, de su conocimiento y de su necesidad para establecer los objetivos y líneas de acción. Y una vez que los objetivos han sido definidos con un buen análisis FODA, es importante establecer un compromiso entre mentor y mentorado para trabajar por un rumbo común.
La dinámica de las salas de redacción de hoy día -espacios que prácticamente operan hoy en una modalidad 24/7- poco favorece un entorno para poner en práctica acciones de mentoría intergeneracional. El periodismo de alta velocidad, de producción y entrega de notas, audios, videos y demás material multimedia, hace que cada periodista trabaje su información con los elementos esenciales para ser aprobada. Paradójicamente en este periodismo de rapidez es cuando se justifica más tener periodistas con características de mentores bien capacitados para combatir la desinformación, la falta de precisión y otros vicios y males que se presentan en un proceso productivo veloz.
Modelos de mentoría a implementar
I. De experto a novato
El modelo más común y práctico para iniciar un programa de mentoría intergeneracional en un medio es aquél en que se aprovechan el talento y experiencia de los periodistas más veteranos en la sala de redacción. En este punto, es recomendable que los departamentos de Recursos Humanos incluyan en sus planes de carrera o desarrollo del personal una alternativa para convertirse en “mentor de planta”.
En determinada etapa de su vida el periodista llegará a una edad en que puede reinventarse y probar una opción que no sea necesariamente reportear en las calles todos los días. Continuamente hay alta rotación en las salas de redacción de hoy. La duración de estadía de los jóvenes es cada vez más corta y éste es un problema que debe ser analizado aparte. De ahí que se antoje necesario que exista un periodista de tiempo completo -que no necesariamente debe de ser el más viejo- para convertirse en una especie de mentor o coach de los periodistas novatos.
II. De joven a “maduro”
La tecnología cambia cada día, a cada hora. La alfabetización tecnológica y digital del periodista (sobre todo de aquellos “mayores”) se ha convertido en una tarea a veces difícil de resolver por parte de las áreas de Recursos Humanos. Ciertamente los medios han respondido con programas de capacitación para que su personal esté actualizado. Y muchos de ellos viajan para aprender de los seminarios de SIPConnect y de WAN-IFRA.
Sin embargo esto no resulta suficiente. Es más, muchos periodistas regresan de Miami o de Bogotá solo con un conocimiento general de las innovaciones de moda, pero con poco aprendizaje y aplicación práctica en el día a día. El rezago en alfabetización tecnológica y digital bien puede ser combatido con mentoría de joven a “maduro”. Es decir, con “mentoría inversa”.
Y comento el término “joven” solo para referenciar a periodistas de generación millennial y centennial que generalmente son más diestros en dominar tecnologías digitales. Muchos de ellos son precisamente “nativos digitales”: crecieron con la computadora y se desarrollaron con el Internet.
Afortunadamente ya no existen las máquinas de escribir. Muchos aún recuerdan las Remington y Olivetti a las que reporteros y editores se aferraron a finales de los 80´s y principios de los 90´s rechazando las primeras PC's que unos ingenieros del quinto piso del diario decidieron un día instalar.
El proceso de transición más difícil ya sucedió; hoy el reto no es necesariamente sustituir la computadora por un robot (por lo menos aún no) y que el periodista trabaje con él. Los retos son más bien de adopción de herramientas para hacer periodismo de datos, realizar minería de los mismos, analítica y visualización. Y de dominar una serie de programas para ejecutar buenas prácticas periodísticas en el día a día.
Es aquí en donde el rol de un joven mentor tiene justificación. Afortunadamente ya son muchas las universidades que preparan a los futuros egresados en este tipo de herramientas. Con una buena metodología de mentoría pueden desarrollar capacidades para convertirse en alfabetizadores en tecnología y en recursos digitales para inspirar, educar y motivar a periodistas de mayor edad -y con limitación tecnológica- a desarrollar nuevas competencias.
La mentoría intergeneracional se da entonces de esta manera: los veteranos plantean retos a los jóvenes para hacer un mejor periodismo de calle y de investigación y sus aprendices en reciprocidad se convierten en guías para ayudarlos a dominar nuevas herramientas tecnológicas y digitales.
III. Mentoría en Equipo
Una alternativa funcional es practicar las anteriores mentorías de uno-a-uno en una modalidad colectiva, de grupo. La mentoría colectiva se recomienda de manera especial para ejecutarla con equipos de periodismo de investigación, por ejemplo. O también con una nueva “camada” de periodistas de recién ingreso en donde se les plantea retos por grupo.
En este tipo de formatos el mentor se convierte en un “líder” de grupo que definirá los tiempos de trabajar todos juntos y de plantear objetivos a alcanzar. Pero también procurará espacios para hacer mentoría uno-a-uno, sobre todo para llevar una especie de ficha técnica de cada uno de los mentorados y trabajar específicamente en sus debilidades y en cómo potenciar sus fortalezas.
IV. Mentoría Transversal
Una área ideal para practicar este cuarto tipo de mentoría en grupo es desarrollar más el talento periodístico de diseñadores gráficos y de multimedia, por ejemplo. Vemos hoy producciones periodísticas multimodales con efectos visuales muy sorprendentes, pero que carecen muchas veces de elementos noticiosos clave que precisamente le den un mejor valor más periodístico y documental a sus trabajos.
De esta manera, con este tipo de mentoría se logra un aprendizaje transversal que ayuda no solo a hacer un mejor periodismo visual y multimedia, sino también a cerrar la brecha comunicacional entre reporteros, editores, diseñadores y productores digitales. Nuevamente puede ser un periodista-mentor veterano el que tenga a cargo este proyecto luego de recibir un poco de mentoría de un joven en el dominio de elementos tecnológicos y digitales. Recordemos que la mentoría no solo es inspirar y educar, también es facilitar más la conexión entre diversas áreas del medio, reducir la brecha de especializaciones y mejorar así las relaciones laborales e interpersonales del día a día. Todos aprenden un poco del área de expertise del otro y se forma así un círculo virtuoso de enseñanzas y nuevas competencias.
Conclusión
La brecha generacional en las salas de redacción de esta tercera década representa todo un tema. Pero más lo es el reto de facilitar una mayor conexión y entendimiento entre las diferentes generaciones de periodistas y demás personal. Los propietarios y directivos del medio, así como y los ejecutivos de Recursos Humanos y de Talento, pueden empezar a contemplar la mentoría como una práctica a ser canalizada para procurar mejores relaciones entre los miembros que componen las salas de redacción. Recordemos que la mentoría es un proceso de aprendizaje, pero también de mejora en la calidad de las relaciones humanas y una oportunidad para desarrollar más la empatía y la resiliencia como complementos de apoyo.
La mentoría será cada vez más una buena práctica que encontrará nuevas formas para ejercerla y sacarle provecho. Se podrá sin duda potenciar más a través del juego (del gaming) en donde más fácilmente se crean condiciones para que los participantes se abran más en su humanidad y se rompan esos cristales que a veces separan a los periodistas de una generación de otra.
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Homero Hinojosa es consultor de medios con más de 25 años de experiencia y es profesor de Periodismo en el Tecnológico de Monterrey. Fue subdirector editorial de El Norte (Grupo Reforma). Tiene un B.A. en Periodismo de la Universidad de Texas en Austin y maestría en Humanidades Digitales del Tecnológico de Monterrey.