Con followers que no representan data para los escritores, ¿substack traiciona su esencia?
Y cómo la Twitterificación de Substack siembra dudas entre los creadores de newsletters
Storybakers:
Nadie ha entendido mejor el consumo de texto que Substack.
Primero supo darle certeza a escritores, periodistas y creadores garantizándoles la portabilidad de su audiencia.
Si bien esa ha sido una característica única de los newsletters, Substack ofreció además un ecosistema propicio para crecer.
Semejante al ecosistema de los blogs que proliferaron en la primera década de los dos miles.
Substack encontró también el modo de pasar por encima de Medium como su competidor directo.
Mientras Medium se quedó varado en la promesa de crear un lienzo perfecto para los escritores.
Substack ofreció una solución completa basada en un modelo de monetización específico.
Sí complicado.
Sí aplicable sólo para unos cuantos.
Pero mucho más certero que las constantes iteraciones de Medium.
Medium dio demasiados bandazos en muy poco tiempo.
Apostó al comienzo por asociarse con medios como The Ringer para demostrar que podía hacerse mejor publicidad desde una plataforma como la suya.
Optó después por generar un programa de ingresos basado no en los suscriptores pagos específicos de un autor sino en los de la plataforma misma.
Medium te pagaba acorde al consumo que esos suscriptores hubieran hecho de tu contenido particular.
Los casos de éxito fueron un hecho aislado más que una constante.
Desde entonces Medium ha vivido extraviado.
Lo está a tal grado que Evan Williams hace ya un tiempo que dejó de ser parte de la empresa.
De a poco, Substack ha ido entendiendo que la relación entre un autor y su comunidad no se limita a un solo formato.
Que esa confianza habilita y requiere puntos de contacto adicionales que sostengan la interacción y la conversación en el tiempo.
Habilitó entonces la alternativa de publicar podcasts y videos.
También lanzó un chat que cuenta con la posibilidad de generar conversaciones exclusivas para los miembros pagos.
Hasta ahí todas y cada una de sus funcionalidades apuntaron a crear nuevos tentáculos para que el autor pudiera atraer y mantener cautiva a esa comunidad de la que es verdadero y único propietario.
Pero entonces llegó Notes.
El Twitter de Substack.
El espacio para publicar entradas cortas con opiniones, imágenes y links compartidos.
Un paso natural en este kit de herramientas para escritores.
Ocurrió en el contexto de la llegada de Elon Musk como propietario de Twitter.
En esos tiempos en que Elon entorpeció la inserción de tuits en Substack y la generación de tráfico hacia la plataforma.
Desde entonces Notes ha ido creciendo.
Es ya una herramienta viva con actualizaciones constantes.
Y sobre todo, con participación recurrente de los usuarios tanto en reacciones como en comentarios.
Es aquí donde entra la controversia.
Donde cada vez más autores expresan su inconformidad.
Las publicaciones en Notes llaman a seguir a un autor pero ese follow no genera un nuevo registro para el creador de dicho contenido.
Se especula entonces con que Substack podría estar pensando en un modelo publicitario semejante al de X.
Se especula también que el crecimiento de Notes podría derivar en que Substack termine convirtiéndose en una nueva red social en la que la generación de datos para los autores pasa a segundo término.
Desde Substack puede argumentarse con razón que Notes contribuye a incrementar la posibilidad de que un usuario se convierta en suscriptor.
Pero no puede negarse que convertir a Notes en protagonista de la dinámica de creación de contenido abre la puerta al contenido que tanto ha contaminado X.
El de los diez consejos que te cambiarán la vida.
El de los expertos que con una frase prometen cambiar tu vida.
El de los que se venden en breve sin saber desarrollar a profundidad.
Y en el fondo, el verdadero problema: exigir cada vez más a los autores sin que estos se vean beneficiados de forma directa por alimentar un formato que genera más desconfianza que certeza.
Substack se ha convertido en un espacio de confianza.
En una plataforma en la que el lector es consciente de que aportar su correo electrónico al creador de un newsletter es un paso natural.
Con Notes se corre el riesgo de que esa dinámica cambie.
De comenzar a poblar Substack de una audiencia ajena a la dinámica de los newsletters y desconfiada de lo que implica aportar su correo electrónico para la cultura de la construcción de comunidades.
El problema puede ser tan grande o pequeño como Substack decida.
No pierde nada Substack convirtiendo el follow en suscripción.
Sí gana, en cambio, garantizando mayor fidelización.
De no hacerlo, puede interpretarse como que Substack está desconfiando de la portabilidad de la audiencia.
Como que Substack no quiere que los autores puedan llevarse la totalidad de su comunidad en cualquier momento.
Mal haría Substack en traicionar a los creadores que son hasta ahora su fuente de ingresos.
Mal haríamos los creadores consintiendo que Substack se olvide de nosotros como prioridad para centrarse en la audiencia masiva.
Ahí donde una y otra vez hemos validado que el contenido de calidad nunca llega a consolidarse.
Shots de información para llevar
-La MLS a través de su laboratorio de innovación realizó un stream multilenguaje en inglés, español, francés y portugués.
La transmisión original fue en inglés, el resto fueron creados con inteligencia artificial a partir de su alianza con camb.ai
Aquí el resultado:
Narración original:
En español
En portugués:
En francés.
-El Club América de México debutó oficialmente a América, su reportera virtual creada con inteligencia artificial. Las reacciones iniciales no fueron positivas. Le cuestionaron al club que prescindieran de un humano para dar noticias del club. Algunos más se lo tomaron en broma preguntando por la cuenta de Instagram de la nueva reportera.
-En su columna para El Universal, el periodista mexicano Carlos Loret de Mola escribe sobre la gradual incorporación de propagandistas disfrazados de analistas durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El actual gobierno mexicano, según cuenta, ha ido promoviendo desde distintos medios la incorporación de personajes con una agenda específica afín a los intereses del oficialismo.
-En entrevista para el Nieman Lab, Phoebe Connely compartió sus principales objetivos como la primera senior editor en estrategia de inteligencia artificial e innovación en la historia del Washington Post.
a) Trabajar con toda la redacción y los equipos de producto para lanzar experiencias basadas en IA para los usuarios.
b) Desarrollar y dar acceso a la redacción a herramientas IA para hacer el trabajo más rápido.
c) Promover conversaciones complejas y profundas al interior de la organización para abrazar la tecnología sin comprometer los estándares editoriales.
Y deja como recomendación una lectura de hace unos meses respecto a las distintas acciones que han de tomar los medios en la incorporación de la inteligencia artificial.
-En su ya tradicional entrega anual del Infinite Dial, Edison Research ha concluido que el podcasting ha alcanzado el punto más alto de su historia en Estados Unidos.
De acuerdo a su reporte levantado entre más de mil personas en Estados Unidos, un 67% de los estadounidenses asegura haber escuchado al menos un podcast.
La cifra más alta de su historia.
También alcanza su punto más alto en lo que refiere a escucha mensual, quedando cinco puntos porcentuales por arriba del 2023.
Y aquí también el resultado de consumo a nivel semanal.
-Quedaron listos los nominados de los Webby Awards, reconocidos como los premios más destacados del mundo digital en su vigésimo octava edición.
Son dos premios por categoría: uno determinado por el jurado y otro elegido por el público., conocidos como los Webbys People’s Voice Awards.
Para esta edición hubo más de 13 mil candidaturas de 70 países.
Aquí los finalistas y las votaciones.
-Bob Iger salió victorioso de la proxy fight orquestada por el multimillonario Nelson Peltz, quien buscaba dos sitios en el board de Disney argumentando incapacidad del consejo directivo actual para llevar a Disney al lugar que le corresponde. Bob Iger y la totalidad de su board fueron reelegidos. Sin embargo, aseguran algunos que Iger aún tiene mucho de qué preocuparse.
Muy interesante perspectiva. Ya había pensado en la Twitterización de Substack pero la perspectiva del creador y la importancia de tenerlo como un nuevo suscriptor es muy relevante.