X, la última oportunidad de Elon para salvar Twitter
Y por qué el rebranding puede ser positivo
Storybakers:
Frente a la crisis, reinvención.
Lo hizo Mark Zuckerberg cuando rebautizó Facebook como Meta.
Ocurrió en un contexto en el que ninguna de sus respuestas al surgimiento de TikTok fue suficiente para eliminar la percepción de que Facebook empezaba a ser para viejos.
En ese rebranding, el argumento principal fue un cambio de enfoque.
Una visión futura.
El metaverso se convirtió en el escenario prometido.
Ahora Elon Musk hace lo que ya había anticipado que tarde o temprano ocurriría.
Ocurre también en un contexto en el que el propio Elon ha tenido que reconocer que los ingresos publicitarios no han ni siquiera regresado al nivel en que los recibió.
El argumento central del rebranding es también una visión futura.
Habla de crear X, “the everything app”.
Una súper app a lo WeChat en que la gente pueda crear contenido, interactuar, realizar pagos y comprar productos y servicios.
La visión la explica bien Linda Yaccarino
En ambos casos, en el de Mark y en el de Elon, el rebranding parece tener poco que ver con aquello por lo que sus plataformas fueron conocidas.
La apuesta de Mark, aunque cada vez menos recurrente en la narrativa por el protagonismo que ha cobrado la inteligencia artificial, pasa por consolidar apuestas metaversales alejadas en esencia a Facebook, Instagram y WhatsApp.
La de Elon pasa por crear X a partir de la base de usuarios de Twitter.
Y es aquí donde para mí puede tener sentido lo de Elon Musk.
La historia nos demuestra que Twitter ha sido resiliente.
Que no importa cuántos CEOs pasen por ahí, la base dura de usuarios se mantiene.
Que no importa cuántas plataformas nuevas aparezcan, la base dura de usuarios no se va.
La muestra más evidente es la de Threads.
Si desde Meta celebraron haber alcanzado 100 millones de usuarios en 5 días, en Twitter deben estar celebrando el derrumbe de esos mismos números una semana después.
De acuerdo a Similarweb, los usuarios con posteos diarios en Threads pasaron de 49 millones durante la primera semana a 23.6 millones al comienzo de la segunda.
Si vamos a tiempo en la aplicación, Threads pasó de 21 minutos el 7 de julio a poco más de 6 minutos el 14 de julio.
Threads no va a ser el nuevo Twitter.
Tampoco Mastodon y Bluesky.
Twitter nunca ha sido el más brillante de los negocios en la era de las redes sociales.
Su modelo fundamentado en texto y en la conversación pública lo ha condenado en sus posibilidades de monetización.
Pero ese mismo modelo lo terminó por convertir en la única plaza pública digital en la que millones de usuarios se informan y confrontan puntos de vista.
Sus altos niveles de toxicidad provocan que muchos en uno u otro momento nos preguntemos qué sentido tiene estar ahí.
Pero esa toxicidad deriva en ser la red protagónica de las narrativas mediáticas.
Twitter es una obsesión para los medios porque concentra dos de sus más grandes pasiones: la lucha por el poder político y las breaking news.
Si a eso se suma que Twitter es la que menos barreras de entrada presenta para todo periodista por estar basado en texto, resulta lógico que esa obsesión no se vaya a ningún lado.
Hemos seguido ahí aún con la bandeja de mensajes directos llena de spam.
Hemos seguido ahí a pesar de los erráticos intentos de Musk por dar con la tecla en el cobro por activar funcionalidades para los usuarios.
Hemos seguido ahí a pesar de que Elon despidió al 75% de los trabajadores de Twitter.
Twitter es por tanto una apuesta segura para experimentar.
El tiempo también demuestra que Twitter siendo Twitter nunca sería un gran negocio.
X es más que un capricho de Elon.
X es más que su obsesión por esa letra.
X es un legítimo intento por convertir algo que no funciona como negocio en algo que sí que genere dinero para quien pagó 144 mil millones de dólares por Twitter.
La verdadera pregunta no es si Twitter sobrevivirá como X.
Lo hará como lo ha hecho siempre por atender una necesidad tan elemental como la conversación pública.
La verdadera pregunta pasa por descubrir si Elon tendrá suficiente tiempo para hacer que sus nuevos productos cobren la tracción que se requiere para hablar de un exitoso nuevo destino.
Hasta la fecha nada de lo que ha lanzado bajo su gestión ha sido un acierto masivo.
Pero tampoco un fracaso tan grande como para que nos alejemos de una vez por todas.
Para Elon y para Twitter más valía intentar salvarse convirtiéndose en algo más que morir por esa naturaleza que así como mantiene la lealtad de millones termina alejando el negocio.
Por eso X tiene sentido.
La clave, como siempre pasa, estará en la ejecución.
Y ahí Elon tiene todavía mucho que demostrar.
Únete a los canales de Story Baker en Telegram
Cheat Media Links and Talks: lo que tienes que saber de la industria sin tener que buscarlo en Twitter
StorIA: el futuro de las historias en la era de la inteligencia artificial
La Podcastería: el punto de encuentro para creadores de audio con ligas, ideas y recursos.
La Creator Economy: historias y briefing diario sobre la economía de los creadores que está cambiando al mundo
News de News: Todo sobre Newsletters
Desde el metaverso: el futuro de nuestra existencia digital