Threads: el nuevo lienzo digital para crear una mejor sociedad

Y por qué 30 millones de usuarios se montaron a la plataforma en 24 horas

Storybakers:

Antes de ir al envío quiero invitarlos al más reciente episodio de Upload Inc.

Va de Ricardo Salinas Pliego.

Un multimillonario mexicano que la rompe como creador de contenido.

Un multimillonario que teniendo toda una televisora para hacerse presente convirtió a las redes en su gran escaparate.

Me gusta Threads.

Me gusta por representar una oportunidad de hacer bien lo que se ha hecho mal.

Me gusta porque le permite a la palabra escrita una nueva forma de validación cuando muchos se mueren por dictarle sentencia de muerte.

Me gusta porque al menos en un principio hereda de Instagram una audiencia menos tóxica que la de Twitter.

Aunque aquí vale preguntarse si Twitter es tóxico por ser Twitter o por lo que promueve.

En Threads lo descubriremos más pronto que tarde.

Ahí descubriremos si la toxicidad está relacionada a la plataforma o a la sociedad que frente a ese recurso de los rápidos pensamientos escritos acaba siendo nociva sin que importe el nombre de la plataforma.

Hasta ahora ninguna plataforma social ha sido relevante como sustituta de otra.

Instagram no fue un nuevo Twitter.

Tampoco un nuevo Facebook.

TikTok no fue un nuevo YouTube.

Todas han privilegiado un formato distinto al de las otras.

Y cuando no lo han hecho terminan fracasando.

Como Truth Social jugando a ser un Twitter para republicanos.

Como Mastodon queriendo ser lo mismo que Twitter pero descentralizado.

Como Post aspirando a ser Twitter nada más por lo mal que lo hace Elon.

Threads es un poco como Post y el resto de esas imitaciones.

Surge porque el otro lo ha hecho mal.

Surge porque Elon hizo de conocimiento masivo la crisis que siempre ha tenido Twitter por ser más relevante en percepción que en negocio.

Surge también como un lavado de cara que le permite momentáneamente a Mark dejar de ser el villano de Meta para ser el protector de la conversación pública.

Pese a esos orígenes semejantes, Threads es desde ya una amenaza mucho más seria para Twitter.

Lo es por la facilidad con la que la audiencia de Instagram se traslada a Threads.

Lo es porque en estricto sentido el texto siempre ha tenido algo de valor en Instagram.

En carruseles explicativos, en postales con frases de superación personal y en stories que se valen del texto para dar en el punto.

Con el paso de las horas he descubierto que Threads también me permite abrir conversaciones con quienes no cruzaba mensajes.

Con seguidores míos en TikTok que también están en Threads porque antes estaban en Instagram.

Con gente que reaccionaba con emojis a mis historias en Instagram pero de la que no había leído un mensaje estructurado.

Threads tiene el potencial de renovar tanto la dinámica de la conversación como a los participantes de esa conversación.

Al estar ligado a Instagram, una especie de punto medio entre la obsolescencia de Facebook y la vanguardia de TikTok, se abre la oportunidad de un rejuvenecimiento en la audiencia.

Aunque parezcan lo mismo, habrá miembros de la generación Z que no tengan Twitter, pero sí Discord y Threads.

Ese rejuvenecimiento puede transformar también los tipos de conversación que se dan en Threads a diferencia de Twitter.

Las comunidades más sofisticadas, que suelen estar antes en Discord que en Twitter, conversan antes que destruyen.

En esas comunidades los miembros co-crean sin que esa interacción pase por el ataque malintencionado o por el protagonismo a costa de lo que sea.

Threads ha gozado de la bendición mediática que aún se requiere para dar relevancia a una red social.

Es una cuestión de relaciones públicas.

Si a Mark no lo quieren los medios, a Elon Musk menos.

Y ver a Musk metido en problemas se ha convertido en uno de los grandes motores de visitas para los medios a últimas fechas.

Threads superó en 7 horas los 10 millones de usuarios.

Alcanzó dos millones en sus dos primeras horas.

Y cerró sus primeras 24 horas con más de 30 millones de usuarios.

La historia de Threads será contada a partir de dos vías.

El beneficio que le pueda traer a Meta fortalecer su debilitado ecosistema de plataformas sociales.

Y el daño que le pueda hacer a Twitter justo cuando Musk más intenta posicionarlo como una herramienta de paga.

Hasta ahora el daño a Twitter me parece más significa que el éxito para Meta.

Pero esa lectura se irá modificando con el tiempo.

A Meta le corresponde mantener la esencia de Twitter en Threads sumando lo que funciona mejor en plataformas de nueva generación.

Hoy el consumo es más específico que general.

Más a lo TikTok que a lo Twitter.

Hoy el consumo está más basado en intereses  que en personas.

No siempre nos interesan las mismas personas.

No para todo en todo momento.

Habrá de quienes nos interese su opinión sobre el deporte, pero no sobre política.

Habrá otros a los que sigamos por sus habilidades para dar consejos de cocina o jardinería.

Habrá a quienes sigamos por dos o tres temas, pero no por todo.

Y es ahí, en la gestión de comunidades, donde Threads puede ser no solo un sustituto posible de Twitter sino también una evolución de Twitter.

Threads puede aspirar a masificar muchas de las funcionalidades que hoy son vistas como de nicho por estar en Discord.

Threads puede evadir que la creación manipulada de Trending Topics se convierta en canon.

Threads puede ser parte de lo que necesitamos para convencernos de que estar en una plataforma abierta no tiene que ser lo que Twitter nos terminó entregando.

Si se da esa pelea en jaula, Mark llevará ventaja.

Ha soltado el primer golpe como le gusta.

Explosivo, inspirado en la fortaleza de otro.

Como hizo con las stories de Snapchat.

Como pretendió hacer con Reels frente a TikTok.

Y como ahora lo hace con Threads frente a Twitter, por más que esa imitación parezca muy del 2006.

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